¿Está la fiabilidad de los coches eléctricos en entredicho?
En muy corto espacio de tiempo se han anunciado campañas de revisión que afectan a muchos modelos eléctricos: Tesla Model S, Renault Zoe, Volkswagen e-Golf, BMW i3 y Nissan Leaf. ¿Significa eso que los coches eléctricos son menos fiables? Ni mucho menos.
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Publicado: 29/03/2016 21:00
En teoría, el motor más fiable que ha construido el ser humano es el eléctrico. Su simplicidad mecánica es máxima, y se utilizan para tareas realmente duras como el empujar trenes de cualquier tipo o mover los grandes camiones mineros. Cuando hablamos de coches, se supone que el eléctrico es el más fiable.
En los coches híbridos tenemos la complejidad de un motor de combustión añadido a uno o más motores eléctricos, baterías y un complejo sistema de gestión eléctrico. Sin embargo, estos coches están demostrando ser bastante fiables, ya que el motor eléctrico no falla, y la parte térmica tiene un desgaste y esfuerzo inferior al habitual.
No menos cierto es que algunos coches híbridos, incluso sin haber hecho niveles muy elevados de kilometraje, presentan problemas en las baterías. Depende de qué modelo hablemos, y de las condiciones en las que hayan estado funcionando, pero en lo que se refiere a motores, los eléctricos siguen siendo muy fiables.
Repasamos las llamadas a revisión a coches eléctricos
Sin embargo, es posible que tanta llamada a revisión haya alarmado a alguien y le haya inducido a pensar, erróneamente, que estos coches se estropean tanto o más como los demás. En primer lugar tenemos que analizar los motivos por los que esos coches se llaman a revisión. Las campañas pueden ser voluntarias, o forzadas por un organismo regulador.
El primer caso es el del Tesla Model S, que ha sufrido varias llamadas a revisión. Una campaña tuvo como objetivo proteger mejor los bajos para que, en caso de un impacto contra un objeto que está en la carretera, no rompa las baterías e inicie un incendio. Hubo tres casos de incendio en Estados Unidos, pero los dueños pudieron bajar del coche con tiempo de sobra tras ser advertidos por el mismo coche de que algo iba mal.
Otra campaña de revisión tuvo que ver con el cinturón de seguridad, que podía desprenderse. Fue solo un coche, pero se revisaron 90.000 por motivos de seguridad. Desde luego, Tesla es una empresa que se toma muy en serio la seguridad de sus clientes, y se ha demostrado en diversas ocasiones. Ningún cliente de Tesla ha sido herido o ha fallecido a consecuencia de esto.
Pasemos ahora al Nissan Leaf. Una parte importante de su producción del año 2013 al 2015 podía presentar un problema en el servofreno cuando las temperaturas exteriores son muy bajas. Por una simple cuestión de programación, el servofreno no aplicaría la fuerza necesaria y el coche necesitaría mayor esfuerzo físico por parte del conductor para detenerse, el pedal estaría más duro.
Algo parecido -o no- le pasa al Renault Zoe, tal y como hemos comentado recientemente. Existe un posible problema en los latiguillos de los frenos del Zoe, que afecta a todas las unidades fabricadas desde el lanzamiento hasta otoño de 2014. Si se rompen los latiguillos, se perdería el líquido de frenos, y frenar se volvería bastante complicado.
Ni Nissan ni Renault han informado de víctimas por estos problemas
Antes de seguir, hay que recordar que los coches eléctricos solo necesitan los frenos de disco convencionales para detenciones rápidas o de emergencia. Para la mayoría de situaciones, la retención del motor eléctrico (que en realidad está recargando) minimiza la necesidad de usar los frenos "de verdad". Al famoso taxista con Leaf en Valladolid, los frenos de serie le han durado 200.000 km, y están a media vida, tal y como podemos leer en El País. Será por algo.
En los casos del Leaf y el Zoe, se tienen que dar condiciones muy muy concretas para que los frenos fallen. Es más, en el caso del Zoe, tendrían que romperse los cuatro latiguillos de freno para que el coche fuese realmente peligroso. Hace años que los coches disponen de un doble circuito de frenos, por lo que aunque falle un circuito, el otro seguiría estando disponible. En consecuencia, el riesgo real seguiría siendo mínimo.
Pasemos ahora al caso del Volkswagen e-Golf, que ha sido llamado a revisión por un problema de programación electrónica. Resulta que en condiciones muy concretas, la electrónica puede detectar un falso pico de corriente en las baterías, y el sistema se desactiva por seguridad. En otras palabras, los dueños del e-Golf notarían una súbita pérdida de potencia y tendrían que arrimarse a un lugar seguro, fuera de la circulación, y esperar a la grúa.
Este problema ha motivado quejas de propietarios, pero ningún accidente. La solución es una simple actualización del software que gestiona las baterías. También podemos mencionar la campaña de revisión del BMW i3, para solucionar un posible no despliegue del airbag frontal del pasajero. La misma campaña se hizo para modelos de la marca MINI, por lo que no es un problema específico del i3, ni de coches eléctricos en general.
¡No pasa nada!
Como hemos podido ver, todos los problemas mencionados no tienen nada que ver con sus motores eléctricos, son o bien problemas de programación interna, o problemas que bien pueden presentarse en un coche de combustión interna normal y corriente.
Por lo tanto, la posible alarma es totalmente injustificada
Diversos organismos de seguridad vial han concluido hace tiempo que los coches eléctricos son tan seguros de conducir como cualquier otro modelo, o incluso más. De hecho, las baterías suelen estar en las zonas más protegidas del coche, y pueden resistir incluso explosiones.
Recordemos lo que le pasó a un taxi híbrido al que le explotó un depósito de GLP con una válvula defectuosa, las baterías no presentaban ni un rasguño. En honor a la verdad, ese coche circuló contra el consejo del servicio técnico, que ordenó al propietario no llenar el depósito de GLP hasta contar con el recambio de la citada válvula. Solo el conductor resultó herido, pero fue un buen susto. No es un problema generalizable, puede ser único en todo el mundo.
Los conductores de coches eléctricos pueden conducir con la misma tranquilidad que hasta ahora.