Filtro de partículas: qué debes saber de tu coche diésel o gasolina
Conoce toda la información clave que debes saber sobre el filtro de partículas de tu coche. Ahora ya no lo llevan solo los diésel, sino que también hay muchos propulsores que vienen acompañado de un FAP para reducir sus emisiones contaminantes.
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Publicado: 19/03/2020 20:00
El filtro de partículas se conoce también como FAP o como DPF y es un dispositivo que montan a día de hoy prácticamente todos los diésel modernos; pero también lo llevan cada vez más modelos gasolina. Y esto es porque, como ya sabemos, la normativa contra las emisiones contaminantes es cada vez más exigente y los fabricantes tienen que desarrollar tecnologías, en consecuencia, para sus propulsores.
Este filtro de partículas, como avanzábamos, es un dispositivo que está ubicado en el tubo de escape y que se encarga de retener todas las partículas sólidas que genera el motor. Después de haberlas almacenado, cuando está lleno de partículas, el mismo se encarga de quemarlas cuando alcanza la temperatura necesaria para ello, de forma cíclica. Pero así es como funciona en los modelos diésel, en los gasolina hay una pequeña diferencia.
Qué es el filtro de partículas de los propulsores diésel y gasolina
El filtro de partículas en los diésel acumula las partículas sólidas y, como comentábamos, de forma cíclica las 'incinera' cuando se llena en un proceso que se conoce como regeneración. Las regeneraciones pueden producirse cuando alcanza la temperatura idónea, durante la propia circulación, o pueden ser 'provocadas' por el propio sistema electrónico.
Cuando el propio vehículo es el que 'decide' hacer la regeneración, el conductor puede ver en el cuadro de instrumentos un testigo que se lo indica y que se mantiene iluminado hasta que concluye el proceso. Por lo tanto, cuando se enciende el testigo hay que mantener el motor encendido para evitar que se cancele a mitad del quemado y se puedan producir averías que nos obligarían a pasar por el taller.
En el caso de los coches gasolina, el funcionamiento del filtro de partículas es diferente. En este tipo de propulsores la temperatura de funcionamiento es más elevada y, por lo tanto, el escape trabaja de manera distinta. Siempre se mantiene a una temperatura idónea, durante la circulación, para poder hacer las regeneraciones. Por eso, las regeneraciones se van llevando a cabo de forma constante, y no de manera puntual, y el riesgo de avería es mucho menor.
Cómo funciona el filtro de partículas en coches diésel y gasolina y qué pasa si se avería
Si se avería vas a tener que pasar por el taller y la 'broma' te puede salir por 1.200 euros, aunque el precio es variable. El funcionamiento del filtro de partículas es el anteriormente descrito de forma esquemática. Si profundizamos en él, descubrimos que es necesario que se circule durante media hora, aproximadamente, y por encima de las 2.500 rpm, para que los gases de escape puedan alcanzar una temperatura de en torno a los 600 ºC.
La temperatura tiene que ser suficiente como para que se 'incineren' las partículas sólidas. Cuando se alcanzan las condiciones idóneas, que son estas descritas, o superiores, es cuando se inyecta más carburante del habitual para aumentar la temperatura de los gases de escape y hacer la regeneración de la que hablábamos. Y estas regeneraciones se llevan a cabo cada 1.000 ó 1.200 km aproximadamente, produciendo además un aumento sensible del consumo que puede alcanzar el 15% de forma puntual.
Mientras se está haciendo la regeneración, que suele tener una duración de no más de 20 minutos, durante los cuales se puede circular, el sonido del motor se vuelve algo más grave. Si estas regeneraciones se cortan en repetidas ocasiones, tres o más en la mayoría de los casos, tendrán que hacer la regeneración en el taller y esto nos supondrá un gasto de 50 a 100 euros; y una avería del filtro de partículas, como comentábamos, puede llegar a los 1.200 euros de coste.
La limpieza del filtro de partículas y un correcto mantenimiento, según las indicaciones del propio fabricante en el libro de mantenimiento, son fundamentales para extender al máximo la vida útil de este componente y evitar tener que enfrentarse a averías como las que comentábamos anteriormente.