Fisker busca aliados desesperadamente, Nissan se postula como la tabla de salvación para sobrevivir en el duro mercado de los coches eléctricos
Los suecos no son los únicos que tienen problemas. La marca dirigida por Henrik Fisker también. 2023 ha sido un desafío para la californiana, con importantes retrasos en las entregas del Ocean, y con un 2024 difícil. Ahora, un informe desvela que la firma trabaja en una alianza al más alto nivel, que le ayude a salir de la crisis.
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Publicado: 04/03/2024 17:00
Polestar no es la única marca de coches eléctricos que tiene serios problemas. Los suecos han logrado un préstamo multimillonario para hacer frente al lanzamiento de nuevos modelos en los próximos años. La marca sueca ha sacado nada menos que 900.000 millones de la Unión Europea, una circunstancia que también ha provocado la salida de Volvo de su accionariado quedando completamente en manos de Geely.
La siguiente en caer ha sido Fisker. La marca californiana no atraviesa un gran momento, el pasado año 2023 ha sido un cúmulo de problemas en el que el objetivo en las entregas de su modelo estrella no se ha cumplido, con continuos retrasos con los proveedores que tenían como consecuencia la llegada del Ocean a los clientes. 2024 aspira a ser mejor, la marca quiere entregar entre 20.000 y 22.000 unidades del único modelo de sus coches eléctricos, y tiene grandes planes por delante como el lanzamiento del Alaska o de la gran apuesta, la del Fisker PEAR.
Fisker cuestiona su capacidad de margen de maniobra para 2024
Pero la situación no es nada halagüeña. Fisker ha anunciado un importante recorte en su plantilla de trabajadores en Estados Unidos de, aproximadamente, un quince por ciento. En el comunicado anunciando los resultados comerciales y financieros del pasado año, se puede leer que la empresa tiene problemas de liquidez, admitiendo también que carece de «recursos suficientes para satisfacer sus necesidades durante los próximos 12 meses que ponen en duda la capacidad de continuidad de nuestras actividades». Lo cual es en un problema de grandes dimensiones.
Henrik Fisker ha desvelado que mantiene conversaciones con un importante fabricante mundial, apuntando que «Hemos seleccionado un gran fabricante de automóviles y espero cerrar el trato pronto», señalándose directamente a Nissan. Los japoneses estarían interesados en entrar en el capital de la empresa de coches eléctricos y, aunque se desconocen los términos que se están negociando, se apunta al desarrollo conjunto de una o varias plataformas para coches eléctricos y la fabricación en Norteamérica.
¿Nissan en Fisker? Otra alianza para salvar los coches eléctricos
El tiempo apremia en Fisker, y teniendo en cuenta la gravedad de la situación, tampoco está para exigir demasiado a la otra parte embarcada en la negociación. La inyección de capital de los nipones, si se confirma que finalmente son éstos los que andan detrás, se destinará a la inversión en el desarrollo de productos y a un modelo de venta centrado en concesionarios tradicionales. Perder esta oportunidad condicionará el progreso de la empresa que se verá obligada a reducir sus planes futuros o, incluso, lo que es peor, verse abocada a un cierre.