Fisker para la producción del Ocean. La sombra de la quiebra es lo de menos cuando tiene encima a un prestamista y a la Hacienda de Estados Unidos

La quiebra está cada vez más cerca de Fisker. La marca californiana está volviendo a atravesar un camino de difícil retorno y todas las miradas de los analistas están puestas sobre ella. Hace tan sólo unos días que conocimos la noticia de la contratación de expertos en quiebras, ya que el máximo dirigente de la marca ya estaba contemplando esta opción dada la enorme falta de liquidez de la que dispone. Pero este no es el mayor de sus problemas, hay mucho más detrás que han llevado a esta desgraciada situación.

El primero es no disponer de fábricas propias. El Ocean es fabricado, tanto para Europa como para Estados Unidos, en las instalaciones austriacas de Magna que, también fabrica para otros fabricantes, por lo que en el último mes y medio solamente ha producido un millar de unidades del único modelo de la marca de coches eléctricos. Además, juega en contra el hecho de conocerse que muchos de los miles de pedidos que la marca había contraído con los clientes han sido cancelados, unos 4.700, y que suponen casi 200 millones de euros para los que no hay clientes.

El futuro de Fisker es más frágil conforme pasan los días

Por si fuera poco, se unen los casi 800 millones de euros que Fisker perdió en todo el año 2023, contando ahora con apenas 140 millones de euros para afrontar todos los pagos. Está claro que la política de vender directamente a los clientes ha sido un error fatal cuando, dicen, haber concesionarios interesados en vender sus modelos. El abismo está tan cerca que un inversor polaco se ha ofrecido a inyectar una cantidad cercana a los 150 millones de euros para evitar la quiebra de Fisker, pero por supuesto, con condiciones.

La primera que, semejante montante, no llegaría de golpe y porrazo sino en cuatro tramos. La segunda es típica de un auténtico prestamista: un interés del 17 por ciento y con la posibilidad de que el inversor puede canjear el bono por acciones en cualquier momento. La tercera, que el acreedor se reserva el derecho de aprobar cualquier tipo de planificación, al mismo tiempo que bloquea alianzas con otros inversores, permitiendo que se materialice la alianza que, supuestamente, busca con Nissan, y que le permitiría producir en Estados Unidos.

La Bolsa de Estados Unidos no se cree las cuentas de 2023 de Fisker

Fisker se está desangrando poco a poco, y también tiene a la Autoridad de Mercados de Capitales de Estado Unidos en la chepa. Un organismo que no se cree los informes de ventas presentados durante el pasado año 2023 como tampoco la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, por lo que deberá demostrar que las cifras de ventas son reales, especialmente las del tercer trimestre, del que están seguros que se magnificaron.