Ford renueva y amplía su centro de I+D en Australia

Al igual que General Motors o Toyota, Ford paralizó todas las actividades de ensamblaje y fabricación en Australia a mediados de la década pasada. Lo que supuso la desaparición inmediata de los modelos que esta corporación fabricaba en exclusiva para ese mercado, como era el caso del Ford Falcon.

La eliminación de las medidas proteccionistas del mercado australiano que castigaban con altos aranceles a los vehículos importados provocó la llegada masiva de modelos más económicos fabricados en distintas partes del mundo. Esto fue el último clavo del ataúd de la industria local australiana, cuyo último capítulo ha sido la desaparición total de Holden.

El camino que ha seguido Ford en Australia es totalmente distinto al de su máximo rival, pues a pesar de haber cerrado todas las cadenas de montaje, han mantenido su red comercial intacta y además también han conservado su centro de I+D local, pues los modelos desarrollados aquí no solo son comercializados en el mercado australiano y parte de Asia, sino que también los podemos encontrar en mercados tan distantes como el europeo o el norteamericano.

Entre los modelos desarrollados en el centro de I+D de Broadmeadows se encuentran los Ford Falcon, Ford Everest y Ford Ranger, incluyendo la variante Ford Ranger Raptor.

Instalaciones renovadas

Ford continúa comprometida con su división australiana y por ello acaba de invertir 12 millones de dólares para ampliar y actualizar este centro de investigación y desarrollo. Ahora cuenta con 100 estaciones de trabajo, nuevos puestos de modelado e incluso maquinaria más moderna capaz de crear un modelo de arcilla de manera más rápida y precisa a partir de los diseños generados en el ordenador. Esta no ha sido la única inversión que ha realizado Ford en estas instalaciones, pues entre 2016 y 2019 ya invirtieron 1.900 millones de dólares, además de otros 500 millones solo en 2020.