Ford nos ha tenido acostumbrados a coches grandes, pero la llegada de los coches eléctricos ha cambiado las reglas del juego
Ford es otra de las marcas que ha reconsiderado sus planes de transición hacia el coche eléctrico. En su caso, llama mucho la atención cómo la llegada de la electrificación ha modificado, de alguna forma, el ADN de la marca.
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Publicado: 27/07/2024 12:00
El enfriamiento de la demanda de los coches eléctricos ha provocado una reacción en cadena en prácticamente todas las marcas automovilísticas. Los planes de electrificación, como reconoció recientemente el director de operaciones de la división Model e de Ford, eran «demasiado ambiciosos».
En el caso de la firma norteamericana, pretendían que su gama en Europa para el 2030 constase únicamente de coches eléctricos. Ahora, la cosa ha cambiado, y ya no niegan que seguirá habiendo coches Ford con motores de combustión recién iniciada la próxima década.
Eso sí, ninguna se olvida que el 2035 es la fecha marcada por la UE para dejar de producir vehículos con motor de combustión, incluidos los híbridos e híbridos enchufables. En Ford, su CEO, Jim Farley, volvió a hablar del tema, y dejó unas reflexiones interesantes de analizar.
No a los coches eléctricos grandes, no son rentables
Si alguna vez has viajado a los Estados Unidos, te habrás percatado que el tamaño medio de los vehículos allí no tiene nada que ver con lo que vemos aquí en Europa. Lo mismo sucede si analizamos las gamas de las marcas que venden sus coches a ambos lados del Atlántico.
Ford cuenta con un repertorio de vehículos de tamaño considerablemente grande si lo comparamos con su gama europea. Y eso que recientemente ha discontinuado el Fiesta, el más pequeño hasta la fecha, aunque el Puma sigue más que vivo y su futuro pasa por la electrificación.
Y esa es precisamente la nueva asociación que quiere traer Ford a cuenta del coche eléctrico. El director ejecutivo de la marca, durante la conferencia de los resultados del segundo trimestre, expresó las grandes diferencias entre los eléctricos más grandes y los más pequeños en términos económicos, que a fin de cuentas es lo que busca cada fabricante.
Marcas como Ford obtienen mayores márgenes de beneficio cuanto mayor sea el vehículo… si monta un motor de combustión. En cambio, la situación es totalmente diferente. «En el caso de los vehículos eléctricos, la situación es exactamente la opuesta: cuanto más grande sea el vehículo, más grande la batería y más presión habrá sobre el margen, porque los clientes no pagarán más por esas baterías más grandes”.
Además, los límites para acceder a las ayudas estatales, como los créditos fiscales en los Estados Unidos, ponen en entredicho los vehículos eléctricos más grandes, que necesitan de baterías más grandes y capaces para alcanzar las autonomías que sus compradores esperan por ese tamaño, algo que muchos otros no pueden permitirse.
Por ejemplo, el Ford F-150 Lightning tiene un precio en Estados Unidos de 68.000 dólares para una autonomía de 514 km, 20.000 dólares más que el modelo equivalente de gasolina.
«Ha sido una lección de humildad»
El negocio de vehículos eléctricos de Ford perdió nada más y nada menos que 1.100 millones de dólares durante el segundo trimestre del año. La situación actual que se vive en el mercado ha hecho reaccionar a Ford y al resto de marcas: «Ha sido una lección de humildad, nos ha obligado a ponernos más en forma todavía como empresa», afirmó Jim Farley.
«Tendremos que ser muy cuidadosos y tomar decisiones mucho más inteligentes en los diferentes segmentos». En este sentido Ford ya trabaja en una nueva plataforma de bajo coste en California, lo que debería traducirse en vehículos eléctricos por debajo de los 40.000 e incluso 30.000 dólares (unos 27.000 euros), algo poco visto en el mercado norteamericano…
En Europa este tipo de vehículos son una necesidad aún más imperial. Veremos cómo puede afectar esto a la fábrica de Almussafes, que podría albergar en el futuro una línea de montaje para estos coches eléctricos baratos.
Fuente: InsideEVs