El secreto comprador de la fábrica del Ford Focus en Saarlouis se echa atrás, la marca a la espera de quemar el último cartucho
Malos tiempos corren para Ford, que no puede deshacerse de uno de los grandes activos que la marca del óvalo azul tiene en Europa. Las conversaciones para vender la planta alemana de Saarlouis han fracasado, y el cartel de «Se Vende» sigue puesto. El interesado, BYD o Chery, se ha echado atrás en el trato.
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Publicado: 05/10/2023 20:00
Para llegar a buen término en una venta, las dos partes siempre han de estar de acuerdo, pero parece que a Ford la ha mirado un tuerto. La división europea de la marca del óvalo azul decidió a principios del pasado verano colgar el cartel de «Se Vende» a una de las factorías más importantes de la marca en el continente, y concretamente en Alemania, con el pertinente permiso de la matriz americana.
El fabricante no pasa por un buen momento financiero, y ya había decidido dos factores claves en su estrategia de futuro: el Focus no tiene futuro, ni relevo programado, ni tampoco necesita estas instalaciones dado que las de Colonia y Valencia asumen la transformación de la marca acogiendo la producción de los futuros coches eléctricos del fabricante. Deshacerse, por tanto, de Saarlouis es primordial para aliviar las cuentas.
BYD y Chery, una de las dos marcas interesadas en comprar Saarlouis
Pero Ford ha sufrido un nuevo revés, pues el desconocido inversor que tenía y con el que ha estado en conversaciones ha decidido dar un paso atrás. Ni antes ni ahora se ha conocido el famoso inversor que se encontraba en conversaciones con Ford, pero las fuentes alemanas han revelado que se trata de BYD o de Chery, dos marcas de coches eléctricos que tienen serias intenciones de establecerse en Europa y para los que siempre es mejor encontrar una instalación ya en funcionamiento y con una plantilla de trabajadores conocedora de su labor que tener que buscar un equipo y capacitarlo para ello.
Y, sin duda alguna, los 4.400 empleados de Saarlouis eran uno de los grandes activos para cualquier fabricante interesado, como le ocurrió a INEOS que se quedó la fábrica de los antiguos smart, equipada a la última, y asumiendo también toda la carga laboral. Ford ahora está obligada a mover ficha, pues ha superado el tiempo que se dio para redactar el contrato de compra de la factoría alemana, previsto para el pasado 30 de septiembre, lo que evitó una temida huelga de los sindicatos.
Ford y el gobierno alemán, dispuestos a quemar el último cartucho
Ford, que tiene también al gobierno alemán presionando por detrás para mantener los puestos de trabajo, sabe que las puertas no se han cerrado definitivamente todavía, y el gobierno federal no está dispuesto a dejar escapar la oportunidad. Las fuentes apuntan que están dispuestos a enviar una misión inmediata a China para negociar con la parte que se ha echado atrás, sin ofrecer motivo alguno, dice Martin Sanders al respecto, para tratar de lograr de reconducir las conversaciones o llegar a un acuerdo de venta y así quitar el cartel de venta, lo que para los sindicatos se antoja seriamente complicado.