El Ford Fiesta se fue demasiado pronto, pero podría tener una segunda vida como coche eléctrico a partir del 2026

Ford ha sido una de las marcas occidentales que ha reconocido públicamente que sus planes de electrificación habían sido demasiado ambiciosos en un primer momento. Sin embargo, eso no significa que renuncie a esta tecnología. Todo lo contrario.

La marca del óvalo ha presentado en los últimos meses dos coches importantes: Explorer y Capri, dos SUV eléctricos que, no obstante, dejan un hueco bastante grande en la gama de la firma norteamericana en la parte más baja. Por debajo de los 4,47 metros y los 47.500 euros del Explorer hay espacio para más modelos eléctricos y más asequibles.

Los coches eléctricos baratos se han convertido en una absoluta necesidad en Europa, y es lo que ha frenado el crecimiento en el mercado de coches eléctricos y lo que ha hecho que los fabricantes se replanteen sus estrategias para competir contra Tesla y, sobre todo, los fabricantes chinos. Ford incluida.

La nueva plataforma en la que ya trabaja Ford

Bajo la denominación 'Skunkworks', Ford está trabajando en una nueva arquitectura para coches eléctricos más pequeños y baratos. En las últimas semanas hemos escuchado a algunos de sus responsables hablar son la nueva estrategia de la marca a razón del coche eléctrico.

Y lo que quedó muy claro es que Ford necesita coches eléctricos pequeños: si bien con sus motores térmicos saca una mayor rentabilidad cuando mayor sea el vehículo, con los eléctricos sucede todo lo contrario.

Por ese motivo, ha puesto al frente del equipo de desarrollo de esta nueva plataforma a un ex ingeniero de Tesla, Alan Clarke: «Llegó a Ford hace un par de años y está intentando construir la plataforma más eficiente para coches eléctricos del planeta, ese es el objetivo», comentó Marin Gjaja, director de operaciones de Ford Model e.

Alrededor de Skunkworks, que según Gjaja está en las etapas de ingeniería, hay, según informes norteamericanos, un equipo de unas 300 personas, incluyendo otros ingenieros de Tesla, Rivian, Apple y procedentes de la F1 en el apartado aerodinámico. Todo ello, por cierto, en Estados Unidos, a donde llegarán estos primeros coches eléctricos asequibles.

Objetivo de Ford: la asequibilidad

La plataforma que está desarrollando Ford en su país debería llegar sí o sí a Europa, a donde podrían regresar modelos más convencionales, al menos en lo que respecta a las denominaciones.

Ford Fiesta dijo ya adiós, quizás de forma muy prematura, y Focus va por el mismo camino. El avance de la electrificación ha tenido un efecto directo en dos de los superventas de la marca en las últimas décadas, pero eso no significa que sea un adiós permanente, ya sea como sustitutos reales o espirituales.

El primero en llegar sobre la nueva plataforma, no obstante, sería el Puma, para finales de 2026 o ya principios de 2027. Un modelo, el nuevo Puma, que próximamente incorporará a su gama su primera versión cien por cien eléctrica.

También se hará una apuesta por las baterías de litio-ferrofosfato (LFP), la cual Ford ya ve como una «tecnología mucho más asequible y muy duradera». Pero el objetivo final de Ford, como ya venimos diciendo, será la asequibilidad, apostando además por una gama «más pequeña y más específica». No hay otra forma de hacer frente a los fabricantes chinos, que ya están consiguiendo fabricar coches eléctricos a un precio mucho menor.

«Si analizamos nuestra oferta a nivel mundial, en este momento no tenemos mucho en el segmento asequible. La clave para nosotros es ser asequibles, diferenciados y rentables. Durante demasiado tiempo nos mantuvimos en el segmento asequible, ya sea en el punto de equilibrio o perdiendo dinero», remata Gjaja.