La desaparición del Focus va a tener consecuencias para Ford, cómo las malas decisiones amenazan el futuro de una marca líder en Europa

La división europea de Ford se encuentra en una situación crítica. Desde hace unos años, la firma ha trabajado para transformarse en una marca de coches eléctricos, guiándose por analistas del mercado que, claramente, se han equivocado. La gran mayoría de los fabricantes se han visto obligados a redefinir sus estrategias, más cuando la Unión Europea ha retrasado la norma de emisiones Euro 7, cosa que no esperaban que ocurriese.

Esa tesis de que las ventas de coches eléctricos irían a mayores cada año hizo mella en la marca del óvalo azul, tanto como para desprenderse de modelos insignes antes de tiempo. Los Galaxy y S-MAX tenían los días contados desde la llegada del primer Kuga, un éxito que continúa a día de hoy, especialmente de su versión híbrida enchufable que es una referencia en el continente. El Mondeo fue el siguiente y tras éste fue el turno del Fiesta.

El catálogo de Ford no es suficiente frente a la competencia

Martin Sanders, máximo responsable de Ford en el continente europeo, estaba convencido de que los clientes iban a aceptar la conversión de la marca, pero ahora ha decidido dar marcha atrás. La consecuencia va a ser muy difícil de digerir cuando el Focus salga de producción a finales de 2025 porque la gama de modelos se ha quedado, literalmente, tiritando.

En el catálogo de combustión quedan el Puma, Kuga, Bronco, Mustang y Tourneo y a los que se sumará el nuevo EcoSport, mientras que en el de cero emisiones se hallan los Mustang Mach-E y Explorer Electric, a la espera de la variante eléctrica del Puma y el nuevo Capri. La marca ha confirmado que apostarán por los híbridos enchufables para salvar la papeleta, pero no todos los modelos están preparados para admitir esta tecnología.

La desaparición del Focus va a tener consecuencias devastadoras

Técnicamente, sólo es viable a bordo del todoterreno americano, en el Tourneo ya se encuentra disponible como en el SUV compacto, y en el nuevo EcoSport no es posible ya que lo haría demasiado caro para luchar con el Dacia Duster. Híbrido sí pero no enchufable. Desde el punto de vista financiero, es absolutamente inviable en el Puma, pues supondría un descalabro para la versión eléctrica en la que se trabaja, si no para los dos.

Aguantar hasta la próxima década con una gama tan corta va a convertirse en una verdadera odisea. Ford debería de pensarse muy seriamente si el compacto debería desaparecer o alargar su vida con un nuevo lavado de cara, una solución que no le costaría demasiado y que están haciendo otros fabricantes. Si los astros se unen y el mercado de los eléctricos da un vuelco, entonces hablamos de otra cosa, pero concentrar la oferta en el Puma y Kuga va a ser complicado.