El futuro del Ford Focus peligra, las claves de la rebaja en la producción del compacto

Malos tiempos corren en Ford. La firma americana tiene varios frentes abiertos encontrándose también en total reorganización de su estructura interna y de sus gamas de modelos, pues hace unas semanas se anunciaron dos divisiones: las nuevas Ford Model e para los eléctricos, y la Ford Blue para conservar la combustión y los híbridos e híbridos enchufables. Dos divisiones en paralelo pero cada una con funciones de desarrollo completamente independientes.

La firma americana trabaja de forma incansable para llevar a su primer nuevo modelo eléctrico de pasajeros a los concesionarios en 2023, y así no retrasarse más respecto a una competencia que ya tiene a la venta apuestas, y que el año que viene traerá muchas más. Y con este despliegue que Ford planea, el futuro de uno de los modelos actuales clave en la oferta peligra considerablemente. El Ford Focus no pasa por su mejor momento pues, a pesar de la renovación a la que se ha sometido recientemente, las ventas del compacto se han visto reducidas considerablemente en Europa hasta el pasado mes de abril con solo 27.151 unidades.

El futuro del Focus Focus pende de hilos

Nada menos que un 28 por ciento comparado con el mismo período del año anterior. De hecho, una de las medidas que se han tomado es reducir la producción del modelo en la factoría alemana de Saarlouis a partir del próximo 29 de agosto, lo que puede acarrear una situación muy delicada para el modelo. Según la fuente de la noticia, esta vez no tiene nada que ver con la escasez de la crisis de los microchips ni la falta de suministros de Ucrania, sino que es una decisión tomada hace tiempo.

Las razones no están claras del todo, pero hay algunos factores que son interesantes de considerar. El primero ya lo hemos señalado, la competencia aprieta y Ford no tiene una alternativa 100% eléctrica a los Focus. Se hace indispensable un modelo de cero emisiones. La firma tiene un nuevo eléctrico en liza, un crossover compacto que debe debutar en 2023, por lo que también reducir la producción del modelo de combustión puede ser una opción para forzar la introducción de este Model E entre los clientes.

Y también hay otro factor en juego, no menos importante: que la fábrica de Saarlouis acometa alguna reforma para la futura producción de coches eléctricos y se vean obligados a reducir la fabricación. Nada se sabe al respecto, y se espera que todos los detalles sobre el futuro de las plantas europeas sean revelados durante este mes de junio. Porque, una cosa sí sabemos, y es que la de Colonia se convertirá en una de las sedes de coches eléctricos. Lo que es un misterio es cuál sede, si Saarlouis, Almussafes o Bélgica acogerá la producción de los siete eléctricos programados.

Fuente: Europe Autonews