Ford ha ganado más dinero importando Mustangs en Europa desde Estados Unidos este 2020
Ford está haciendo una travesía por el desierto en Europa por múltiples factores, pero aún aguanta, a diferencia de General Motors. En todo desierto hay oasis, y uno de estos oasis es el Ford Mustang. El coupé deportivo ayuda en las cuentas del fabricante.
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Publicado: 15/08/2020 21:00
Ahora ya no nos acordamos, pero durante el verano de 2008 -recién reventada la burbuja de las hipotecas subprime- fue muy atractivo hacer negocios con los estadounidenses. Cada producto o servicio pagado en euros se traducía en 1 dólar y 50 centavos, es decir 1 € = 1,50 $. Por lo tanto esas compras salían más económicas despreciando costes de transporte y/o aranceles.
Casi una década después, en el inicio de la presidencia de Donald Trump (enero de 2018) cada euro se traducía en 1,2 dólares, y poco a poco la divisa de Estados Unidos fue ganando solidez, hasta acercarse más a un nivel cercano a la paridad (1 € = 1 $). Casi se logra en marzo, pero el desconfinamiento económico ha tenido como efecto colateral un refuerzo del euro que no se ha visto desde mayo de 2018.
Empezamos junio con una relación 1 € = 1,1 $, y desde entonces nos acercamos a una relación 1 € = 1,2 $. Haciendo números grandes, no es una diferencia pequeña. Esto perjudica a las empresas europeas que vendan productos y servicios en EEUU, pero en sentido contrario es una bendición. De primero de macroeconomía.
Terminada la introducción económica, os tenemos que hablar de Ford Europe (o Ford Europa, si lo preferís). La gran mayoría del producto europeo se fabrica en el continente: España, Alemania, Turquía, Rumanía, componentes en el Reino Unido, etc. Y luego, aparte, están los importados.
Hace años que el fabricante tomó la estrategia «One Ford», que implicaba reducir las diferencias que había entre los coches de la marca de un lado a otro del Atlántico. Había modelos que compartían nombre, pero no tenían absolutamente nada que ver, y daba lugar a comparaciones ciertamente graciosas.
Durante 2019, Ford ganó dinero, sí, pero porque el mercado norteamericano, con sus beneficios, compensó las pérdidas en el resto del mundo
Por ejemplo, en Europa el Ford Fusion era un monovolumen compacto, derivado del Fiesta, de aquel segmento ya casi acabado, el B-MPV. Mientras tanto, el Ford Fusion americano es una berlina -o familiar- que en Europa se comercializó como Mondeo. Y el Focus europeo (generación segunda) y el americano se parecían como un huevo a una castaña.
Eso sí, el Ford Mustang tenía que ser el mismo en todas partes. De hecho, la sexta generación del pony car se planteó como un coche que pudiese venderse en cualquier lugar del mundo con mínimos cambios, no un coche americano al gusto de los americanos. Fruto de esa política empezaron, por ejemplo, a fabricarse los Mustang con el volante a la derecha para mercados RHD como el inglés o el japonés.
Y como la producción del Mustang no merece la pena dividirse en distintas fábricas, sino concentrarse en una, los Mustang que vienen a Europa se fabrican -lógicamente- en Estados Unidos, concretamente en Flat Rock (Michigan) desde julio de 2014. Y para cualquier otro mercado mundial, lo mismo.
Volvamos a hablar del euro-dólar. Aunque el mercado de los coupés deportivos está realmente mal de lo suyo en Europa, Ford se las ha apañado para vender 3.331 Mustang en el primer semestre de este año, un aumento importante en relación a las 2.179 unidades de enero a junio de 2019. Y han sacado más pasta con la operación, claro.
Es decir, no solamente se han vendido más Mustang, es que han implicado una mayor cantidad de dólares al cambio, porque los europeos los hemos comprado en euros; a Ford Europe le ha costado menos traerlos. No obstante, esta anécdota comercial no ha conseguido compensar las enormes pérdidas de Ford Europe en el primer semestre, 664 millones de dólares se han ido a hacer puñetas.
En EEUU Ford anunció que prácticamente iba a eliminar los turismos de su gama, centrándose en SUV y pick-up, y el Mustang es una de las excepciones
Para explicar estas cifras hay que explicar los problemas de sobrecapacidad que tiene Ford en el Viejo Continente, el frenazo económico debido al COVID-19, que una mayor competencia afecta a un fabricante que se había acostumbrado a ser un superventas, y que hay modelos como el Explorer que prácticamente no los quiere nadie (464 unidades en el primer semestre); este último también se importa.
No deja de ser gracioso que un fabricante que está pasándolo mal para vender turismos convencionales a la gente normal esté haciendo, a su escala, un buen negocio vendiendo coupés deportivos a los europeos, ¡precisamente a los europeos! Y tiene su explicación, si quitamos a los Premium, el Mustang prácticamente va corriendo hacia la portería sin apenas perseguidores.
De cara a un futuro muy inmediato, la llegada a estas tierras del Mustang Mach-E (un crossover eléctrico), que también será importado, mejorará las cifras de negocio de Ford en Europa. Mientras tanto hay sombras de cierre o ajustes dolorosos para las plantas europeas, las que fabrican los Ford que se suponen quieren más los europeos.