Ford Mustang 1965 'Vicious' de Timeless Kustoms, 1.000 caballos para el SEMA 2016
Uno de los más brutos de este SEMA Show 2016, el Mustang 1965 'Vicious' del taller Timsless Kustoms, con su V8 de 5.1 litros Ford con compresor y dos turbos para alcanzar los 1.000 caballos. Toda una obra de arte sobre ruedas.
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Publicado: 02/11/2016 14:00
Si por algo se caracteriza el SEMA es por reunir las preparaciones más salvajes y trabajadas bajo el mismo techo. Durante unos días en Las Vegas, se dan cita los más reputados especialistas del segmento, a los que se suman las propias iniciativas de las marcas. Estos son los días en los que se dan a conocer las criaturas más impresionantes, con estéticas y cifras apabullantes, aunque siempre hay alguna obra que destaca sobre las demás. Como es el caso del Ford Mustang 1965 ‘Vicious’ de Timeless Kustoms.
Su presentación es simple, el taller estadounidense ha revelado un precioso Mustang restomod, que con un estudiadísimo trabajo de sobrealimentación alcanza los 1.000 caballos.
Aunque ésta sería una manera muy simplista e injusta de describirlo, ya que este Mustang ‘Vicious’ es toda una obra de arte sobre ruedas. Esta es una de las últimas obras de la reciente corriente retro-futurista a la que cada vez se adhieren más builders o talleres custom. Evolución de la estética restomod, esta nueva corriente radicaliza la preparación con numerosos detalles y elementos creados ex profeso para cada obra, en lugar de emplear piezas procedentes de los habituales catálogos OEM y aftermarket.
Como podéis comprobar en nuestra galería adjunta, ‘Vicious’ poco tiene que ver con las transformaciones a las que estamos acostumbrados. Mientras el exterior dispone de una imagen muy minimalista, obtenida a base de respetar las líneas originales de su carrocería, a las que se añaden multitud de elementos aerodinámicos y rasgos propios del mundo de la competición, en el interior hallamos una composición deliberadamente artística, completamente en rojo, que de manera muy cruda y desnuda simplifica los elementos al máximo, combinando piezas de alta tecnología y rendimiento con los elementos originales.
Multitud de piezas han sido sustituidas por otras de nueva factura, como las propias bisagras del capó, ahora con un aspecto muy técnico y moderno, o la columna de dirección, más propia de un modelo de competición.
El resultado estético es simplemente bestial, muy crudo y tecnológico, pero no por ello perdiendo el sabor ‘oldies’ que destila la carrocería del Mustang fastback donante.
El apartado técnico es muy completo, con el corte del techo original, el añadido de un chasis nuevo y elementos de suspensión Corvette, así como discos de freno carbonocerámicos. La mecánica es otra obra de orfebrería, con la implantación de un V8 small block de 5.1 litros, procedente del catálogo Ford Performance, que gracias a un intenso trabajo de sobrealimentación, que incluye un supercargador en combinación con dos turbocompresores, alcanza la espectacular cifra de 1.000 hp.
Su valor técnico y estético es indudable, y a buen seguro acabe como one-off en alguna colección particular, tras un acuerdo que incluirá muchos ceros.
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