La historia de los Ford Mustang GT 390 de Steve McQueen en Bullitt
A solo un año de que se cumpla el 50º aniversario del estreno de la película, ha aparecido por sorpresa el ejemplar supuestamente perdido de los dos Mustang GT 390 empleados en Bullitt. Estos son de los Mustang más valiosos y deseables que existen y cuentan con una épica historia detrás, que no se ciñe por completo a la historia oficial.
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Publicado: 23/03/2017 17:00
Un simple post en un foro especializado en Ford clásicos fue la mecha que lo encendió todo, en un pequeño taller del norte de México aparecía un desvencijado Mustang a medio restaurar que disponía de ciertas y peculiares características y sobre todo, del mismo número de bastidor del supuesto Mustang que aparecía en la película Bullitt. Un ejemplar del que se decía había sido enviado al desguace debido a los daños sufridos durante el rodaje.
Nadie lo había buscado, al menos nadie de renombre o que lo hubiera admitido públicamente, puesto que era vox populi el destino que había sufrido el ejemplar empleado en las célebres escenas de persecución del largometraje protagonizado por Steve McQueen y todo el mundo lo daba por perdido.
Pero el caso es que no solo contaba con un número grabado en su bastidor, además presentaba las mismas y extrañas modificaciones que se sabía habían sido practicadas a los modelos empleados en el largometraje. Durante días, las noticias se sucedieron, y el post original se convirtió en el hilo más leído del modesto foro, con docenas y docenas de respuestas de especialistas y aficionados.
Hasta que el reputado especialista en Ford clásicos Kevin Marti se desplazó hasta México y dio su veredicto (anunciado por la televisión estadounidense), el extraño ejemplar que se encontraba a medio restaurar en México, y que a punto estuvo de convertirse en otra réplica sin valor de Elleanor, era realmente el Mustang que volaba por las calles de San Francisco en Bullitt, el Mustang con el que se rodaron las escenas de acción más trepidante de la película.
Con la sorprendente aparición de este, se completa simbólicamente el círculo precisamente un año antes de que sea celebrado el 50º aniversario de Bullitt, y aunque resulte irónico, tras muchas décadas por primera vez hay uno de los dos Mustang empleados en la película disponibles a la vista del público, puesto que el ejemplar que hasta ahora era considerado el superviviente sigue oculto en el garaje de su propietario, que se niega rotundamente a mostrarlo siquiera.
En esta serie de 3 artículos intentaremos esbozar la historia de los modelos empleados en la película y sobre todo, las historias personales de cada uno de los Mustang empleados para dar vida al vehículo del teniente Frank Bullitt.
Bullitt: la película
De la importancia histórica del Ford Mustang de primera generación no hace falta hablar, es uno de esos pocos modelos que dispone de estatus de icono, y no solo en los Estados Unidos. Representa muchos de los valores del automovilismo clásico norteamericano y su legado perdura hasta el día de hoy, cuando precisamente nos encontramos en un momento en el que la sexta generación del Mustang es el deportivo más vendido de Europa.
Pero como en todas las grandes historias clásicas, la del Mustang también tiene sus mitos y leyendas, como el origen de su nombre, o sus anécdotas, como la creación de los valiosos Shelby GT350. Pero si tuviéramos que crear una lista con los ejemplares del Mustang más valiosos, deseados o legendarios, el Mustang verde empleado en la película Bullit estaría con toda probabilidad en los primeros puestos de esa lista.
Su importancia es tal, que en 2001 Ford lanzó al mercado la primera edición Bullitt del Mustang a modo de homenaje, y ya hay informe que apuntan al lanzamiento de una nueva versión con este especial nombre.
Aparentemente, Bullitt es tan solo otra película clásica de Hollywood más, un thriller policíaco protagonizado por una de las estrellas del momento, Steve McQueen, que además estrenaba con Warner Bros. un contrato de seis películas bajo su sello Solar Productions. Sin embargo, este resultó no ser el protagonista absoluto de la cinta, ya que tuvo que compartir espacio en pantalla con un personaje secundario que ha sido tan o más recordado que el propio McQueen, el Mustang GT 390 de color verde Highland Green cuyas escenas de persecución se han convertido en todo un icono del cine.
En aquellos momentos, las persecuciones se rodaban a bajas velocidades o en entornos controlados, sin embargo, la productora de McQueen solicitó permiso para poder rodar las escenas a velocidades reales, y no tener que aumentar la velocidad en posproducción, en las calles reales de una de las ciudades más habitadas de los Estados Unidos, San Francisco. Finalmente, la persecución tuvo una duración de cerca de 10 minutos en pantalla.
¿El resultado? Una de las mejores escenas de persecución de todos los tiempos. Incluso con los años que han pasado, esa cinta sigue siendo mencionada cuando se habla de películas relacionadas con el mundo del motor.
Para el rodaje, Solar Productions se hizo con dos ejemplares del Mustang fastback 1968 con motor V8 390 (6.4 litros y unos 324 CV) y paquete GT, además de 2 unidades del Dodge Charger, de los que se dice eran Charger R/T, pero realmente solo uno de ellos se correspondía con esa versión, y por tanto contaba con el motor V8 440 Magnum (7.2 litros y 380 CV). Para la escena de la persecución se empleó la otra unidad, ya que disponía de menos peso por contar con un motor de menor cilindrada.
Todos los vehículos fueron preparados en el taller del especialista Max Balchowsky, donde se modificaron los cuatro coches con refuerzos metálicos (bastante burdos) en la suspensión, amortiguadores Koni y barra antivuelco. Las mecánicas fueron mejoradas a nivel de carburación y aumentaron su potencia, aunque no existen datos de la diferencia de rendimiento. También se practicaron modificaciones en el maletero, para poder alojar un generador que alimentara las cámaras que iban montadas en algunos vehículos.
A nivel estético, los Mustangs fueron modificados a base de eliminar elementos, como todos los emblemas o los faros auxiliares delanteros del acabado GT, dejando la parrilla delantera más limpia, mientras que las llantas oscuras eran aftermarket. En el caso de los Charger, ambos terminaron pareciendo versión R/T, aunque como ya hemos mencionado, uno de ellos no lo era. Un detalle poco conocido es que también existía un coche cámara, un Corvette apodado “Bullittmobile”.
Nadie sabe realmente porqué se escogió el Mustang como vehículo del protagonista, se cree que era debido a un acuerdo entre la Warner y Ford, pero esto nunca se ha confirmado. Lo que sí se sabe es que ambos ejemplares contaban con números de bastidor correlativos. El que contaba con el VIN acabado en 8 fue el vehículo empleado en la célebre persecución y demás escenas de acción, mientras que el otro, acabado en 9, fue el que se empleó para otras tomas.
La dureza del rodaje fue tal, que el vehículo empleado en las tomas de acción, con saltos considerables, quedó bastante dañado y no pudo ser recuperado, por lo que se dio orden de que fuera llevado a desguazar. El segundo ejemplar, con nº de bastidor acabado en 9, fue vendido a un empleado de la Warner. Y esta ha sido durante cerca de 50 años la historia oficial, o la única conocida, hasta el día de hoy.
El reciente descubrimiento del “ejemplar perdido” en México nos obligaba en esta redacción a tener que modificar la historia que casualmente estábamos desarrollando sobre el entonces supuesto ejemplar superviviente. cuya vida no es menos curiosa que la del Mustang recién aparecido. En lo siguientes artículos trataremos de desgranar las ricas historias de cada uno de los dos ejemplares del Mustang GT 390, probablemente 2 de los Mustang más valiosos del mundo.
Nota: Este es el primero de una serie de 3 artículos, mañana el siguiente, el Mustang "perdido" que volvió a la vida.