Ford podría fabricar un rival del Defender en el Reino Unido para Ineos
Jaguar Land Rover dejará de usar motores de origen Ford en 2020, por lo que quedará libre capacidad de producción en la planta de Bridgend. Dicha planta podría recibir el encargo de dar vida a un todoterreno basado en el Defender clásico.
5 min. lectura
Publicado: 04/11/2018 21:00
JaguarLand Rover tiene entre sus planes resucitar el Land Rover Defender según los cánones del nuevo siglo, pero puede tener un rival en casa en fechas muy próximas a su comercialización. Jim Ratcliffe, hombre más rico del Reino Unido y dueño de la petroquímica Ineos, pretende resucitar el Defender clásico.
Los Defender dejaron de salir de la fábrica de Solihull en enero de 2016 después de 67 años de producción. Aún existía interés en el duro todoterreno, la prueba está en el éxito comercial que tuvieron las últimas versiones pese a tener precios elevados y a estar obsoleto.
Ratcliffe sigue empeñado en recuperar el concepto del Defender clásico, y en parte podrá hacerlo: el diseño del todoterreno no está patentado en el Reino Unido, por lo que podría hacer una copia si Jaguar Land Rover y sus abogados no logran impedirlo. Ahora bien, ¿cómo y dónde fabricarlo?
Ratcliffe prefiere emplear mano de obra británica, aunque el escenario negro que supondrá un "Brexit" sin un buen acuerdo con la Unión Europea complica que tal cosa suceda. Levantar una fábrica es muy costoso y requiere ayuda gubernamental, así que lo más sencillo es recurrir a instalaciones existentes.
Ford tiene una fábrica de motores en Bridgend, en el sur de Gales, donde trabajan 1.700 personas. Parte de la fábrica se ocupa de proporcionar motores de gasolina a Jaguar Land Rover, pero el contrato expira en 2020 y están en riesgo 1.100 empleos. JLR producirá sus propios motores para entonces.
Ford produce la mitad de los motores que se fabrican en el Reino Unido, 2,7 millones de unidades al año
El Financial Times tiene tres fuentes que afirman que Ratcliffe está negociando con Ford emplear la parte de Bridgend que se va a quedar libre, y allí producir "su" Defender (tendrá otro nombre, pero no sabemos cuál). Ahora mismo Ford no produce turismos en el Reino Unido, solo motores, el resto se repartió entre España, Alemania y Turquía en 2012.
Esta ubicación puede quedar descartada en el caso de un "Brexit" duro (sin acuerdo con la UE), quedando favorecidas otros países donde no haya que sufrir el 10 % de aranceles ni las colas que se van a formar en los puertos y el Eurotúnel por las aduanas. Oficialmente no hay confirmación sobre estas conversaciones, pero tampoco han sido negadas.
Ratcliffe e Ineos harán pública su elección a finales de año, a solo tres meses y pico para el inicio práctico de la separación del Reino Unido de la Unión Europea, lo cual ocurrirá el 29 de marzo de 2019. Ya hay contratos firmados con MBTech y con Magna International para la parte de ingeniería.
Sin duda sería una buena idea para la industria del motor británica que Bridgend fabrique el todoterreno, ya que la inversión ha caído drásticamente desde que comenzó la campaña a favor del "Brexit". En 2015 se invirtieron 2.500 millones de libras, en 2016 1.700 millones, y en 2017 solo 1.100 millones.
Los fabricantes están muy preocupados por las consecuencias prácticas del "Brexit", ya que lo más probable es que no haya mercado único y vuelvan las incomodidades que presentan las fronteras. En ese escenario las fábricas del Reino Unido tendrían una importante desventaja competitiva frente a las continentales.
Recientemente Dyson, fabricante de electrodomésticos, anunció sus intenciones de fabricar en Singapur una gama de coches eléctricos. En el Reino Unido habrá un centro de desarrollo y pruebas en un aeródromo reacondicionado, pero la fabricación será asiática por razones muy sólidas: allí está la clientela, el saber hacer, etc.
Si los planes de Ratcliffe salen bien, producirá unos 25.000 todoterrenos al año, por lo que se convertiría en el fabricante británico más productivo, por encima de Aston Martin, Bentley, McLaren o Rolls-Royce. Todos los grandes fabricantes están controlados desde el exterior, principalmente por grupos asiáticos.
Fuente: Financial Times