Ford descubre que los desechos del árbol del que emana el oro líquido más caro es clave para los interiores de sus futuros eléctricos

Reciclar al máximo nivel posible. Es la misiva que se nos ha inculcado y también a los fabricantes de coches para reutilizar materiales que pueden tener una nueva vida. En los últimos años, toneladas de plástico recogidas de los grandes mares del mundo se están transformando en textiles para las tapicerías de los asientos, al igual que el plástico PET de las botellas de agua también se están transformando. Todo vale para hacer los coches nuevos más sostenibles.

Y en la misma línea trabaja Ford, que se ha embarcado en un interesante proyecto que tiene en el olivo una importante fuente. Los desechos del árbol, que produce uno de los frutos más valiosos del mundo, durante la recogida de éste, se reutiliza como material de compostaje. El «ramón», como se le conocen a las pequeñas ramas y a la hoja del olivo son quemados o reutilizados como abono para el propio, pero también son clave en el proyecto «COMPOlive» de la compañía americana.

Así reutiliza Ford los deshechos del olivo para producir piezas de plástico para interiores

Los futuros coches eléctricos de Ford serán más sostenibles

Especialistas en materiales de Ford han podido comprobar que estos deshechos también pueden convertirse en biocompuestos para determinadas piezas de los coches. Por ejemplo, el reposapiés, guarnecidos de las puertas y otros revestimientos del maletero. La marca ha estudiado minuciosamente las propiedades técnicas de los componentes del «ramón» demostrando una robustez, durabilidad y maleabilidad suficientes para este tipo de componentes.

Los deshechos agrícolas pueden decir adiós a los derivados del petróleo, ya que Ford ya está buscando el método para la producción de componentes a gran escala que, en un principio, se montarán en la próxima generación de coches eléctricos que la marca lanzará al mercado. Por ahora, ya cuenta con prototipos que igualan los altos niveles de calidad a las piezas actuales, aunque con la gran diferencia de que constan de un 40 por ciento de fibras y un 60 por ciento de plástico de polipropileno reciclado.

Las propiedades de los restos del olivo reducen el uso de plásticos

Más de un cliente no sabría diferenciar si la tapicería de los asientos del Fiat 500 eléctrico está compuesta de plástico reciclado o no, pero Inga Wehmeyer, líder de este interesante proyecto de Ford, ha señalado que «Las fibras sostenibles crean una apariencia superficial única y serían directamente visibles para nuestros clientes». En otras palabras, el aspecto de una pieza de plástico convencional cambia considerablemente con los materiales de desecho del olivo, por lo que abre un nuevo capítulo que, incluso, pueden llegar a partes más a la vista de los interiores.