Frases para la historiaCitas famosas del mundo del motor (III)
Recopilamos algunas de las citas célebres más impactantes, ingeniosas y divertidas relacionadas con las competiciones sobre cuatro ruedas. Os ofreceremos un total de siete artículos. Perlas de sabiduría de la boca de los pilotos más relevantes de la historia en la Fórmula 1 y los rallyes ¿Qué frases te han gustado más?
En cada carrera, los protagonistas son los pilotos. Son los héroes y los villanos, los ídolos de la afición y el espejo en el que se miran los jóvenes talentos. Nuestro tercer artículo con las citas del motor que han pasado a la historia recoge todas esas descripciones y análisis de algunos de los hombres más laureados del automovilismo mundial.
Antonio Zanini demostró un buen ojo en 1982 cuando en el Rally Costa Brava dijo: “Hay un chaval que corre en un Panda que nos va a retirar a todos”. Con el tiempo, aquel chaval ganó un par de Mundiales. Quizá os suene el nombre, un tal Carlos Sainz.
Además de por su talento, Carlos Sainz era alabado por su forma de trabajar metódica y precisa. David Lapworth, responsable técnico de Subaru en el Mundial de Rallyes, comentaba lo siguiente: “Los pilotos de rally afrontan su trabajo de forma muy diferente a otros pilotos de carreras. Ésa es la diferencia entre las dos disciplinas. Los pilotos de carreras utilizan un método más progresivo: reuniones, teoría, análisis curva a curva; son mas metódicos. Los pilotos de rallyes trabajan igual que conducen: por instinto. No hay muchos pilotos de rallyes que tengan la paciencia de un piloto de carreras, pero Carlos Sainz es la más notable excepción a la regla”.
Seguimos con los pilotos españoles, en otra disciplina. Ross Brawn hablaba así de Fernando Alonso el año pasado: “Gana carreras en las que no debería ganar, carreras en las que él no tiene derecho a hacerlo. Y ésa es la marca de un gran piloto. Es simplemente uno de los grandes de todos los tiempos. Ha logrado llegar ahí por lo que es, por el piloto que lleva dentro”.
Mientras Alonso se abre paso en el Olimpo de la Fórmula 1, una discusión recurrente es establecer quién es el mejor piloto de la historia. Y hay dos candidatos que nunca faltan: Ayrton Senna y Michael Schumacher. Ambos coincidieron en el tiempo y Niki Lauda, en 1994, decía de ellos: “La principal diferencia entre ambos viene dada por la edad. Una gran diferencia. Presumiblemente Dios les ha bendecido a los dos y les ha dado igual cantidad de talento. Así que solo será cuestión de tiempo. Cuando Michael tenga la misma experiencia que Senna, gracias a su juventud, ganará e incluso puede que acabe echando a Senna, aunque creo que éste no se dormirá en los laureles, siempre irá a toda velocidad”. Desafortunadamente, el fatal desenlace de la carrera de Imola nos privó de saber si estas palabras acabarían siendo ciertas.
Martin Brundle también habló de la calidad de los dos pilotos tras el GP de Brasil de 1994. Schumacher y Senna lideraban la carrera y doblaron a todos los pilotos, hasta que el brasileño se salió de pista y tuvo que abandonar, permitiendo que Schumacher lograra una fantástica victoria: “El muchacho es impresionante. Él y Senna son de otra clase. Pero en Brasil logró que el mismísimo Senna cayera en su trampa y cometiera un fallo de pilotaje. Tuve una larga charla con él y no dejó de impresionarme por su madurez y profesionalidad. Sabe lo que quiere y dónde y cómo lograrlo, y cuando haya llegado no creo que se conforme ya que da la impresión de que una vez conseguida una meta ya se fija otra”.
El propio Ayrton Senna tuvo palabras de alabanza hacia Michael Schumacher. En el primer Gran Premio del piloto alemán, en Bélgica 1991, consiguió acabar séptimo con su Jordan en la sesión de clasificación. Un resultado que impresionó al brasileño: “Este chico tiene que ser realmente rápido para estar ahí en su primera participación”.
Pedro De la Rosa también mostró su admiración hacia el siete veces campeón del mundo, Schumacher: “El mejor, con mucho. Y no porque sea el más rápido, no. Ni siquiera el más inteligente, tampoco. Sino porque es el más completo, el que cuida todos y cada uno de los detalles. Porque es pillo y sabe leer y planear la estrategia de cada carrera como ninguno. Porque se entrena en lo que los demás no entrenamos: por ejemplo, en las entradas y salidas de los boxes para repostar y cambiar neumáticos. En ese caminito de entrada, en esos pocos metros, en esas tres curvas, él gana segundos mientras que los demás desprecian esa maniobra y se creen que el tiempo lo ganan o pierden los mecánicos en la operación. Es grande porque hace grandes los pequeños detalles, esos que marcan la diferencia”.
Frank Williams se expresaba en los mismos términos: “Los que no tenemos a Michael tenemos un problema. Es el mejor probando, corriendo, calificando, sacándole lo mejor a sus ingenieros, al coche y al equipo. Es el más apto y el más rápido. La lista es interminable”.
Pero antes del “Kaiser” Ayrton Senna tuvo una auténtica lucha con Alain Prost que ya forma parte de la historia. Jo Ramírez, coordinador de equipo de McLaren en aquella época, señalaba: “Existe una diferencia fundamental entre Ayrton Senna y Alain Prost: el primero tiene una necesidad de ganar carreras, el segundo disfruta corriendo y ganando carreras”. Una pequeña gran diferencia.
En aquella época se juntaron muchos grandes pilotos, una generación sin parangón en la Fórmula 1. Alain Prost también se vio las caras con Gilles Villeneuve, un luchador nato. El piloto francés se asombraba de su actitud: “Entre mis rivales y yo hay una pelea por la pole, porque eso es importante. Pero con Gilles puedes ver una batalla por todo, hasta por el décimo lugar”.
Retrocediendo aún más en el tiempo, cabe recordar las palabras de Stirling Moss sobre el pilotaje de Juan Manuel Fangio y Alberto Ascari: “Durante los entrenamientos me encontraba detrás de los fardos de paja a la salida de una curva, observando cómo entrenaban Fangio y Ascari .Por supuesto, los dos eran extraordinarios. Ascari salía derrapando y pasaba a pocos centímetros de los fardos de paja, vuelta tras vuelta, siempre a la misma distancia. Pero entonces, Juan Manuel salió de la misma curva casi rozando los fardos de paja de modo que temblaban las cañas que sobresalían y alguna que otra se rompía y salía volando. Pasaría igual vuelta tras vuelta. Era tan constante como Ascari y aprovechaba justo esa mínima fracción más de pista para ir una mínima fracción más rápido. Son esas fracciones las que marcan la diferencia entre un gran campeón y un genio absoluto”.
Volvamos a los rallyes y pensad cómo puede ser tener a dos pilotos que han conquistado el Mundial en el mismo equipo. Juha Kankkunen y Didier Auriol coincidieron en Toyota, pero eran muy diferentes y Dieter Bulling, ingeniero jefe del equipo, explicaba cómo eran: “Entre Didier y Juha hay una gran diferencia. Didier consigue explicar exactamente el comportamiento del coche. Consigue separar las secuencias del movimiento del coche, como la frenada, la entrada en las curvas, la aceleración en las salidas en recta y explicar exactamente lo que ocurre en cada una de estas fases. Nota cosas que nadie es capaz de notar. Con él, el coche tiene que estar al 100% y entonces consigue rendir el 110%. Juha, sin embargo, consigue sacar el 95% a un coche que está al 75%. Juha adapta su estilo de conducción al automóvil, exactamente lo contrario. Cuando, por ejemplo, el coche queda dañado por algún accidente, los tiempos de Didier son peores que los de Juha. Esto es debido a sus diferentes estilos de pilotaje. Juha parece vacilar más, prepara el coche antes de la curva y la recorre con un movimiento continuo. Didier va directo a ella, frenando lo más tarde posible y confía en que el coche se comporte exactamente de la forma prevista y deseada para poder salir de la curva acelerando según una larga línea recta. Lo notamos por los neumáticos: cuando se desgastan durante una clasificatoria, Didier tiene que volver a aprenderlo todo sobre el coche; Juha se adapta mejor”. Dos estilos, un mismo objetivo.
Grandes pilotos imposibles de juntar en una misma carrera ¿te imaginas que fuera posible? Jacques Villeneuve sí que lo hizo: “El Gran Premio perfecto hubiese sido: Gilles, Mansell, Senna, Prost, Tazio, Fangio, Moss, Stewart, Graham, Schummi, Jacky Ickx, Damon, Andretti, Fittipaldi, Jean Pierre Beltoise, Stirling Moss. En Spa con lluvia y cualquier McLaren de mediados de los 80. Daria mi vida al diablo por verlo”. Si ponemos a tres o cuatro más sería ideal ¿dónde hay que firmar?
Lo que hay que recordar es que detrás de esos pilotos casi perfectos en carrera, que parecen máquinas, hay un hombre. Froilán González hablaba así sobre Juan Manuel Fangio: “Eran otros tiempos y si bien la rivalidad existía porque cada uno quería ganar, era una rivalidad sana, sin malas intenciones y que se terminaba cuando bajaban la bandera a cuadros. Esto fue posible también porque Juan era grande como persona. Le gustaban las cosas derechas y, a pesar de su fama y prestigio, conservaba la sencillez. Esto le hizo cosechar muchos amigos, algo que fue tan importante como los triunfos y títulos que logró en la pista”. Todo un señor.