¿Existe la conocida «frenada regenerativa» en los coches diésel?
Muchos coches modernos incluyen un pequeño sistema eléctrico de pequeño tamaño que aporta un leve empuje al vehículo en ciertas ocasiones. La energía para ello se obtiene, por lo general, mediante la llamada «frenada regenerativa». Pero, ¿está disponible para coches con motor diésel o es algo exclusivo de los gasolina, híbridos y eléctricos?
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Publicado: 24/10/2023 12:00
Como bien es conocido, muchas marcas automovilísticas están dando la espalda al desarrollo de nuevos motores de combustión alimentados por diésel. Todo ello, en pos de centrarse en la electrificación de la gama o en las variantes híbridas, las cuales, salvo excepciones, estarán montadas sobre bloques de gasolina. Entonces, ¿quiere decir esto que los diésel se han quedado atrás y ya no cuentan por nueva tecnología eléctrica de apoyo? Nada de eso.
De hecho, la mayoría de fabricantes que siguen trabajando con motores diésel se han decidido a incluirles un sistema de microhibridación (o Mild-Hybrid) por el que dará un apoyo extra al bloque térmico en ciertas circunstancias: aceleraciones puntuales o para favorecer el llamado «efecto vela» en autopistas. Algunas marcas, incluso, van un paso más allá e incorporan un completo sistema eléctrico para hacerlo híbrido enchufable, como algunos coches de Mercedes, los apellidados «DE».
Es decir, la electrificación sí ha llegado a los motores diésel, aunque de forma mucho menos extendida que en alternativas de gasolina. Precisamente ahí está el quid de la cuestión. Para alimentar a este sistema eléctrico, en ciertas ocasiones, se hace uso del llamado «freno regenerativo», el cual vamos a desglosar profundamente.
¿Dónde está presente la frenada regenerativa?
Esta es una pregunta significativamente sencilla, pues el freno regenerativo estará presente en la mayoría de alternativas mecánicas equipadas con una electrificación. Desde los híbridos enchufables, pasando por los híbridos autorrecargables, microhíbridos e, incluso, en mecánicas mucho menos elaboradas y que únicamente cuentan con una batería de mayor voltaje que una convencional para ciertos apoyos sencillos y puntuales.
El caso más simple, es el ejemplo de la batería de medio voltaje. La equipan algunos modelos diésel en marcas como BMW o Mercedes-Benz. Consiste en una batería que se alimenta mediante el propio freno y que, una vez cargada, puede dar apoyo al motor térmico diésel, en este caso. Su función será la de proporcionar el llamado efecto vela cuando se circule por autopista a velocidad constante. Ello llevará a que el coche mantenga la velocidad pese a soltar el pedal del acelerador, con el consecuente ahorro de combustible. En ciertos casos puede llegar a ahorrar más de 0,5 litros de carburante en una media total de 100 kilómetros. No es demasiado pero sí es bienvenido.
Entrando ya en modelos más elaborados, como los híbridos enchufables. Actualmente sólo Mercedes-Benz cuenta con una pequeña gama de coches con esta arquitectura y un motor diésel. Al igual que en cualquier otro vehículo con este sistema, se podrá alimentar mediante la frenada regenerativa o a través del enchufe. En caso de hacerlo mediante la regeneración, esto será significativamente más lento y, en ciertos casos, dará cobertura suficiente para usar el vehículo híbrido enchufable como si de un híbrido autorrecargable se tratase.
¿Cómo funciona la frenada regenerativa?
El freno regenerativo en un motor diésel (o gasolina, es igual) también se le suele conocer con el sobrenombre de KERS. Es posible que si eres aficionado a la Fórmula 1 te suene este término. KERS son las siglas de Kinetic Energy Recovery System, y era el elemento que precedió a la era híbrida en la categoría reina del automovilismo.
Este sistema, en términos generales, es un dispositivo que se encarga de reducir la velocidad en el coche, para, a su vez, transformar la energía cinética en eléctrica y almacenarla en una pequeña batería para su aprovechamiento en ciertas situaciones, como las anteriormente descritas.
Marcas como Volvo han descrito a este componente como algo esencial, ya que escapaz de recuperar hasta el 70% de la energía que se podría haber desechado en forma de calor al accionar los frenos de las ruedas. El sistema no precisa de estos mencionados frenos, sino que ejerce su trabajo de forma individual.
Como ya hemos mencionado con anterioridad, esto supondrá un apoyo fundamental para el motor térmico y desembocar en un ahorro notable en el consumo de combustible. Asimismo, también supondrá evitar el desgaste de pastillas de freno, ya que en algunos casos evitará que el conductor tenga que pisar el pedal central o izquierdo (dependiendo si es un coche automático o manual, respectivamente).
Frenada regenerativa en coches híbridos o eléctricos
Tanto híbridos (enchufables o autorrecargables) como eléctricos, son las variantes donde mayor popularidad tiene la frenada regenerativa, ya que recargar sus baterías usando este método será vital para el correcto funcionamiento del coche.
En algunos híbridos, como los de Toyota, por ejemplo, se puede encontrar el llamado «Modo B», ubicándose como una opción más dentro de la propia palanca de cambios. Insertándolo se activará el freno regenerativo (la «B» de este modo es la inicial de «Brake», freno en inglés), lo que hará que la batería se recargue más rápidamente.
En otros modelos, especialmente en los eléctricos se pueden encontrar hasta varios niveles de frenada; desde una más sutil hasta otra en la que podremos prescindir directamente del uso del pedal del freno. A esto comúnmente se le conoce como «pedal único», aunque dentro de las diferentes compañías se pueden encontrar diferentes nombres: e-Pedal, i-Pedal, E-One Pedal... Esto puede llegar a ser significativamente cómodo en un desplazamiento urbano y sus continuos para-acelera a causa de semáforos o atascos.