La masificación del coche eléctrico pasa por marcas como Dacia
El lanzamiento del primer coche eléctrico de Dacia supondrá un auténtico punto de inflexión para los clientes particulares que todavía recelan de la movilidad eléctrica debido al elevado precio que tienen este tipo de vehículos. La verdadera masificación del coche eléctrico en España (y Europa) pasa por marcas generalistas como Dacia.
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Publicado: 28/01/2019 08:00
Desde hace unos cuantos meses los informes acerca del ansiado coche eléctrico de Dacia se han acrecentado. Son varias las declaraciones realizadas por altos cargos de la firma rumana y no pocos los detalles que se han filtrado a la red en los últimos tiempos. Unas informaciones que lógicamente debemos coger con pinzas y darle la importancia que se merecen. Lo que está claro es que cuando Dacia lance su primer coche eléctrico en Europa supondrá un punto de inflexión para la situación que vive este tipo de vehículos en el viejo continente. Por lo menos en el canal de particulares.
Si se confirman los plazos que se barajan actualmente, el primer coche eléctrico de batería de Dacia llegará a los concesionarios europeos en algún momento entre los años 2020 y 2023. Para su desarrollo Dacia se beneficiará de toda la experiencia y tecnología del Grupo Renault en el campo del coche eléctrico. Modelo como el Renault Zoe son un éxito dentro de su segmento. Sin embargo, y a pesar de poder presumir de ser uno de los coches eléctricos más vendidos, el Zoe sigue teniendo un precio prohibitivo para una gran parte de los conductores.
Dacia buscará diferenciarse del resto, una vez más, jugando la baza de la relación calidad precio. El coche eléctrico de Dacia rondará los 15.000 €, una cifra que le posicionaría, por precio, al nivel de un Dacia Duster con motor GLP y un equipamiento de serie más que aceptable. Dispondrá de unas prestaciones solventes para el uso diario y desde la marca estiman que una autonomía real de 200 kilómetros será más que suficiente para una gran parte de los conductores.
A día de hoy, cuando se habla de «un coche eléctrico de masas» hay varios puntos que deben ser matizados. Es cierto que el Nissan Leaf o el Renault Zoe pueden ser considerados un coche eléctrico de masas, aunque dentro de su particular categoría, ya que comparado con otros automóviles de cero emisiones concentran el grueso de las matriculaciones de eléctricos. Sin embargo, el volumen de ventas que están cosechando estos automóviles sigue estando a años luz de los vehículos de combustión interna.
Durante el año 2018 en Europa se vendieron 40.699 unidades del Nissan Leaf, una cifra que ratifica el éxito que está cosechando la segunda generación del eléctrico de Nissan y que a buen seguro se verá reforzado con la llegada de la versión e+ que ofrece una autonomía superior. En España, las ventas del Nissan Leaf solo registraron 1.261 unidades. Del Renault Zoe, otro de los eléctricos más vendidos, se contabilizaron 1.421 matriculaciones en el mercado español.
Para poner en contexto estas ventas, podemos tomar como referencia al coche más vendido a particulares en España en 2018, el Dacia Sandero, modelo del que se registraron 27.124 matriculaciones. Por tercer año consecutivo el utilitario de Dacia ha sido el coche más vendido en España entre los clientes particulares, un fiel reflejo de cuál es la situación actual del mercado automovilístico español.
Si se quiere alcanzar el objetivo de masificar el coche eléctrico en España, más allá de establecer prohibiciones al uso del vehículo de combustión interna, híbridos y/o alternativos de GLP/GNC, hay que hacer frente a varias cuestiones. La primera de ellas es el factor precio, en un mercado donde el coche más vendido entre particulares es el Dacia Sandero, no podemos esperar que la clase media se aventure en la descabellada idea de comprar un coche eléctrico que supera los 30.000 €.
Otra de las cuestiones es la forma en la que está estructurada la sociedad española, donde la mayor parte de la población se concentra en entornos urbanos y reside en altos edificios. No me extenderé en los problemas que acarrea esta cuestión a la hora de establecer una infraestructura de puntos de carga que permita utilizar diariamente un coche eléctrico sin morir en el intento, os invito a leer este artículo «El panorama del coche eléctrico en España: datos para ser pesimista» escrito por nuestro colaborador J.F. Calero.
Y por último, tenemos los problemas actuales de la industria. Aumentar las prestaciones en un coche eléctrico es muy sencillo. Sin embargo, el factor determinante sigue siendo la autonomía que ofrece el paquete de baterías. Para aumentar la autonomía es necesario incrementar la capacidad de la batería, algo que encarece notablemente el precio del automóvil. Con los coches de combustión interna se vive la situación contraria. Aumentar la autonomía es tan sencillo como instalar un depósito de combustible más grande.
Una vez se hayan superado todas estas cuestiones podremos entrar en una época en la que verdaderamente se produzca la masificación del coche eléctrico. En la actualidad, su uso quedará relegado a personas con alto poder adquisitivo que pueden permitirse comprar un Tesla o para personas que, debido a su lugar de residencia, se han visto obligadas a dejar a un lado su automóvil y utilizar los servicios de car sharing cuyas flotas se componen en su gran mayoría por coches totalmente eléctricos.