GLP contra GNC, ¿qué es mejor?
Cada vez más fabricantes se animan a vender versiones convertidas de fábrica para funcionar con gas de sus modelos más populares. Son el camino más rápido para desengancharse de las mangueras negras del gasóleo y soluciones perfectas para quien no quiere o no necesita un eléctrico.
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Publicado: 09/02/2018 21:00
Después de leer la prueba de mi compañero Javier sobre el SEAT Ibiza TGI de 90 CV, alimentado a gas natural, cabe preguntarse ¿qué sistema es mejor? Para empezar, los vehículos adaptados a GNC consumen metano, que es uno de los hidrocarburos más básicos que hay. Los convertidos a Autogas o GLP utilizan una mezcla de butano y propano. Ambos combustibles tienen una carga fiscal muy baja hasta por lo menos 2023.
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La diferencia de propiedades físicas y químicas de ambos combustibles determinan el diseño de los depósitos. En un vehículo a GNC suele haber varias bombonas que almacenan el gas a muy alta presión (unos 200 bares), mientras que el GLP se almacena en un depósito tórico -tipo donut- o cilíndrico a una presión muy inferior, en torno a la décima parte (unos 14-24 bares).
Las bombonas de GNC ocupan por tanto un poco más de espacio útil y añaden un poco más de peso. El Ibiza recién probado engorda más de 100 kg, mientras que una adaptación a GLP puede incrementar el peso en la mitad de esa cifra. Ahora bien, en el caso de un coche diseñado de fábrica para usar GNC, la colocación de las bombonas es más óptima en todos los sentidos, se pierde menos espacio y se maximiza la autonomía.
El Grupo VAG ofreció una serie de modelos adaptados a GLP de fábrica durante algo más de 10 años, pero los ha abandonado por completo. Les cayeron muchas críticas por el elevado consumo de los motores, especialmente el "famoso" 1.6 8v de 102 CV, que tragaba como un motor del doble de potencia y la autonomía no era interesante, así como el coste por kilómetro.
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Ahora Volkswagen y sus distintas marcas ofrecen versiones de gas natural comprimido en plataformas optimizadas para almacenar esos depósitos, véase la MQB A0 del Ibiza. Prácticamente todos los oponentes del Ibiza a gas confían en el GLP con depósitos tóricos en el hueco de la rueda de repuesto. La inconveniencia del kit antipinchazos es común a ambas ofertas.
Aunque a priori la combustión del GNC es un poco más limpia -el hidrocarburo es más simple- legalmente GLP y GNC es lo mismo, mientras superen la normativa Euro 3 tienen el tratamiento de vehículos ecológicos y reciben la pegatina ECO. Quien elija coche con criterios 100% medioambientales, verá más atractivo el GNC, pero tienen la misma libertad de moviiento y ventajas.
Ahora toca hablar de dinero, una de las partes feas. Supongamos que comparamos dos modelos cualesquiera, uno a GNC y otro a GLP, que han salido al mismo precio. Ahora mismo el precio del kilo de GNC está en 0,975 euros y el litro de GLP en 0,672 euros (mayoría de gasolineras Repsol, el operador dominante).
Para igualar el consumo -en euros- del Ibiza, oficialmente 3,3 kg/100 km o 4,9 m³/100 km -no es lo mismo peso que volumen- habría que hacer un consumo de GLP de 4,8 l/100 km. Por experiencia propia, conseguir un consumo tan "bajo" es tremendamente difícil, lo habitual de un coche del segmento B a GLP es 6 a 8 l/100 km.
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Ahora bien, con una conducción extremadamente cuidadosa se puede bajar de 6 l/100 km de GLP, y utilizando las gasolineras correctas y los descuentos correctos, se puede conseguir un coste por kilómetro prácticamente igual o levemente superior al GNC, pero no inferior. En la práctica, el GNC es más competitivo en cuanto a coste de uso.
La principal limitación del GNC es que hay pocas estaciones que lo sirvan, una proporción 1:10 respecto a GLP, por lo que en un viaje lejos de nuestra zona de confort habrá que planificar dónde repostar y asumir un consumo de gasolina cuando se hayan agotado las bombonas de GNC. Afortunadamente, gasolina se vende en cualquier lado y se reposta en minutos, he aquí una gran ventaja frente a un eléctrico.
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Con GLP es más difícil agotar del depósito a nada que seamos mínimamente previsores y que utilicemos la aplicación oficial de la AOGLP. En los coches con el depósito más pequeño la autonomía va de los 300 a los 500 kilómetros, y salvo algunas rutas mal abastecidas, se puede ir casi de punta a punta de España sin gastar prácticamente nada de gasolina (arranques y poco más), con GNC no.
Después de haber conducido más de 100.000 kilómetros usando GLP, mi recomendación es clara: el que tenga surtidores de GNC en su zona y salga poco de ahí, ahorrará más con GNC, pero el que tenga una vida menos previsible y viaje, verá el GLP más interesante. Para los coches que no tienen de serie ni una cosa ni la otra, se pueden convertir igualmente, es cuestión de pedir presupuestos, hacer números y ver qué es más beneficioso para el bolsillo.