Great Wall Motors tira la toalla en Europa, la dura realidad del mercado europeo para las marcas chinas con los aranceles de fondo
Se las prometía muy felices pero la industria del automóvil da tantos giros como la vida misma. GWM o, lo que es lo mismo, Great Wall Motors, es una de las primeras marcas chinas que desembarcaron en el continente europeo y también la primera que tira la toalla y abandona su estrategia de expansión. Un fracaso incomprendido, pero consecuencia de una mala estrategia.
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Publicado: 30/05/2024 06:00
Las marcas chinas saben que necesitan una planificación ajustada al milímetro para lograr el éxito en el continente europeo y que no son sólo los precios más bajos la clave para conquistar a un público muy exigente. BYD es un ejemplo para sus marcas compatriotas, tejiendo una estrategia después de analizar con profundidad al cliente europeo y conociendo los puntos débiles y las fortalezas de los modelos que triunfan.
Aún así, la competencia es abrumadoramente enorme y todos los fabricantes se tienen que esforzar al máximo. Great Wall Motors fue una de las primeras marcas chinas en desembarcar en el continente europeo, concretamente en Alemania, Suecia, Reino Unido e Irlanda, y con grandes planes de expansión hacia otros países empezando por Italia. Pero los planes han quedado en nada, después de que el fabricante haya anunciado que tira la toalla y que abandona para centrarse en el mercado asiático, según informan fuentes alemanas.
La primera marca china en llegar a Europa que decide abandonar
La marca, que tiene un importante acuerdo con el importador Emil Frey, seguirá exportando unidades desde el gigante chino, pero nada más. La reorganización que llevó a cabo el pasado verano renombrando la marca y lanzando un par de SUV híbridos enchufables muy interesantes, ha desaparecido por completo, como también dice adiós al simpático ORA Funky Cat. La gran apuesta en el mercado de los coches eléctricos.
Según el informante, el cierre de la sede central de Great Wall en Múnich, con el consiguiente despido de un centenar de empleados, en un principio nada tiene que ver con los aranceles que la Unión Europea tiene previsto imponer a los fabricantes chinos a partir de este verano, pero en una parte sí que está relacionado. El grueso de la decisión se basa en el pobre rendimiento comercial de sus modelos que, en todo el año pasado, apenas lograron vender 6.300 unidades.
Las ventas en Europa juegan una mala pasada a Great Wall
Y las previsiones para este año no son nada halagüeñas, pues de enero a abril y en los cuatro países en los que está presente, sólo ha conquistado a 1.400 clientes. Cifras demasiado bajas que no reportan suficientes beneficios, y mucho menos lo harán si finalmente se imponen los aranceles aduaneros. Great Wall se ha despedido de Europa hasta tiempos mejores y, por supuesto, replanteen sus posiciones.