Carl Haas (1930-2016): una vida de éxito ligada a un puro

El legendario jefe de equipo de Newman/Haas, toda una institución en la IndyCar, falleció hace una semana a los 86 años tras una larga enfermedad. Su victoriosa asociación con Paul Newman y su icónico puro le convirtieron en una leyenda.

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Publicado: 08/07/2016 13:30

Este jueves, se ha hecho pública la muerte de una de las figuras más relevantes de la historia del automovilismo estadounidense de las últimas 4 décadas. Carl Haas falleció pacíficamente en su domicilio el pasado 29 de junio, a los 86 años de edad, tras batallar con el Alzheimer durante casi una década, dejando tras de si una vida llena de logros dentro del mundo de las carreras, en el que empezó como piloto en los años 50, pero en el que dejó su marca como dueño y jefe de equipo.

Tras hacer sus pinitos como distribuidor exclusivo de Lola en Estados Unidos a finales de los 60 e iniciar varios equipos en los 70 en diversas categorías, incluída la Formula 5000 (la principal competición americana de monoplazas en circuito de la época), fue en la década de los 80 donde todo empezó a cristalizar, de la mano de su buen amigo, el famoso actor y ocasional piloto Paul Newman. Juntos formaron Newman/Haas, empezando a competir en CART (actual IndyCar) en 1983, nada menos que con Mario Andretti al volante. Con ellos, el veterano campeón del mundo obtuvo su cuarto título de IndyCar un año después, y disputó sus últimas 12 temporadas como piloto de monoplazas.

Haas llegó incluso a lanzarse, con un chasis Lola, a la aventura de la Fórmula 1. Tras varios contratiempos, debutó a finales de 1985 y afrontó la temporada 1986 con dos veteranos de garantías como Alan Jones y Patrick Tambay. Resultados dispares y un escaso patrocinio le llevaron a dejarlo a final de año y a centrarse en Estados Unidos, donde llegó a poseer, además de su equipo de IndyCar, el mítico óvalo de Milwaukee e incluso un equipo de NASCAR en copropiedad. Su amor por los puros se convirtió en una imagen clásica, y llegó a utilizarlo como 'arma' en Japón. Incluso con la eventual prohibición de fumar en el pitlane, Haas lucía uno apagado que 'fumaba' por ambos extremos.

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Mario no fue el único piloto en brindar éxitos a Haas. Su hijo Michael Andretti se le unió en 1989, obteniendo su único campeonato en 1991, y 31 de sus 42 victorias. Con Newman/Haas emprendió Nigel Mansell su aventura en Estados Unidos en 1993, consiguiendo el título a la primera. A ellos les siguieron pilotos de la talla de Paul Tracy, Christian Fittipaldi, Roberto Moreno, Cristiano da Matta (campeón en 2002) y, sobre todo, Sébastien Bourdais, que obtuvo cuatro entorchados consecutivos de Champ Car entre 2004 y 2007 para Newman/Haas.

El español Oriol Servià vivió los momentos más exitosos de sus 16 temporadas en EE.UU de la mano de Carl. Llegó en 2005 como sustituto del lesionado Bruno Junqueira, y obtuvo su único triunfo en el Circuit Gilles Villeneuve, además de otros 6 podios y el subcampeonato. Regresó en 2011, ya en la unificada IndyCar, y terminó el año en un excelente cuarto lugar con tres podios más, en la que acabaría siendo la última temporada de actividad del equipo.

La muerte de Newman en 2008, la mayor falta de patrocinio y el avance de su enfermedad, que le hizo borrarse del paddock desde 2009, llevó a un equipo que había acumulado 8 títulos y 107 victorias en 29 temporadas al colapso. Su mayor cuenta pendiente fueron las 500 millas de Indianápolis, donde la maldición de los Andretti, la mala resalida de Mansell en el 93, el famoso 'split' entre la IndyCar y la IRL y una mala estrategia con Servià le dejaron con las ganas de victoria. No obstante, nada de eso eclipsa una trayectoria vital intensa, dedicada al deporte de motor y llena de victorias que perdurará en el recuerdo. Rest In Peace.

Fotos: IndyCar

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