Herbert Diess (Grupo Volkswagen) descarta los coches de hidrógeno como solución
No hay quorum acerca de la viabilidad el hidrógeno como un sustituto de los combustibles fósiles en automoción. Entre los fabricantes que no creen en él, está Volkswagen. Su CEO, Herbert Diess, lanzó un mensaje a políticos alemanes de alto nivel.
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Publicado: 22/05/2021 22:00
Dos tecnologías compiten por la sustitución de los combustibles fósiles, la electricidad almacenada en baterías, y la electricidad almacenada en depósitos de hidrógeno a presión. En los dos casos, está claro que los motores van a ser movidos con electricidad, el matiz está en su origen.
En los vehículos a baterías el aporte de energía es externo, tienen que enchufarse a una toma de corriente o captarla de alguna otra forma (inducción, pantógrafo...), ya que la frenada regenerativa solo estira la autonomía un poco, pero no es suficiente para una recarga completa.
Por otro lado, los vehículos que usan hidrógeno realizan a bordo una transformación química para obtener electricidad. Si comparamos un proceso y otro, del «pozo» a la rueda, con baterías siempre se aprovecha mejor la energía. En otras palabras, el impacto medioambiental es a priori menor.
El pasado martes Herbert Diess emitió este mensaje con una clara intención, había etiquetado a políticos alemanes que pueden acabar en la Cancillería de Alemania, es decir, sustituyendo a Angela Merkel. Por lo tanto, se trata de gente que tendrá un poder de decisión considerable tanto en Alemania como en la Unión Europea.
«Se ha demostrado que el coche de hidrógeno NO es la solución al cambio climático. La electrificación ya se ha establecido en vehículos. Los debates estériles son una pérdida de tiempo. ¡Escuchen a la ciencia!», dijo el ejecutivo alemán. A su tuit adjuntó una información de Handesblatt, que a su vez cita a un estudio del Instituto para la Investigación del Cambio Climático de Potsdam (PIK).
De acuerdo a la investigación llevada a cabo por el PIK, la adopción masiva del hidrógeno en vehículos de pasajeros no solamente no aliviará el impacto en las emisiones de carbono: será peor el remedio que la enfermedad. Para llegar a esa conclusión se basaron en el mix energético europeo, en el que hay emisiones ligadas a la producción eléctrica. Y para llenar baterías hace falta menos electricidad.
Ahora mismo, y con unos años por delante, los investigadores del PIK concluyeron que el hidrógeno (y derivados) resulta ineficiente, que los materiales necesarios para las pilas de combustible son escasos y caros, y que es mejor destinar los recursos públicos y privados a los vehículos que funcionan a baterías.
Y eso resulta cierto con la tecnología actual, la producción eléctrica actual y las certezas que tenemos a corto plazo. Pocos fabricantes apuestan fuerte por el hidrógeno -sin dejar de lado las baterías, obviamente-, entre los que podemos citar a Toyota, BMW, Hyundai, Stellantis, y a un nivel todavía de cautela, a Renault. El resto creen fundamentalmente en los vehículos a baterías.
En el Grupo Volkswagen parece estar claro a dónde va el futuro: baterías. Estas todavía tienen bastante margen de mejor: densidad energética, capacidad, ritmo de carga y descarga admisible, etc. El hidrógeno puede ser más interesante para otros medios de transporte, véase camiones y autobuses, trenes, aviones, e incluso barcos. Otra cosa son los turismos o las motocicletas.
Si bien es cierto que el hidrógeno no es LA solución, es UNA solución complementaria a la electricidad y que tampoco debe ser descartada. Desde luego si el sector público no apoya el hidrógeno, tardará mucho más en despegar, y ya acumula un retraso de unos 20 años en su implantación masiva.
Muy pocos particulares en el mundo conducen su propio vehículo de hidrógeno, prácticamente todos son de empresas. Cuando no hablamos de prototipos, hablamos de modelos de muy baja producción, limitados a un ámbito geográfico donde puedan repostar, y siempre con unos precios que asustarían a un cliente normal y corriente.
En cambio, Diess tiene razón en el sentido de que la electromovilidad ya es una realidad, que los vehículos están mejorando mucho sus características, son cada vez más aptos para el público general, y que la combustión interna tiene fecha para su desaparición. Poco motor térmico nuevo vamos a ver a partir del 2050.