La historia del Plymouth Road Runner, un muscle car low-cost

Chrysler tuvo la siguiente idea para la temporada de 1968: ¿por qué no poner a la venta un coche simple con un motor muy potente? Tenía que llegar al cuarto de milla a 160 km/h, pero con un precio de menos de 3.000 dólares.

La historia del Plymouth Road Runner, un muscle car low-cost
1968 Plymouth Road Runner

6 min. lectura

Publicado: 24/10/2022 22:30

Antes de 1968 se puso a la venta en Estados Unidos el Plymouth Road Runner, un derivado del Belvedere/Satellite con un objetivo claro: muchos caballos, poco peso, precio ajustado. De esta forma se pudo ofrecer a la clientela por 2.870 dólares, en dinero actual unos 25.500 dólares.

El motor estándar era un 6.3 V8 (383 pulgadas cúbicas) que se beneficiaba de varios componentes del 7.2 V8 Super Commando (440 ci), por lo que podía erogar 335 CV según el estándar de entonces, potencia bruta sin accesorios. Opcionalmente, el 7.0 V8 HEMI (425 ci) subía el listón hasta 425 CV brutos, pero había que aflojar casi 4.400 dólares por los extras obligatorios, unos 39.000 dólares de hoy día.

Efectivamente, con el motor 383 era posible terminar el cuarto de milla (0-400 metros) a más de 160 km/h

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La caja de cambios manual de cuatro marchas fue estándar, y como extra estaba una automática de tres. En ambos casos el cambio se situó en el piso. Más adelante, la caja estándar manual pasó a ser de tres marchas, y la de cuatro se quedó opcional. Este coche tenía mejoras en los frenos de tambor y la suspensión, pero de serie no había autoblocante, ni servofreno, ni dirección asistida. El interior era tan espartano como un taxi.

Publicidad del 1968 Road Runner Hardtop Coupe

Su imagen se asoció al Correcaminos de Warner Bros

Chrysler tuvo que pagar una buena suma al estudio, 50.000 dólares de la época, para poder utilizar el nombre e imagen del Correcaminos. En la publicidad de la época podíamos leer su denominación latina: acceleratii rapidus maximus, como en los dibujos animados. También apareció la imagen del Coyote en el filtro del aire de algunos motores.

Para afianzar la imagen del Road Runner con los personajes de la Warner, se desarrolló una bocina específica para él, que imita el «beep beep» del escurridizo Correcaminos, lo que aumentó la factura en otros 10.000 dólares. Pero a Chrysler le dio igual, acabó 1968 como el tercer muscle car más vendido, detrás del Chevrolet Chevelle SS y el Pontiac GTO.

En solo tres años se vendieron unas 150.000 unidades del Road Runner

Pero hubo un pájaro aún más rápido, el Road Runner Superbird de 1970, que copió la fórmula del Dodge Charger Daytona: aerodinámica extrema desarrollada para arrasar en las carreras NASCAR, y algunos detalles estéticos propios como el techo de vinilo negro y el Correcaminos en el característico alerón traesero. Algunos Superbird fueron de-tuneados porque fueron difíciles de vender, y acabaron como Road Runner normales en la calle.

1970 Plymouth Road Runner Convertible

La gama abarcó tres carrocerías con el tiempo. En primer lugar llegó el dos puertas con pilares B convencionales y las ventanillas traseras de compás, sin elevalunas, al que le siguió el Hardtop Coupe. El techo se suponía endurecido, pero resultaban más sensibles a la torsión que los primeros. En 1969 llegó el descapotable.

Además, desde 1969 se añadió la opción del motor 7.2 V8 Super Commando con el carburador Six Pack, con tres carburadores de dos bocas para aportar gasolina a chorros, 390 CV disponibles al pie derecho. El mejor aliado de sus sedientos carburadores era una toma de aire extra en el capó, el Air Grabber, que metía un chute de aire fresco.

Para los estándares modernos resulta chocante que esos motores se asociasen a una suspensión asimétrica de barras de torsión (en plural) para el eje delantero y ballestas semielípticas para un eje trasero rígido. Los frenos de tambor tenían 11" de diámetro, opcionalmente se podían pedir discos para las ruedas delanteras, y esto con llantas de 14" de serie, así que muy grandes no eran.

1971 Plymouth Road Runner 383

Los otros Plymouth Road Runner

La gama Road Runner de 1971 cambió por completo al estrenarse la gama Satellite, con un estilo de líneas mucho más fluidas y orgánicas sin apenas aristas. El Plymouth Road Runner se diferenció del GTX en algunos motores y en el interior, que este último tenía mucho más alicatado (y a un precio más alto).

Como las ventas se empezaron a desplomar en aquella época, el GTX desapareció al año siguiente, y el Road Runner fue perdiendo encanto. En 1975, con la nueva carrocería del Fury, su imagen deportiva quedó muy descafeinada (era horrendo), y el último modelo Road Runner fue un Plymouth Volaré, el clon del Dodge Aspen, en la gama de 1980.

Los Road Runner de primera serie están muy cotizados, sobre todo los HEMI, escasos por el elevado sobreprecio de la época, y máxime si son descapotables, son aún más raros de ver. Si están completamente de serie, su valor se dispara. Los manuales son más fáciles de encontrar, aunque los automáticos fueron muy populares a su vez.

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