Dakar 2017: La épica historia del francés Philippe Croizon
Philippe Croizon afronta su primer Dakar en un buggy adaptado que pilota a través de un joystick por su cuádruple amputación. Croizon podrá tomar la salida en el Dakar 2017 tras recibir ayuda económica de Nasser Al-Attiyah, al que conoció en el Rally de Marruecos.
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Publicado: 25/12/2016 21:00
Philippe Croizon es otro de esos héroes anónimos. Cuando tenía 26 años, sufrió una descarga eléctrica al manipular una antena de televisión, lo que obligó a los médicos a amputarle sus cuatro extremidades por culpa de las quemaduras. Diez años más tarde y tras superar varias operaciones y cientos de hora de rehabilitación, decidió dar un cambio a su existencia y afrontar distintos retos de carácter deportivo. Tras cruzar nadando el Canal de la Mancha o el Estecho de Gibraltar, Croizon afronta el reto de competir en el Dakar a los mandos de un buggy adaptado a su minusvalía.
Philippe Croizon siempre ha sido un seguidor del Dakar, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha atrevido a intentar completar este raid. Para tal fin contactó con Yves Tartarin, un experto en rallies off-road con más de 15 ediciones del Dakar a sus espaldas. Tras desarrollar codo con codo un buggy adaptado a su minusvalía y sumar al proyecto al copiloto Cédric Duplé y a varios patrocinadores, el equipo ha podido formalizar su inscripción en el Dakar con dos coches, uno para Philippe Croizon y otro para su hermano, que irá con Yves Tartarin con el objetivo de hacer de asistencia rápida.
Con todo, el proyecto de Croizon ha estado a punto de no hacerse realidad por razones económicas. Sin embargo, la apuesta del piloto francés por disputar el Rally de Marruecos a riesgo de no poder acudir al Dakar tuvo un final feliz, toda vez que poco antes del inicio de la prueba conoció a Nasser Al-Attiyah. El príncipe qatarí se interesó por el proyecto y al enterarse de las dificultades económicas que estaba atravesando Croizon para hacer su sueño realidad, Al-Attiyah intervino y consiguió el presupuesto restante -unos 100.000 euros- para asegurar la presencia de Philippe Croizon en el Dakar.
A nivel técnico, el buggy de Croizon cuenta con un joystick que le permite acelerar y frenar, así como girar a la derecha y a la izquierda. El piloto francés reconoce que casi se trata de un mando de videojuego, aunque la carga física que implica su manejo le ha llevado a tener que desarrollar la musculatura de sus hombros. Con el muñón derecho maneja este joystick, mientras que con el izquierdo puede poner la marcha atrás, accionar la iluminación o los elevalunas. El resto de funciones son activadas por el copiloto, mientras que el asiento de Croizon está diseñado con un arnés de apertura rápida por botón.
Fuente: MarcaFotos: Infinités Communication