HSV GTSR W1 2017: El Holden Commodore más poderoso de la historia
Holden Special Vehicles presenta finalmente la nueva gama GTSR 2017, encabezada por el espectacular HSV GTSR W1 de 644 CV, gracias al mismo V8 LS9 que montaba el Corvette C6 ZR1 de 2009. Esta es la despedida de HSV del Commodore VF Series II, que se despide de Australia en 2017.
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Publicado: 01/02/2017 08:00
En las últimas semanas hemos adelantado todos los datos y fotos que han ido apareciendo del que es hasta el día de hoy el Holden de producción más radical de la historia, el nuevo HSV GTSR W1. Este es la forma que tiene de despedirse la división Holden Special Vehicles del Commodore VF Series II.
El 20 de octubre de 2017 finalizará oficialmente la producción de Holden en Australia, lo que conllevará que la marca se limite a vender modelos remarcados de General Motors y en el caso concreto del Commodore, la versión con volante a la derecha del Opel/Vauxhall Insignia, que cuenta con una plataforma de tracción delantera.
Al desaparecer los modelos de tracción trasera la división HSV se presta también a desaparecer, a menos que se confirmen los últimos rumores y que Walkinshaw hijo llegue a firmar un nuevo acuerdo de colaboración por otros cinco años.
Una ocasión como esta no sucede todos los días, y si ya era habitual encontrarse en esta gama bloques V8 procedentes de la familia LS de GM, para un modelo como el GTSR W1 han recurrido a uno de los motores más salvajes disponibles en el catálogo de GM, el LS9 V8 que empleó el último ZR1, en la sexta generación del Corvette.
Este bloque dispone de 6.2 litros y cuenta con un compresor Eaton, su potencia es de 644 CV (474 kW) a 6.500 rpm y 815 Nm de par máximo a 3.900 rpm. Sus prestaciones son de infarto para una berlina de su peso, 4.2 segundos para hacer el 0 a 100 km/h y solo unos 12 segundos para completar el cuarto de milla (estimado).
Además de las modificaciones aerodinámicas, como los nuevos paragolpes, splitter y difusor trasero, encontramos suspensión SupaShock, neumáticos Pirelli P Zero Trofeo R de 265/35 delante y 295/30 en la parte trasera y discos de freno de dos piezas con pinzas de 6 pistones en los delanteros. El precio es por tanto el más alto que ha tenido una variante del Commodore, 169.990 dólares australianos o 119.398 euros, más caro incluso que el propio ZR1 de 2009, que tenía un precio de 103.300 dólares en ese momento.