OpiniónHypercars, superdeportivos, LMP1 y DPi: WEC, ¿todo vale?
FIA y WEC han decidido escuchar a Aston Martin, Ferrari y McLaren y abrir la puerta a los hypercars basados en un superdeportivo de calle. La convivencia entre los hypercars originales y los derivados de superdeportivos permite especular con una categoría reina multiplataforma.
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Publicado: 19/03/2019 20:30
Parecía que FIA y ACO tenían más o menos atado el reglamento que dará vida a los hypercars que competirán en el WEC a partir de la temporada 2020-21. Al menos esa fue la sensación que se respiraba en la pasada edición de las 24 Horas de Le Mans, así como en las posteriores citas en las que se fueron desvelando las claves de la futura categoría reina del campeonato. A vuelapluma, la nueva cúspide del WEC se basaba en una categoría para prototipos diseñados a imagen de los superdeportivos de calle con limitaciones de desarrollo en distintas áreas para controlar los costes.
Sin embargo, las distintas conversaciones entre el grupo estratégico del WEC y los fabricantes implicados en el desarrollo del reglamento han provocado que se dibuje un nuevo horizonte. No obstante, en el Mundial de Resistencia podrán convivir los hypercars desarrollados de cero como un prototipo a imagen de un modelo de calle, con libertad de motorización y un sistema híbrido en el eje delantero de 200 kW, con el concepto opuesto. La presión de Aston Martin, McLaren y Ferrari ha abierto la puerta a un hypercar que tomen prestada la base de un superdeportivo, lo que además se traduce en que la utilización de un sistema híbrido no será obligatoria.
Prototipos híbridos -o sin tecnología híbrida-, hypercars derivados de superdeportivos con sistema híbrido o sin él. A bote pronto cuatro conceptos distintos deberán convivir en el futuro WEC, lo que obligará a un 'Balance of Performance' que promete ser un dolor de cabeza para el campeonato. Además, la sombra de los actuales LMP1 es alargada, toda vez que podrán competir en la temporada 2020-21 e incluso se valora que tengan una temporada extra de vida. Pese a que la continuidad de los Toyota TS050 Hybrid no está asegurada por el posible desembarco de un hypercar de la firma japonesa, podrían ser hasta seis tipos de vehículos diferentes en parrilla.
Por si la ecuación no era lo suficientemente compleja hasta ahora, la cita común del WEC y de IMSA en Sebring ha servido para que los organizadores de ambas series hayan puesto sobre la mesa un futuro común. De hecho, Gérard Neveu como director ejecutivo del WEC no ha cerrado la puerta a una posible llegada de los DPi al Mundial de Resistencia, si bien habría que acercar posturas en cuanto al desarrollo del relevo generación de estos que llegará en enero de 2022. Como diría aquel, no hay seis sin siete. Y mientras tanto, BMW como parte del campeonato propone usar los vehículos 'Class 1' del DTM. Al final, éramos pocos y parió la abuela.
Al final, las dudas de las marcas en cuanto al concepto de hypercar y el presupuesto final se ha convertido en una deriva en la que FIA y ACO parecen decididos a contentar a todos los implicados para llenar una categoría reina del WEC que de lo contrario podía quedarse mucho más vacía de lo esperado y deseado. La teoría señala que Toyota tendrá su prototipo hypercar, que el trío formado por Aston Martin, McLaren y Ferrari podrán desarrollar su hypercar desde la base de uno de sus superdeportivos y que los pequeños fabricantes, preparadores y equipos tendrán su hueco de una u otra forma, guiño a América mediante. ¿Caben todos? Veremos.
Fotos: McLaren Automotive / Aston Martin