El 2023 ya forma parte del pasado y deja un dato muy preocupante con respecto a las exportaciones a China

La globalización es una carretera de dos sentidos. Las exportaciones e importaciones son el pan nuestro de cada día para las marcas, los países y los continentes. Productos que viajan de oeste a este o viceversa con la intención de controlar el mercado y de suplir una cada vez mayor demanda de productos internacionales. China se sitúa como el segundo mayor exportador del mundo, detrás de Japón. Millones de productos salen de sus fronteras cada día, pero si nos centramos en el mercado automovilístico surge un problema muy evidente, principalmente para Europa.

La industria del motor china siempre ha estado fuera de todas las quinielas y listas de éxitos a escala global. Mientras que el país creía, sus marcas han ido ganando peso y reconocimiento, principalmente dentro de sus fronteras. En los últimos cinco años la presencia internacional de sus principales fabricantes de automóviles se ha disparado. Tal y como ha declarado el mayor distribuidor de Rolls-Royce en Europa, BYD es el ejemplo más claro de este cambio. La compañía china ya se sitúa como el mayor vendedor y fabricante de coches eléctricos en todo el mundo, superando en poco tiempo a gigantes como Tesla. En 2023 ha confirmado su presencia en muchos países de Europa.

Europa ya busca la forma de limitar las exportaciones de vehículos desde China

Si bien China quiere expandir su actividad fuera del país, los últimos registros de 2023 demuestran que cada vez hay menos importaciones. China cada vez consume menos productos internacionales y hay dos motivos para ello. El primero, y más evidente, es que cada vez más marcas nacen para suplir la presencia de fabricantes internacionales. Si bien el último año ha cerrado con un estancamiento en las importaciones de modelos premium, el mercado generalista ha caído notablemente, encadenando el tercer año consecutivo de valores negativos.

Las marcas premium como Mercedes, BMW o Audi mejoras las cifras considerablemente, hasta un 37% de crecimiento en un sólo año. Cada vez más marcas se atreven a lanzar productos en la categoría. Vehículos atractivos, bien acabados, tecnológicamente avanzados y a un precio inferior. El otro gran causante de esta situación es que cada vez más compañías fabrican sus productos en China tentados por el potencial mercado existente. Algunas compañías como Audi o CUPRA ya han confirmado que fabricarán en China sus próximos dos grandes lanzamientos, el Audi A6 y el CUPRA Tavascan.

Sin embargo, esta política no está exenta de peligros. La Unión Europea ha abierto una investigación contra China por maniobras poco respetuosas con la competencia. Todo el mundo da por hecho que las conclusiones de dicha investigación supondrán la puesta en marcha de aranceles que graven los productos traídos de China, incluyendo no sólo los fabricantes locales, también a aquellos que importen los vehículos. Francia ha sido el primer país en dar el paso y eso ha supuesto que tres de los coches eléctricos más vendidos del país ya no reciban ayudas.

Como ya hemos dicho, el mercado de importaciones ha experimentado una disminución gradual desde el 2017. En dicho año los registros demuestra que China importó un total de 1.24 millones de unidades. Al cierre de 2022 fueron 880.000 los vehículos que China introdujo en el país. Las importaciones procedentes de Alemania, Japón y Estados Unidos experimentaron la mayor caída en 2023, siendo Japón el país a la cabeza con la disminución más significativa en las ventas totales. Sorprendentemente, las importaciones procedentes de Corea aumentaron excepcionalmente un 264% durante el mismo período.

Fuente: Autochat