El independentismo catalán espanta a ¿Tesla?
La situación política en Cataluña está retrasando la implantación de un fabricante de coches en suelo español Lo ha dicho el ministro de Economía, Industria y Competitividad, según recoge Cinco Días Existen muchas probabilidades de que se trate de Tesla
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Publicado: 26/09/2017 20:00
Hace meses que se comenta la posibilidad de que Tesla acabe instalando una fábrica en España. Varias regiones se han ofrecido para albergarla, os contamos en detalle los casos de Paterna (Valencia) y Jerez de la Frontera (Cádiz), pero hay más; Galicia y Navarra también se ofrecieron. Salvo en Cádiz, hablamos de regiones con industria del automóvil.
Allá por mayo también se supo que Tesla estaba entablando negociaciones a alto nivel para establecer una fábrica en Cataluña, tal y como reveló la televisión autonómica TV3. Hoy lo ha reconocido el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, pero sin mencionar el fabricante.
Durante una conferencia celebrada en Zaragoza, el ministro ha dicho que el clima político que se respira estos días no está ayudando en las negociaciones, pero espera reconducir la situación. También hemos sabido que el lugar elegido es la zona franca de Barcelona.
Es muy probable que se refiera a Tesla, ya que la compañía americana se ha fijado bastante en Cataluña. Recordemos que el primer supercargador español se colocó allí, también la primera tienda provisional en Port Vell, y después su primer centro de servicio y mantenimiento.
Cierto, esos motivos no son suficientes, pero también hay que tener en cuenta el tejido industrial con el que cuenta Barcelona y el resto de Cataluña. De hecho, vimos en un reciente artículo cómo quedaría la industria del automóvil en el supuesto de que Cataluña fuese un país independiente.
Sin duda a Tesla le interesa acceder al mercado único europeo sin aranceles
Tesla necesita tener en cuenta varios factores a la hora de colocar su fábrica en España. Evidentemente la localización en cuanto a proveedores es importante, también lo es en términos de transporte, en ese aspecto la región catalana está bien comunicada con Europa por carretera y por mar, no tanto por vías férreas, y cuenta con un aeropuerto internacional.
Otro punto importante es la disponibilidad de radiación solar, ya que las gigafactorías de Tesla necesitan mucha energía y se usará toda la solar posible. En ese sentido las regiones de la mitad sur cuentan con un poco más de radiación, como podemos ver en el gráfico superior.
Por cierto, en la fábrica de SEAT en Martorell se han instalado 53.000 paneles solares, aunque no es el mismo nivel que la gigafactoría de Nevada (Estados Unidos) donde se producen baterías de forma masiva. Bajo la batuta de Elon Musk, Tesla pretende ser todo lo ecológica que pueda ser.
El Gobierno de España llevaría tiempo negociando con este fabricante para implantarse en nuestro suelo. En los últimos años España no ha logrado nuevas fábricas, pero sí una importante apuesta de los fabricantes sobre el tejido industrial existente, por algo somos el segundo fabricante europeo en importancia.
El impacto de la crisis política en Cataluña
Según el ministro De Guindos, la proximidad del referéndum del 1 de octubre ha influido poco en la economía catalana, aunque se está notando ya en el sector turístico, según reveló el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital. Además, si echamos la vista atrás, están yéndose más empresas de Cataluña de las que se están fundando, por lo que hay una pérdida neta de tejido empresarial.
Según un estudio de Informa D&B, compañía de CESCE, hablamos de la autonomía que más empresas ha perdido en los últimos tres años, lo cual coincide con las fases más intensas del desafío independentista. A las empresas, por lo general, no les gustan los escenarios económicos inestables o con incertidumbres.
La economía de Cataluña depende en un 75% de las exportaciones. De separarse de España, pasado un periodo transitorio, tendría que atenerse a las normas de la OMC y sufrir un arancel del 10% para entrada y salida, lo cual lastraría la competitividad de cualquier producto. Eso se podría solucionar con acuerdos posteriores, pero no serían automáticos ni inmediatos, como ya pasa en Noruega o Suiza. Es el mismo problema que afrontará el Reino Unido cuando haya consumado el "Brexit".
Fuente: Cinco días