Indy 500Todos los récords, datos y estadísticas de una Indy 500 para la historia
Hélio Castroneves igualó el récord de victorias en la Indy 500 y dio el primer triunfo a Meyer Shank Racing en un día cargado de curiosidades. La parrilla más rápida de la historia deparó la carrera más rápida y con el menor número de abandonos.
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Publicado: 31/05/2021 21:30
Pese a ser una carrera con más de 100 años de historia, rara es la edición de las 500 millas de Indianápolis en la que no se rompe algún registro histórico, de entre los cientos de anécdotas, efemérides y "mejores resultados" que depara. Sin embargo, la edición 105 se ha ganado un huequecito en la historia del evento por numerosas razones, mucho más allá del regreso de un entregado público que ofreció el contraste perfecto al silencio sepulcral de las gradas vacías hace nueve meses.
La primera, sin lugar a ningún tipo de discusión, es la brutal estadística del ya cuatro veces vencedor Hélio Castroneves (2001, 2002, 2009 y 2021). Ocupando un olimpo al que grandísimos pilotos históricos no han podido acceder, tres leyendas del automovilismo americano habían conquistado en cuatro ocasiones las 500 millas de Indianápolis. A. J. Foyt fue el primero, venciendo en 1961, 1964, 1967 y 1977; le siguió Al Unser con sus victorias en 1970, 1971, 1978 y 1987, y Rick Mears completó la formación ganando en 1979, 1984, 1988 y 1991. Parecía por entonces que ningún otro piloto llegaría nunca a estos números, pero Castroneves ha rebatido esa lógica, convirtiendo el tridente en un cuarteto en el que se erige como el piloto foráneo más exitoso de la historia de la prueba.
Lo ha hecho, además, cuando casi nadie contaba con él a sus 46 años recién cumplidos, siendo el cuarto vencedor más veterano de la Indy 500. Solo le superan los hermanos Unser, ambos con 47 años (Al en 1987, Bobby en 1981), y Emerson Fittipaldi, también a los 46 en 1993. A su vez, entre los 20 pilotos que han repetido victoria, es el primero que ha necesitado más de 10 intentos para lograrlo, en su caso a la 12ª oportunidad, todo un contraste con sus dos victorias en sus dos primeras presencias. Para poner en contexto la espera, solo dos pilotos disputaron al menos 12 veces la prueba antes de ganarla por primera vez: Sam Hanks (a la 13ª, en 1957) y Tony Kanaan (2013).
Castroneves pasó las últimas 21 temporadas con el Team Penske, que suma en total 18 victorias en esta carrera con trece pilotos distintos. De esos 13, el brasileño es el quinto en haber disputado la Indy 500 tras dejar Penske (Danny Sullivan, Al Unser, su hijo Al Unser Jr. y Juan Pablo Montoya), pero solo el primero que ha conseguido ganar de nuevo fuera de la órbita del Capitán. Este, además, es el octavo triunfo de Brasil en la prueba, que se desmarca del Reino Unido como la nación foránea con más triunfos. Ganar sin salir en los siete primeros puestos no es en absoluto una ocurrencia extraña (ya había pasado 35 veces), pero la octava posición de parrilla solo había deparado dos ganadores con anterioridad: Sullivan en 1985 con su famoso 'spin and win', y Kenny Bräck en 1999.
Esta era la primera carrera de Castroneves en el cada vez menos modesto equipo Meyer Shank Racing, que en su quinto año de Indy 500 alineaba por fin a un compañero para su piloto franquicia Jack Harvey. Esta formación, que cuenta con asistencia técnica de Andretti Autosport, ha obtenido su primer triunfo en el escenario más grande y en solo su 37ª carrera. Shank se convierte así en el cuarto equipo fuera del Big 3 (Penske, Ganassi y Andretti) en ganar la carrera desde el año 2000, sumándose al Team Rahal (2004 y 2020), Bryan Herta Autosport (2011) y KV Racing (2013). Shank y Herta lograron su primer triunfo como equipos en esta prueba, igualando en este último medio siglo a Hemelgarn (1996, Buddy Lazier) y los históricos Chaparral (1978, Al Unser) y Patrick Racing (1973, Gordon Johncock).
Por último, es importante destacar el hecho de que Castroneves no solo es el primer campeón vigente del IMSA en ganar la Indy 500, sino que se convierte además en el tercer piloto desde 1972 en ganar la carrera sin disputar toda la temporada de IndyCar. Los dos precedentes anteriores evidencian que la experiencia es fundamental para plantearse la victoria en un escenario así: Al Unser en 1987 (cuarta victoria) y Dan Wheldon en 2011 (segunda victoria, sexto top 4 en Indianápolis). Los pilotos que lo lograron anteriormente (Mark Donohue, Graham Hill, Jim Clark...) tenían muchísima menos experiencia en óvalos, pero también contaban con una importante ventaja mecánica que resultaba fundamental por entonces.
Dejemos de hablar del ganador. Con su histórico segundo puesto, en el que es solo su cuarto 'podio' como piloto de IndyCar (y primero en un óvalo), Álex Palou ha obtenido el mejor resultado de un español en la historia de la prueba, superando la cuarta posición que Oriol Servià consiguió en 2012. Este resultado se ha dado una semana después de que Carlos Sainz acabase también segundo en el Gran Premio de Mónaco, lo que otorga a España el incómodo récord de ser el primer país de la historia en tener segundos puestos en ambas carreras el mismo año sin ganarlas. Si vemos el vaso medio lleno, España es el quinto país en hacer top 2 en ambas citas el mismo año, sumándose a Estados Unidos (1961-64), Reino Unido (1963, 65-66, 2007, 2009), Brasil (1989, 1993, 2001 y 2009) y Australia, con su doblete en 2018.
Saliendo desde la 26ª posición, Simon Pagenaud logró acabar en puestos de podio con una espectacular remontada, salvando los muebles del Team Penske. En las 18 ediciones anteriores (desde 2002), el único piloto que había llegado a esas posiciones saliendo por detrás del puesto 19 había sido Graham Rahal (de 29º a tercero en 2011). Paul Tracy fue segundo en 2002 saliendo también desde el puesto 29º, diez años después de que Scott Goodyear rozase el triunfo tras salir último, pero la única victoria 'moderna' desde las catacumbas la consiguió Johnny Rutherford desde el puesto 25 en 1974.
Antes de seguir con los pilotos, una miscelánea de la carrera. La parrilla más rápida de la historia de la Indy 500 (promedio de 230.294 millas por hora en clasificación) deparó también la edición más rápida y limpia en los 105 años de historia de la carrera. En las ediciones de 2013 y 2014 se había completado el evento en dos horas y 40 minutos, superando por un minuto el récord anterior de 1990, y la carrera en esta ocasión ha terminado en apenas dos horas y 37 minutos (2h 37:19.404). El promedio de velocidad final, 190.690 millas por hora, supera con creces el de 187.433 mph con el que Kanaan ganó en 2013.
En gran parte, esto tuvo que ver con el hecho de que la resalida de la vuelta 125 fuese la última de la carrera. Hay que remontarse a 1978 para encontrar un periodo final de bandera verde más largo (82 vueltas): desde entonces, siempre había salido una bandera amarilla en las últimas 40 vueltas, salvo en 1982 y 1990. Solo hubo dos periodos de 'caution' (bandera amarilla) durante un total de 18 vueltas, ambos récords absolutos de la prueba... desde que este dato se empezó a computar oficialmente en 1976. En este tiempo, nunca había habido menos de cuatro amarillas (1990 y 2019), ni menos de 21 vueltas neutralizadas (1976, concluida a mitad de distancia por lluvia; 2013 y 2014).
Sin embargo, los 'cautions' han existido en diferentes roles desde 1935, y a partir de 1963 se empezaron a contabilizar de forma no oficial. Aunque no hemos podido localizar ninguna otra carrera con menos de tres cautions, sí que se puede asegurar que esta Indy 500 no es la que menos vueltas de interrupción ha tenido, al superar las 17 de la acortada carrera de 1973 y las 14 de 1972. A su vez, 30 pilotos vieron la bandera a cuadros, superando todos los récords de la carrera y de la categoría. 27 pilotos terminaron la reducida edición de 1976, y 26 habían hecho lo propio en 2013 y 2019. Del mismo modo, IndyCar contó con 29 y 28 coches en meta en la 'carrera partida' de Texas en 2011, y hasta 26 pilotos lograron acabar el Gran Premio de Sonoma ese mismo año.
Volvemos a los pilotos con el cuarto puesto de Pato O'Ward, mejorando en dos unidades su récord de 2020 como punto álgido de un piloto mexicano en la prueba. Tras el quinto puesto del especalista en óvalos Ed Carpenter (mejor estadounidense), culminaron las dos grandes remontadas de Santino Ferrucci, que sigue con su gran récord en Indianápolis (7º en 2019, 4º en 2020) y Sage Karam, siendo ambos pilotos que solo disputan esta carrera. Con la victoria de Castroneves y el noveno puesto de Montoya, hubo cuatro coches en el top 10 que no disputan toda la temporada por primera vez desde 1999. En cada una de las últimas seis ediciones solo había habido un coche 'extra' en estos puestos (los tres últimos solo por parte de Andretti Autosport), y los precedentes más cercanos eran los tres 'eventuales' en el top 10 de 2011 y 2014.
La primera fila suele producir al menos a uno de los contendientes finales a la victoria, por lo que sorprende encontrar a su mejor ocupante, Rinus VeeKay, en la octava posición. Esto ya había ocurrido en 2014 con Will Power como referente, pero para encontrar una debacle mayor de hay que irse a 2002, siendo Robbie Buhl el 'mejor' de la primera fila en 16º lugar. A su vez, es la primera vez desde 2012 que ninguno de los cinco primeros en parrilla ha acabado en los tres o cuatro primeros puestos. Por fortuna para VeeKay, el holandés fue uno de los cuatro pilotos a tiempo completo que logró acabar en el top 10 junto a Palou, Pagenaud y O'Ward, lo que supone una recompensa aún mayor con la doble puntuación de cara al campeonato.
Con solo dos novatos en la carrera por segunda vez desde 1979, el honor de 'Rookie of the Year' recayó en un Scott McLaughlin que rodó muy bien durante la jornada hasta que una sanción por exceder el límite de velocidad en el pit lane le mandó a la vigésima posición, cinco puestos por delante de Pietro Fittipaldi. No es la peor posición reciente de un 'Rookie of the Year' (Fernando Alonso lo ganó en 2017 tras haber abandonado, pese al tercer puesto de Ed Jones), pero sí fue la segunda peor posición del 'mejor novato' en la historia moderna de la carrera, solo por delante de... la otra edición reciente con dos novatos, 2007, en la que ambos abandonaron pronto (Phil Giebler ocupó la posición 29).
Simona de Silvestro tuvo la mala fortuna de ser la tercera y última piloto en abandonar al golpear el muro en su entrada a pits. Con ello, la suiza "acabó" en el puesto 31 tras salir 33ª, acompañando a Kyle Kaiser (2019) como los únicos pilotos en salir y terminar fuera del top 30 en los últimos siete años. Simona ya era parte de la lista de 26 que ha engrosado este "club" desde 1946, tras salir y acabar penúltima en la edición de 2012 en la que recibió la bandera negra por la extraordinaria lentitud de su motor Lotus. Una vuelta antes le había pasado lo mismo a su compañero Jean Alesi, el último piloto que ha salido y acabado último en este evento.
Estos son, a bote pronto, los números y cábalas que nos deja esta intensa edición de las 500 millas de Indianápolis, con un ganador claramente popular e histórico, una generación joven que ya ha puesto claramente el pie en la puerta para los grandes logros, resultados ciertamente sorprendentes y una sensación generalizada de 'regreso a la normalidad' que probablemente influye también en la euforia colectiva. Habrá tiempo de que esta se enfríe en las dos semanas que separan este evento de la doble cita en Detroit a la que Álex Palou llegará como claro líder del campeonato, pero que nos quiten lo bailao.
Fotos: IndyCar Media