Indy 500Dramática eliminación de Hinchcliffe en el Bump Day; Servià se salvó por poco

Bump Day. La emoción, dramatismo e intensidad que esas dos palabras conllevan se vivieron de la forma más intensa posible durante el día de ayer. Tras seis años de clasificadores asegurados o eliminaciones que nunca fueron tales (2013, 2015), Indianápolis recuperó este sábado la durísima pelea al límite entre hombre y máquina por colarse entre los 33 clasificados para las 500 millas. Solo dos pilotos habían de irse a casa, pero muchos fueron los que se vieron con el agua al cuello y, al más puro estilo Indy 500, un gran nombre sufrió las consecuencias: James Hinchcliffe.

El piloto canadiense tuvo la mala fortuna de tener que realizar su intento garantizado de clasificación justo después de una larga interrupción por lluvia de dos horas y media, cuando solo habían clasificado once coches. Sumado a una cierta falta de velocidad que ya había arrastrado durante la semana, Hinchcliffe solo pudo obtener una media de 224.784 millas por hora, a todas luces insuficiente, y que debía defender a posteriori. Al terminar de clasificar todos los pilotos, con apenas 50 minutos en el crono tras otro parón por lluvia de casi una hora, Hinchcliffe era 32º, pero nadie creía que estuviese en peligro real. Nada que otro intento no pudiese solventar.

Y aquí fue donde el Bump Day obró su magia. Primero fue Conor Daly, que venía de obtener una escuálida media de 222, confirmando sus problemas durante la semana. El piloto de Coyne mejoró hasta un 224.736 que le permitió sacar de la parrilla por casi media milla a Pippa Mann, pero no superó a Hinchcliffe por muy poco. Quién si lo hizo, a posteriori, fue un Oriol Servià que encarnó como nadie el espíritu de superación inherente de este día.

El piloto español sufrió de lo lindo tras tener que abortar su intento garantizado, después de que su coche, que no había manifestado ningún problema serio hasta ese momento, estuviese cerca de mandarle al muro en un par de ocasiones. Con pista abierta, los cambios en el coche resultaron futiles, con vueltas de 220 mph. No fue hasta el tercer intento, cuando las dudas sobre sus opciones eran muy grandes, cuando Servià logró al fin hacer que el coche funcionase lo justo para colarse en la parrilla con un 225.007, sacando de la misma a Daly y poniendo algunos coches de por medio.

Hinchcliffe pasaba a estar en la burbuja, habiendo clasificado ligeramente más lento que un James Davison con un coche reconstruido tras su accidente del Fast Friday. Fue entonces cuando Schmidt tomó la decisión de sacar el coche a pista, pero antes tocaba el tercer turno de Daly, y el estadounidense metió la presión necesaria con un promedio de 224.874 mph, que dejaba fuera a Hinchcliffe. Tras un insuficiente segundo intento de Mann, le llegó su turno a falta de once minutos, pero su monoplaza desarrolló grandes vibraciones, y tuvo que regresar a boxes antes siquiera de tomar la bandera verde.

Schmidt hizo los cambios pertinentes y volvió a poner a su piloto en la línea, pero ya era tarde. Graham Rahal y Alexander Rossi esperaban para hacer nuevos intentos y, una vez terminados, el poleman de 2016 tuvo que presenciar con impotencia como Mann exprimía los minutos finales de la sesión en un tercer y último intento en el que se quedó atascada en la misma velocidad que en el segundo. Sonaba la pistola: ambos se quedaban fuera de las 500 millas de Indianápolis, ante la dramática escena de uno de los equipos más fuertes de la categoría, el tercero en discordia en lo que llevamos de 2018, afrontando con lágrimas una durísima derrota. El tiempo absoluto de Hinchcliffe había sido solo once milésimas más lento que el de Davison, el único piloto por debajo del puesto 29 que solo salió a pista una vez. No le hizo falta más.

La situación ahora pasa a ser tremendamente compleja para el equipo Schmidt, que ha de cumplir sus compromisos con los patrocinadores de Hinchcliffe, y para la IndyCar y Honda, que se ven en la tesitura de perder para su gran carrera a una de sus pocas figuras de renombre a nivel nacional. Toda la conversación post-Bump Day se centró en la posibilidad de que el equipo optase por bajar del coche a Jay Howard, 18º en el día de ayer y que solo compite en esta carrera, para subir a Hinchcliffe, toda vez que son los coches y no los pilotos los que se clasifican, pero Howard cuenta también con sus propios patrocinadores, lo que supone un potencial escollo económico cuya conveniencia Schmidt habrá de ponderar. Tampoco se descartó la opción de "comprar" el asiento de otro equipo, a lo Ryan Hunter-Reay en 2011. Todas las opciones están abiertas, pero cuesta creer que Hinchcliffe vaya a perderse la carrera, pese a que el canadiense lo aceptase con una deportividad de enjundia.

Penske y Carpenter abanderan el dominio Chevrolet

Por arriba, la pelea por clasificarse para el Fast 9 del domingo tuvo a dos claros protagonistas en cuanto a equipos: Penske y Carpenter. Los dos clasificaron a sus 7 pilotos para esta sesión que determinará hoy (22:00 hora de España) la pole y el orden de las tres primeras filas en Indianápolis. Penske parece tenerlo todo de cara, después de que Hélio Castroneves obtuviese una media de 228.919 millas por hora, y cualquiera de sus otros tres pilotos puede suponer una amenaza clara, pero enfrente tendrán a un doble poleman como Ed Carpenter, el único en acercarse ayer a Castroneves en segundo lugar, y la mejor opción de su equipo con diferencia.

Dentro de la propia Carpenter, también brillaron con luz propia Spencer Pigot, en sexto lugar, y Danica Patrick, que vivió el punto álgido de su breve regreso a IndyCar al obtener el noveno mejor tiempo. Pese a que un buen Scott Dixon logró mejorar su registro en las recalificaciones, la media de la veterana piloto estadounidense fue suficiente para resistir los intentos tardíos de Alexander Rossi y Ryan Hunter-Reay, quienes no lograron evitar que Andretti se quedase fuera del Fast 9 por primera vez desde 2011. Quien sí se coló fue un excelso Sébastien Bourdais, el único Honda junto a Dixon, y que lo hizo en una nada desdeñable quinta posición desde la que intentará dar la sorpresa este domingo.

Además de los Andretti, incluyendo a un destacado Carlos Muñoz en 15º lugar, también se quedaron a las puertas del Fast 9 los dos coches de Foyt, con un buen rendimiento de Matheus Leist respecto al veterano Tony Kanaan, y Ed Jones, mucho mejor que en el Fast Friday. Dadas las circunstancias de tiempo, la mayoría de pilotos optaron por quedarse con sus tiempos en media parrilla, sin arriesgar más de la cuenta, lo que incluía a los dos Dreyer & Reinbold, un Robert Wickens que no sufrió ni por asomo los problemas de Hinchcliffe o un buen Kyle Kaiser que despejó las dudas sobre su clasificación con un notorio 21º lugar.

Más abajo, los dos pilotos de Carlin, así como el novato Zachary Claman DeMelo y otros pilotos de similar calado, fueron lo suficientemente rápidos para no tener que preocuparse demasiado de lo que venía por detrás. Esa no fue la situación en el equipo Rahal, que volvió a exhibir una preocupante falta de velocidad en Indianápolis, clasificando a sus tres pilotos, Servià incluído, entre las posiciones 29 y 31, y siendo la clasificación de Graham Rahal un serio interrogante durante gran parte del día. Todos ellos tendrán oportunidad de redimirse en la sesión que determina los puestos 10 a 33, y que precederá al Fast 9, desde las 20:45. Con anterioridad, cada grupo dispondrá de 45 minutos de libres para recuperar el aliento antes de configurar la parrilla. Después de todo el drama del sábado, es más que necesario.

(en negrita, clasificados para el Fast 9)

Andretti