IndyCarMascarillas obligatorias y un aforo aún más reducido para la Indy 500

Se esperan más de 60.000 asistentes para el día de la carrera en las amplias instalaciones de Indianápolis. El óvalo es el primer gran recinto deportivo al aire libre en imponer la protección personal en los Estados Unidos. El equipo de trabajo de Roger Penske presentará un plan de prevención de 100 páginas.

Mascarillas obligatorias y un aforo aún más reducido para la Indy 500
La típica asistencia de un Carb Day será la que habrá este año en la Indy 500. Aunque no tan juntos. - IndyCar Media

7 min. lectura

Publicado: 21/07/2020 21:30

ACTUALIZACIÓN: Los responsables del Indianapolis Motor Speedway han presentado este martes públicamente su plan de acción para las 500 millas de Indianápolis, abanderado por un dossier de 88 páginas en el que se detallan todas las medidas. Entre las novedades respecto a lo ya publicado ayer en el apartado competitivo, destaca que se mantienen todas las sesiones habituales del año pasado, con la modificación del primer día de pruebas (solo dos horas, probablemente para los test de rookies) y el retraso del inicio de la carrera (20:30 hora española, en lugar de las 18:30).

Por otro lado, se ha oficializado la cancelación de todos los eventos celebratorios y de parafernalia que rodean a la prueba, los detalles específicos de los controles de acceso y seguridad, habilitándose una segunda zona de evaluación para aquellos espectadores que presenten una temperatura corporal superior a la permitida, y los estándares de limpieza dentro del recinto, que incluirán el lavado horario de los renovados baños y el limpiado con agua a presión de todos los graderíos antes del día de la carrera.

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NOTICIA ORIGINAL (21 de julio): La segunda mitad de verano convive a nivel mundial con una nueva ola de incertidumbre respecto a los eventos deportivos, a raíz de los nuevos focos de contagio del COVID-19, los cuales han hecho que determinadas zonas o regiones hayan vuelto a situaciones transicionales de confinamiento. El enfoque 'laissez-faire' de los Estados Unidos ha sido especialmente propicio, y ya ha desembocado en medidas como la cancelación del torneo de tenis de Washington con el que la ATP pretendía volver a la acción. A pesar de los rumores que habían empezado a filtrarse en la última semana, éste no será el caso con las 500 millas de Indianápolis.

La prestigiosa carrera, en la que competirá Fernando Alonso con McLaren SP, se convertirá el próximo 23 de agosto en el evento al aire libre con mayor asistencia en los Estados Unidos desde el inicio de la pandemia, un récord que llegó a poseer brevemente la ronda doble de la IndyCar en Road America antes de que la NASCAR se lo arrebatase el pasado domingo en el Texas Motor Speeeway. El estado de Indiana ha tomado nuevas medidas para contener el aumento de contagios, incluyendo el cierre de determinados comercios, y el Indianapolis Motor Speedway se adaptará a la complicada situación.

Tal y como se ha anunciado oficialmente este martes, los responsables del circuito, adquirido este invierno por Roger Penske, han diseñado un plan de acción de 100 páginas con criterios y protocolos específicos para responder a cualquier necesidad y cubrir todas las garantías sanitarias para el público asistente. Dicho público había sido reducido oficialmente a un máximo del 50% de la capacidad del óvalo (equivalente a más de 120.000 personas, al menos) hace unas semanas, cuando se requirió la confirmación de asistencia a todos aquellos que ya hubiesen adquirido entradas. Ahora, en base a los datos recogidos, la asistencia para el día de la carrera estará en torno al 25% de la capacidad total, según los datos que maneja Penske Entertainment Corp (PEC), con lo que la asistencia rondaría los 60-70.000 espectadores.

«En junio dejamos claro que queríamos hacer las cosas de modo diferente este año», afirma el presidente de PEC, Mark Miles, «al ofrecer reembolsos a quienes ya hubiesen comprado entradas, animando a espectadores de más de 65 años a permanecer en casa, limitando la asistencia del 'infield', reduciendo las ventas de las 'suites' y prometiendo a los fans que su decisión no afectaría a sus tickets de 2021. Tenemos un plan agresivo en marcha, que ha sido desarrollado con expertos sanitarios a nivel nacional, estatal y local. Queremos demostrar que, incluso en las circunstancias actuales, la gente puede reunirse con procedimientos cuidadosamente planeados, para no tener que volver a cerrar nuestro país y nuestros vecindarios».

Dicho plan incluye uno de los aspectos más controvertidos durante la pandemia en los Estados Unidos: el uso obligatorio de mascarillas en todo el recinto. Indianápolis se convierte de este modo en el primer gran recinto deportivo en tomar esa medida, ya que las carreras previas de IndyCar (Road America y Iowa) o de NASCAR que admitieron espectadores se limitaron a entregarlas y recomendarlas. Esta medida llega en un punto en el que incluso las voces más críticas contra su obligatoriedad en recintos al aire libre, que contribuyeron a una politización muy notable de este aspecto en base a la libertad de elección del individuo, han empezado a recular, entre ellos el propio presidente Donald Trump.

A falta de conocerse la totalidad del dossier, se sabe que algunas de sus medidas más importantes serán la reubicación de los espectadores en los más de 200.000 asientos permanentes para maximizar el distanciamiento social, la limitación de los puestos de venta a los que distribuyan comida ya empaquetada, la distribución generalizada de geles hidroalcóholicos y la comprobación de temperatura al acceder al óvalo, denegándose la entrada a todo aquel que exceda los valores permitidos.

Fotos: IndyCar Media

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