IndyCarOriol Servià opta a ampliar su programa en 2020 y 2021 con Stange

En las carreras nunca se puede dar nada por sentado. El dinero viene y va, las empresas sufren reveses económicos, y lo que un día era un claro "sí", a las pocas horas puede convertirse en un "quizá" o un "hasta nunca". En sus propias carnes lo vivió el equipo Juncos, que pasó de asegurarse dos patrocinadores para las 500 millas de Indianápolis a perderlos a solo tres días de empezar la acción en pista, solo para que su dramática clasificación les haya permitido cerrar media docena de acuerdos comerciales en los últimos días.

A lo largo de su carrera en IndyCar, Oriol Servià ha sufrido muchos de esos reveses. Le ocurrió cuando Telefónica le abandonó al terminar su primera temporada en el año 2000, le ocurrió cuando tuvo que depender de compañías de poca estabilidad a mediados de década, le ocurrió al quedarse sin patrocinio alguno en 2010, le ocurrió en 2013 cuando su patrocinador no le permitió continuar en 2013 y le ocurrió, de forma más reciente, este último año, cuando Scuderia Corsa decidió prescindir de sus servicios para asociarse con el equipo Carpenter pese a tener un acuerdo verbal para 2019.

Por fortuna, el don de gentes del piloto español, el mismo por el cual pilota en varios eventos de la temporada el Pace Car, le ha permitido seguir corriendo en la Indy 500 de forma continuada, y este año ha conseguido hacerlo con el equipo Schmidt gracias a un tardío acuerdo de asociación con Team Stange Racing, una formación de pocos vuelos en el automovilismo americano, pero con importantes planes para el futuro inmediato por parte de su dueño John Stange Jr.. Dichos planes incluyen disputar varias carreras de Indycar en 2020 y un programa completo en 2021, en ambos casos asociándose con un equipo. Pese a rozar ya los 45 años, Servià forma parte en principio de dicho plan como piloto.

"Si, no creo que algo así haya ocurrido nunca en mi carrera, y es una buena sensación. Conozco a John desde 2004, nos patrocinó cuando estaba en Coyne, y hemos mantenido el contacto", ha asegurado Servià en declaraciones a RACER. "Es un tipo que ha estado siempre metido en las carreras, no es uno de esos que firma para patrocinar sin haber estado siquiera cerca de un circuito; hasta su padre estaba en el mundillo. Sabe de lo que habla, conoce la IndyCar y queremos hacer crecer la marca", comentó el catalán, en referencia a MotoGator, la compañía que financia su participación este año.

Pese a salir desde la 19ª posición, Servià considera tener los mimbres suficientes para intentar aspirar a la victoria, y es consciente de que un buen resultado incentivaría que las aspiraciones de Stange se materialicen: "Quiere estar en IndyCar, les gusta la IndyCar, así que queremos empezar con el pie derecho el día 26, darles una gran experiencia y ganar esta carrera. Eso ayudará a reunir el presupuesto para el año próximo", asegura el gerundense, quien solo tiene "buenas palabras para Schmidt" y sus ingenieros.

Como ya se ha dicho, nunca se puede dar nada por sentado en el automovilismo, y menos con planes a largo plazo de estructuras que parten de la modestidad. Los ambiciosos planes de Mike Harding para su equipo casi se vieron destruidos por el golpe financiero que implicó su infidelidad y posterior divorcio, el equipo Juncos ha estado cerca de no sobrevivir a esta Indy 500, y Dreyer & Reinbold lleva años buscando sin éxito competir más allá de la gran prueba. Por otro lado, estructuras como DragonSpeed, Shank o Scuderia Corsa, todas ellas con más vuelos y experiencia competitiva, han ido prosperando poco a poco. Solo es cuestión de tiempo, pero si se cumple, Servià habrá encontrado una forma inesperada de prolongar su ya longeva carrera de forma aún más activa que en el pasado reciente.

Fotos: IndyCar Media