IndyCarPublicado el calendario 2024 de IndyCar, con el retorno de Milwaukee, pero sin Texas

La composición del calendario de IndyCar, uno de los aspectos más comentados de la categoría todas las temporadas, ha sido desvelada finalmente este lunes. La temporada 2024 del certamen estadounidense en el que Álex Palou defenderá su título, con las 500 millas de Indianápolis como pieza angular el 26 de mayo, mantiene el número de 17 carreras puntuables habitual de los últimos años, pero esta vez con varios cambios importantes, además del añadido de una ronda no puntuable en Thermal Club a finales de marzo.

La gran novedad es el retorno del histórico Milwaukee Mile, el recinto de carreras en activo más antiguo del mundo con 120 años de historia, y quizá el óvalo corto con más solera del certamen. Desde 1939 hasta 2015, IndyCar y sus campeonatos predecesores celebraron de forma casi ininiterrumpida 113 carreras en Milwaukee, cuyo peralte casi plano y su forma de óvalo convencional depararon carreras de primer nivel. Solo seis de los 27 pilotos que acabaron la temporada en Laguna Seca estuvieron presentes en la última carrera de Milwaukee, ganada por Sébastien Bourdais.

Ahora, con nuevos propietarios y nuevas inversiones, IndyCar buscará aplicar un modelo similar al de Iowa para dotar al evento de la rentabilidad que varios promotores y bajas asistencias no permitieron sacarle en el siglo 21, con una prueba doble en la semana del 1 de septiembre y un modelo de co-promoción. Estas serán las dos últimas carreras antes del Music City Grand Prix, la prueba en el urbano de Nashville, anunciada el mes pasado como nueva carrera final de temporada para los próximos tres años con un trazado renovado que empleará las calles más céntricas de la ciudad sin renunciar al icónico doble trayecto por un puente.

Como es tradición ya en la categoría, el Gran Premio de St. Petersburg celebrará su 20ª edición como primera ronda del año el próximo 10 de marzo. Sin embargo, se prolonga una continua lacra moderna de los calendarios de IndyCar: para la segunda ronda puntuable habrá que esperar al 21 de abril, en la visita al histórico Long Beach, ya que las 375 millas de Texas no podrán disputarse, siendo esta su primera ausencia desde su debut en 1997 pese a la espectacular carrera que tuvo lugar este año. A su vez, el Brickyard GP, la segunda carrera que se disputaba desde 2020 en el trazado GP de Indianápolis en verano, también sale del calendario, ambas cubiertas por el retorno de Milwaukee.

Tanto en el caso de Texas como del segundo Indy GP, el motivo tiene seis letras mayúsculas: NASCAR. El gigante económico del automovilismo americano ha marcado las pautas con los cambios de su aún no anunciado calendario para 2024, con un retorno de la Brickyard 400 al óvalo de Indianápolis que elimina la poco fructífera colaboración con IndyCar, relegada a un tercer plano en su propio recinto. A su vez, tras quedarse con solo una fecha de NASCAR, los responsables del Texas Motor Speedway la han desplazado al 7 de abril, huyendo de los partidos de los Dallas Cowboys en septiembre a la par que dejan a la Texas 375 sin margen para disputarse en esa época del año por la proximidad de ambos eventos.

Todo esto se ha visto aún más complicado por el parón forzoso de casi un mes en verano a raíz de los Juegos Olímpicos de París 2024, emitidos en Estados Unidos por NBC, también propietaria exclusiva de los derechos de IndyCar. Por ello, no habrá carreras entre el 21 de julio y el 17 de agosto, causante parcial de la puntilla al Indy GP o el cambio de fecha de Nashville, y que ha limitado aún más las alternativas para una nueva fecha. Según fuentes internas consultadas por Motor.es, la salida de Texas es temporal, a medida que se busca un nuevo hueco para 2025 que permita continuar un contrato que se renovó el año pasado por estas mismas fechas.

Desplazado de su ubicación como prueba final en beneficio de Nashville, Laguna Seca pasará a acoger el Gran Premio de Monterey el 23 de junio, tras rechazar también la opción de disputar la carrera en el hueco primaveral debido al temor de lluvias y bajas temperaturas. Este cambio adelanta una semana la fecha de Road America, lo que, sumado al retraso de una semana de Long Beach, generará un intervalo de siete semanas en el que solo habrá un fin de semana de descanso entre la segunda carrera y la octava, con la extenuante Indy 500 por medio.

Otros cambios menores incluyen el intercambio de fechas entre la doble prueba de Iowa y la visita al urbano de Toronto, y el adelanto de Portland a finales de agosto para acomodar Milwaukee. Con ello, quedan dos mitades de calendario muy definidas: la Indy 500 será la única de las 9 primeras carreras que no se dispute en circuito, pero cinco de las últimas ocho tendrán lugar en óvalo, por lo que habrá una carrera oval más (6) que el año pasado. Además, las pruebas nocturnas en óvalo volverán tras ser descartadas en años recientes por cuestiones televisivas, recayendo en la primera de Iowa y en Gateway.

Pese a ello, hay un hecho innegable: por primera vez desde 1964, la Indy 500 será la única prueba oval de 1.5 millas o más, y el único lugar donde se empleará el pack superspeedway. A su vez, la discutida posibilidad de competir fuera de los Estados Unidos con rondas no puntuables parece haber caído de nuevo en saco roto, sin que haya salido adelante por ahora la pretendida visita en octubre al circuito de Termas de Río Hondo en Argentina. La oposición reciente a un viaje así sin nada en juego y la incertidumbre económica del país no juegan tampoco a favor.

Fotos: IndyCar Media