IndyCarPenske se asocia con los Dallas Cowboys y los Texas Rangers para el nuevo GP de Arlington
El área metropolitana de Dallas acogerá a los coches de IndyCar a partir de 2026, en un trazado urbano de más de cuatro kilómetros que rodea dos estadios y cuenta con una recta de un kilómetro y medio.
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Publicado: 09/10/2024 08:30
Después de lo que habrán sido dos temporadas de ausencia por entonces, IndyCar volverá al estado de Texas en 2026. No será, eso sí, en el Texas Motor Speedway, recinto emblemático que acogió numerosas citas históricas entre 1997 y 2023. Tampoco será en Austin y su Circuito de las Américas, donde IndyCar celebró una única prueba en 2019 antes de que la pandemia y la falta de ingresos la suprimiese, o en las calles de Houston, que presenciaron tres intentos fallidos de consolidar una prueba urbana entre 1998 y 2015. Toca de nuevo intentarlo en las calles, y en esta ocasión será con unos socios muy poderosos en la zona.
Tal y como se había filtrado anteriormente en varios medios, la categoría de monoplazas estadounidense anunció este lunes la creación del Gran Premio de Arlington, una localidad de 400.000 habitantes que forma parte (al igual que el óvalo de Texas) del área metropolitana de la bulliciosa Dallas, situado a unos 30 kilómetros, con un contrato de duración no especificada que suele comprender tres temporadas en estos casos. La primera edición tendrá lugar en marzo de 2026, siendo una de las primeras carreras del año, y se disputará en el circuito urbano de mayor longitud que IndyCar haya utilizado nunca en suelo estadounidense.
El diseño del trazado, desvelado en un acto presencial este martes, comprende una longitud de 4.392 metros (2.73 millas), lo que lo convertiría en el segundo circuito más largo del calendario de IndyCar tras Road America, y el segundo urbano de más longitud en toda su historia, solo detrás por muy poco de la versión original del australiano Surfers Paradise (1991-2008). Con 14 curvas en total, el trazado destaca por la presencia de una larga recta de 1.5 kilómetros, al estilo de la empleada en el urbano de Sao Paulo (2010-13), por un pit lane dual como el empleado en Detroit, y por rodear los recintos de dos importantes franquicias deportivas, que han decidido ser partícipes de los designios de la prueba.
La primera sección de curvas, más revirada, pasará junto al AT&T Stadium de los Dallas Cowboys, el equipo deportivo más valioso del mundo en términos económicos, y que juega en Arlington desde 2009. Aunque sus últimos grandes éxitos deportivos en la NFL datan de mediados de los 90, esta franquicia está valorada en 9.200 millones de dólares según la revista Forbes, superando en más de 2.000 millones a la siguiente (New York Yankees). A su vez, la veloz segunda parte de la pista rodea los terrenos del Globe Life Field, el terreno que inauguraron en 2020 los Texas Rangers, vigentes campeones de la MLB de béisbol y asentados en Arlington desde 1971.
Junto a ambos equipos se asocia Penske Entertainment para llevar a cabo las labores de organización y promoción de la prueba, las cuales empezarán desde este mismo fin de semana con la intención de convertir la prueba en un gran éxito y evitar repetir algunos de los errores que se cometieron en el Music City Grand Prix de Nashville, desplazado ahora al óvalo por la construcción de un nuevo estadio en lo que antes era el paddock. Por ahora, el trazado parece cumplir ese propósito, siendo quizás el diseño más moderno que ha afrontado la categoría hasta la fecha.
Desde hacía años, se había coqueteado con la posibilidad de una prueba urbana en las calles de la zona, siendo el foco inicial la propia ciudad de Dallas, que cuenta con el punto negro histórico de su único y desastroso Gran Premio de Fórmula 1 en 1984. El interés de Jerry Jones, propietario de los Dallas Cowboys, ha acelerado el proceso en los últimos dos años, lo que devuelve a IndyCar a una región clave a nivel demográfico. También le permite añadir una socorrida fecha primaveral con la que aliviar los huecos habituales de estos últimos años, función que se espera que pueda tener lugar también en México a partir de 2026.
Aunque este hecho está perdido en la profundidad histórica de la hemeroteca, "las estrellas de las 500 millas de Indianápolis" ya compitieron en Arlington hace tres cuartos de siglo. Ocurrió entre 1947 y 1950, cuando el campeonato nacional estaba bajo la organización del la Asociación Americana del Automóvil (AAA) en el Arlington Downs, un óvalo de tierra de 1.708 metros. Se disputaron tres carreras puntuables y dos eventos fuera de campeonato, siendo escenario del segundo de los tres títulos de Ted Horn en su prueba inaugural. El recinto tenía más tradición con las carreras de caballos, y así siguió siendo hasta su demolición en 1958, siendo reemplazado por lo que hoy día son edificios de empresas de textil y albañilería... en la misma avenida que acoge la larga recta de meta del circuito actual, y a apenas un kilómetro de la curva 10.
Fotos: IndyCar Media