Previo y horarios del Iowa IndyCar Weekend 2022

Tras cuatro carreras consecutivas en circuitos permanentes o urbanos, la IndyCar Series se adentra de nuevo en los óvalos, y lo hace con una doble entrega en el pequeño 'bullring' de Iowa, que acogerá dos carreras este fin de semana tras estar ausente en 2021. Todo ello, gracias a una iniciativa conjunta entre Penske Corp, propietaria de la categoría, y la cadena regional de supermercados Hyvee, uno de los sponsors más activos de la parrilla en el equipo Rahal Letterman Lanigan Racing. Ambas partes se han encargado de co-promocionar el evento como un gran festival de carreras y música, al estilo de la Indy 500 o los Grandes Premios de la Fórmula 1, y para el que se está muy cerca de colgar el cartel de 'no hay billetes' con cerca de 100.000 espectadores previstos a lo largo del fin de semana.

Todo esto ha permitido revivir una prueba que estuvo cerca de desaparecer definitivamente. Los efectos de la pandemia, la pérdida del patrocinio para la carrera de IndyCar y las múltiples pérdidas que registraba llevaron a NASCAR (propietaria del óvalo) a ponerlo a la venta y a suprimir sus pruebas previstas en 2020. IndyCar procedió a alquilar el óvalo ese año para celebrar un evento doble que permitiese maquillar el calendario, y en este 2022 repite esa fórmula con mucha más solidez y un gran socio comercial con el que aspirar a proteger uno de los mejores recintos en cuanto a calidad competitiva.

Con una longitud de apenas 1.438 metros (el equivalente a 7/8 de milla), Iowa es el óvalo más corto del calendario, y el tercero más pequeño de la historia de IndyCar, solo superado por el Sanair Super Speedway canadiense (1984-86, 1.329 metros) y el Richmond Speedway (2001-09, 1.207 metros). Sus vueltas de apenas 18 segundos se pasan en un suspiro, pero ni mucho menos son sencillas, ya que los pilotos se enfrentan a un trazado muy bacheado con 10 grados de peralte en la meta, 14 en las curvas, y fuerzas laterales de casi 6G, todo ello a un promedio de velocidad cercano a los 300 kilómetros por hora. Aún así, sus carreras suelen ser notablemente entretenidas, con múltiples variables a lo largo de la misma, e incluso en cada stint.

Situado cerca de la localidad de Des Moines, Iowa ha sido el último óvalo del automovilismo profesional americano en construirse desde cero, siendo inaugurado en 2007 antes de la gran crisis económica. Hasta el año 2015, Andretti Autosport fue el gran dominador de la prueba ganando seis carreras de ocho, tres de ellas con la firma de Ryan Hunter-Reay. Desde entonces, el Team Penske les ha desbancado al imponerse en cuatro de las últimas cinco carreras, incluida la de 2019 y las dos de 2020. Al frente de ese dominio se sitúa Josef Newgarden, que en este equipo ha añadido dos triunfos más al logrado en 2017 con Ed Carpenter Racing, y que en las últimas siete carreras en Iowa ha liderado el 65% de las vueltas (1.150 de 1.750), sin bajarse nunca del top 6 en el resultado final.

Precisamente, Carpenter había sido siempre la gran alternativa en este óvalo, y aunque tuvieron un mal desempeño en la edición de 2020 con el Aeroscreen, su último test en esta pista promete un cambio total. El foco también estará en McLaren SP, una figura más sólida en óvalos en los últimos años y cuyo equipo predecesor también tenía buena mano en este óvalo (James Hinchcliffe ganó como piloto de Schmidt en 2018), o en el equipo Rahal con dos podios y tres top 5 en las últimas cinco carreras en Iowa, y que llegan al evento estrella de su sponsor principal con la inercia de su mejor fin de semana de 2022 en Toronto.

Quienes miran con recelo a este fin de semana son los integrantes de Chip Ganassi Racing, que sufrieron de lo lindo en el test de junio y cuyo equipo no vence en Iowa desde 2009. De hecho, Scott Dixon nunca ha ganado aquí, aunque sí acabó segundo en 2019 y la primera carrera de 2020. El vencedor de Toronto tendrá la intención de hacer valer su experiencia ante un Marcus Ericsson que fue el mejor del equipo en el test. Su liderato en la general también cuenta con la amenaza, aún lejana, de un Álex Palou dispuesto a quitarse la sensación agridulce del pasado fin de semana con un buen resultado que aplaque las aguas de su tormentoso futuro.

La primera carrera se disputará a 250 vueltas, como en el evento doble de 2020, pero la segunda será a 300 vueltas, la distancia habitual desde 2014. Además, solo habrá una sesión de clasificación, empleando el mismo formato que se utilizó con éxito en la edición de 2020 y en otros óvalos como Texas o Gateway cuando se necesitó. Cada piloto saldrá a pista en solitario, en orden inverso a los puntos obtenidos por su coche durante la temporada, y completará dos vueltas cronometradas. Su primer giro determinará su posición en la parrilla de salida de la carrera del sábado, y el segundo dictará lo propio para la parrilla del domingo.

Eso sí, a diferencia de lo ocurrido hace dos años y para dar más margen a los equipos, las dos carreras serán diurnas. Eso permitirá a los espectadores europeos ver el evento a unas horas más digestibles, pero supondrá un suplicio para pilotos y espectadores en cuanto a temperaturas, sobre todo el sábado con máximas previstas de hasta 36ºC. Iowa tendrá la parrilla más numerosa de su corta historia con 26 coches, uno más que en Toronto por la presencia de Ed Carpenter en el tercer vehículo de su equipo, aunque no habrá una 27ª máquina al no haberse resuelto los problemas de patrocinio del tercer coche de Foyt, la cual J. R. Hildebrand habría pilotado en condiciones normales.

Sesiones y horarios del Iowa IndyCar Weekend 2022

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Fotos: IndyCar Media