IndyCarLaguna Seca regresa al calendario a partir de 2019
El circuito californiano ha firmado un acuerdo para acoger a la IndyCar durante tres temporadas, y será la última cita del año. Laguna Seca desembolsará más de 4 millones en tasas, además de pagar varias remodelaciones. Sonoma, con los dos pies fuera al oponerse a coexistir con una circuito tan próximo.
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Publicado: 17/07/2018 22:15
Cuatro días después de que el Condado de Monterey diese su visto bueno, IndyCar ha anunciado este martes el esperado regreso del circuito de Laguna Seca a su calendario a partir de la temporada 2019, quince años después de que la Champ Car corriese por última vez en el emblemático circuito californiano, y lo hará con su estatus clásico al ser la última prueba de la temporada, disputándose el próximo año el 22 de septiembre.
Este acuerdo ha sido cerrado finalmente tras varios meses de negociación con los entes públicos de Monterey, así como con la Asociación de Carreras de Sports Car de la Península de Monterey (SCRAMP), que ha mantenido la gestión del circuito pese a que la marca automovilistica Mazda retirase su patrocinio el año pasado. Según los documentos públicos, el acuerdo comprende las tres próximas temporadas, con Laguna Seca pagando 1.2 millones de dólares en concepto de tasas por la primera carrera, y 1.5 millones por cada una de las dos siguientes, salvo que la prueba del IMSA no se dispute la semana anterior o posterior, en cuyo caso la tasa del primer año también será de millón y medio.
El contrato entre ambas partes implica varias remodelaciones en el circuito en pos de la seguridad, las cuales no modificarían en absoluto el existente trazado de 3.602 metros. Entre ellas, se encuentran rebajar la altura de algunos de los pianos, eliminar unas losetas ubicadas en el temido Sacacorchos y la entrada al mismo, restar profundidad a las escapatorias de gravilla y nuevas protecciones de neumáticos en cinco curvas, además de nuevas vallas metálicas en otras cinco. Además, se ha incluído la posibilidad de reasfaltar el circuito en 2020 y añadir vallas en el muro que separan los boxes de la recta, si existe la financiación necesaria para ello.
Este anuncio llega un mes después de que el óvalo de Phoenix confirmase que no seguiría acogiendo carreras de IndyCar tras tres años debido a la baja afluencia de espectadores, uno de los aspectos que, junto a la entrada de Laguna Seca, también podría propiciar la caída de Sonoma. Pese a que ambos trazados están separados por 250 kilómetros, ambos trazados se encuentran en la gran zona de influencia de San Francisco, en el norte de California, por lo que los propietarios de Sonoma nunca han visto con buenos ojos una posible reincorporación de Laguna Seca, al considerar que ambas carreras se canibalizarían entre sí en términos de asistencia, un enfoque similar al que el óvalo de Texas ha utilizado durante años para frenar una posible carrera de IndyCar en Austin.
Habiendo entrado en el calendario de IndyCar en 2005, 35 años después de la que hasta entonces había sido su primera y única carrera, Sonoma ha sido la cita final de la IndyCar durante los últimos tres años, algo que volverá a ocurrir este año, pero la asistencia de aficionados nunca ha sido satisfactoria, al igual que la calidad de las carreras, pese a efectuarse tres modificaciones durante estos años. La entrada de Laguna Seca en estas mismas fechas hacían que la pretensión de la categoría fuese que Sonoma pasase a acoger una ronda en primavera; esto, sin embargo, no parece ser una opción para un circuito que parece tener los dos pies fuera.
El mismo día que Laguna Seca anunció el principio de acuerdo con la IndyCar, Steve Page, presidente del circuito de Sonoma, emitió un comunicado en el que aseguraba que, "si la categoría determina que mover la carrera de Sonoma a otro recinto es más beneficioso para sus intereses a largo plazo, es una decisión de negocios que tienen derecho a tomar, por lo que enfocaremos nuestra atención a otras oportunidades. Sonoma ha invertido mucho para construir el seguimiento y la marca de la IndyCar en el norte de California durante 14 años, y estaríamos contentos de seguir haciéndolo, pero solo con un modelo de negocio sostenible".
Construído en 1957 y remodelado en 1988 expresamente para el Mundial de Motociclismo, Laguna Seca acogió 22 carreras de IndyCar entre 1983 y 2004, tradicionalmente en los meses de septiembre y octubre (salvo las carreras de 2002 y 2003, disputadas en verano). Tras dos años decidiendo el título a favor de Bobby Rahal y Danny Sullivan, esta carrera pasó a ser la última del año entre 1989 y 1996, propiciando las conquistas de Michael Andretti (1991), Rahal (1992), Jacques Villeneuve (1995), Jimmy Vasser (1996), además de la primera de Alex Zanardi en 1997. El trazado fue también escenario, durante dos años (1989 y 1991), del Marlboro Challenge, una extinta carrera All-Star en la que solo podían participar todos los pilotos que hubiesen logrado una victoria o una pole.
Rahal no solo ganó dos de sus tres títulos en este trazado, si no que fue también el piloto más victorioso, con una racha de cuatro triunfos consecutivos entre 1984 y 1987. Con dos victorias cada uno, le siguen Sullivan (1988 y 1990), Michael Andretti (1991-1992), Paul Tracy (1993-1994), Bryan Herta (1998 y 1999) y Patrick Carpentier, que ganó las dos últimas ediciones. La naturaleza tortuosa del trazado, en especial tras la modificación de 1988, no propició grandes carreras en general, por lo que pocas se recuerdan más que la que ganó Zanardi en 1996, al arrebatarle el triunfo a Herta en la última vuelta con un espectacular adelantamiento en el Sacacorchos que quedó inmortalizado como "The Pass".