Rio de Janeiro ofrece su Sambódromo a la IndyCar desde 2020

La propuesta está impulsada por promotores privados y cuenta con el apoyo del alcalde de la ciudad. Los dirigentes de la categoría han negado tener constancia de ninguna propuesta formal al respecto. Rio es la segunda ciudad internacional en ofrecerse a la IndyCar, tras Surfers Paradise.

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Publicado: 09/11/2018 11:30

Este mes de noviembre, Brasil no deja de ser noticia, ya sea por motivos políticos o por aspectos puramente automovilísticos. No en vano, este fin de semana será el país anfitrión de la penúltima prueba del Mundial de Fórmula 1, en la que será la 47ª visita consecutiva del Gran Circo a esta populosa región del globo. No obstante, el mundo del automovilismo también ha tenido ojos en las últimas tres décadas para otra categoría de monoplazas que ya han acogido en su terreno, la IndyCar.

Habiendo pasado ya más de cinco años desde la última vez, el país carioca ha vuelto a la carga. Este martes, Marcelo Crivella, alcalde de Rio de Janeiro, mantuvo una reunión con un grupo de promotores privados que le plantearon la posibilidad de acoger una carrera de IndyCar a partir de la temporada 2020, en un trazado urbano que discurriría alrededor del mítico Sambódromo, así como de la aledaña Avenida Presidente Vargas.

Tras la reunión, Crivella publicó un vídeo junto a dichos promotores, en el que figura una representación virtual del trazado propuesto, con una longitud estimada de apenas 2.6 kilómetros. En el video, el alcalde habló de la prueba como un hecho seguro, y que ésta generaría hasta 5.000 empleos temporales. “He visto el proyecto, y estamos haciendo pública esta carrera que vamos a hacer aquí en Rio de Janeiro", afirmó Crivella. "Será un gran evento para nuestra ciudad y atraerá muchos turistas".

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No obstante, en toda esta comunicación faltaba un elemento clave, un representante de la propia IndyCar, y por buenos motivos. Al ser contactados por varios medios estadounidenses sobre esta iniciativa, un portavoz de la categoría ha asegurado que éste grupo promotor no se ha puesto en contacto de forma oficial con IndyCar, y que, de momento, no hay ningún plan para correr en Brasil. Asimismo, el presidente de la IndyCar Mark Miles ha ratificado no tener constancia de esta propuesta, y otras figuras destacadas del ámbito ejecutivo de la categoría han declinado hacer comentario alguno al respecto.

Aunque de una forma poco ortodoxa, Rio de Janeiro se suma a Surfers Paradise como la segunda ciudad internacional que ha mostrado públicamente su voluntad de acoger una prueba de IndyCar en apenas dos semanas. La categoría, que recientemente ha absorbido por completo la gestión de sus derechos televisivos en el extranjero, lleva años buscando esta clase de eventos para abrir la temporada, en pos de consolidar su cada vez mayor relevancia internacional, y generar más ingresos para sus equipos. En la actualidad, la IndyCar disputa todas sus pruebas en Norteamérica, con una sola cita fuera de los Estados Unidos (Toronto, en Canadá).

Brasil, una medicina con efectos secundarios

Con anterioridad, Brasil ya ha acogido en dos escenarios distintos a los monoplazas estadounidenses. El primero estaba en la propia Rio de Janeiro, donde la CART disputó cinco carreras entre 1996 y 2000 en un peculiar óvalo romboide diseñado en el Autódromo de Jacarepagua, escenario habitual de Fórmula 1 en los años 80. Pese al boom de pilotos brasileños competitivos (Hélio Castroneves, Tony Kanaan, Christian Fittipaldi, Roberto Moreno...) y albergar citas de buen nivel, la carrera quedó cancelada a comienzos de 2001 después de que la ciudad no cumpliera el plazo previsto para pagar las tasas y permitir acceso al trazado a los promotores.

Los problemas burocráticos se reproducirían en los dos intentos más recientes. Ya reunificada, la IndyCar regresó a Brasil en 2010, esta vez en un circuito urbano situado en Sao Paulo y que, al igual que en la propuesta de Rio, tenía situada la línea de meta en el polvoriento cemento de su Sambódromo, generando salidas caóticas, un aplazamiento de un día por lluvia en 2011 y una épica carrera en 2013 (adelantamiento por la victoria en la última curva incluído). Dicha carrera resultaría ser la última allí, toda vez que unas obras planeadas en el Sambódromo derivaron en una millonaria demanda de IndyCar a los promotores por no encontrar una alternativa viable para correr, como estipulaba el contrato.

Meses después, la categoría confirmó que la temporada 2015 comenzaría en el Autódromo de Brasilia, un circuito con solera en la nación cuyo trazado sería renovado para la ocasión. Pese a que las obras se demoraron, todo parecía apuntar a que la prueba se disputaría sin problemas, pero un cambio de signo político en el gobierno de Brasilia, y la dura crisis económica que sufría el país, propiciaron que la prueba fuese canceladaunilateralmente a mes y medio de su disputa. Ahora, con la emergencia de Matheus Leist y, quizás, Pietro Fittipaldi, la nueva ola podría volver a correr en casa.

Fotos: IndyCar Media

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