IndyCarEl GP de St. Petersburg, pendiente del coronavirus tras su llegada a Florida

Quedando apenas 10 días para el inicio de los primeros entrenamientos libres oficiales de 2020, IndyCar observa en sus retrovisores el inconveniente de la epidemia del coronavirus, que ya ha puesto en jaque y forzado cancelaciones en numerosos campeonatos. Tras las primeras cancelaciones de las carreras de Fórmula 1 y Fórmula E en China, la expansión del Covid-19 en el Sudeste Asiático, y su llegada a Europa y América tras los múltiples contagios exportados a Italia, ha generado una ola de incertidumbre en la mayoría de calendarios competitivos a nivel mundial.

Solo en la última semana, las restricciones en los vuelos procedentes de Italia han obligado al Mundial de Motociclismo a cancelar la ronda inaugural de MotoGP en Qatar, y a posponer el GP de Tailandia en todas sus clases, además de poner en duda la disputa de las cuatro primeras carreras del Mundial de Fórmula 1. A su vez, la medida preventiva de evitar eventos multitudinarios también se ha dejado notar en otro foco infeccioso, Japón, donde la primera ronda de la Super Formula en Suzuka también ha sido pospuesta, y el inicio del Super GT se mantiene en seria duda.

Todo ello, amen de cambios en tests y futuras evaluaciones que podrían afectar a otros muchos campeonatos a nivel europeo y asiático, amenaza también con alcanzar al prolífico mercado estadounidense, que alberga más de 60 eventos automovilísticos solo entre NASCAR, IndyCar e IMSA. En este caso, la detección de los dos primeros casos de infectados en el estado de Florida ha situado al GP de St. Petersburg, uno de los más populares de la temporada, en el punto de mira, en especial por su cercanía geográfica a estos casos.

En la jornada del lunes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, confirmó los positivos de dos pacientes en los condados de Hillsborough (tras volver de un viaje al norte de Italia) y Manatee, ambos en la zona de influencia económica de la ciudad de Tampa, en la cual se ubica St. Petersburg, y en un radio de apenas 130 kilómetros respecto del aeropuerto privado en el que la carrera tiene su base. A su vez, otras 23 personas han sido analizadas como posibles portadores, y se mantiene en vigilancia a otras 184 personas. Estos dos casos se enmarcan entre los 103 positivos detectados en el país hasta la fecha, siendo el estado de Washington el más afectado al albergar a cinco de los seis fallecidos.

Según algunos de los investigadores encargados de secuenciar el virus, este podría incluso haberse extendido dentro de las fronteras del país durante semanas. Por todo ello, la empresa promotora del Gran Premio de St. Petersburg, Green Savoree Racing Promotions, se ha pronunciado públicamente, a través de su director de marketing y comunicación, Steve Bidlack. «Seguimos monitorizando el desarrollo del coronavirus, y las novedades procedentes del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, así como del Departamento de Salud de Florida», asegura Bidlack, sin ofrecer más detalles sobre medidas específicas de cara al Gran Premio.

La situación preocupa, en especial, por la popularidad del evento, que en apenas 15 años se ha convertido en un acontecimiento que anticipa las festividades de Pascua y el Spring Break en Tampa, con asistencias récord en los últimos años y la presencia de espectadores de hasta 49 estados diferentes. A la espera de que la situación prosiga su curso en una dirección más o menos negativa, IndyCar sigue con su planning habitual, celebrando esta misma semana un test general privado de dos días en el trazado de Sebring, a 200 kilómetros de St. Pete.

Fotos: IndyCar Media