Mario Palazzetti, de inventar un ABS hasta un dispositivo anticoronavirus

Mucho le debe la humanidad a una persona relativamente desconocida, el ingeniero italiano Mario Palazzetti. Una de sus invenciones más conocidas fue el primer sistema ABS empleado en camiones, hace ya 50 años, y la última es un dispositivo que puede ayudar en la lucha contra el coronavirus.

Mario Palazzetti, de inventar un ABS hasta un dispositivo anticoronavirus
Mario Palazzetti en una sesión de Hangouts reciente - Reuters

6 min. lectura

Publicado: 15/07/2020 22:00

El señor Mario Palazzetti es actualmente un afable señor de 84 años que no ha dejado de dar rienda suelta a su imaginación para mejorar la vida de la gente. Su último invento -en fase de desarrollo- permitirá aumentar la seguridad entre personas de cara al coronavirus. Pero vayamos al principio.

En 1970 Palazzetti contaba con 34 años y trabajaba como ingeniero en el centro de desarrollo de Fiat. Una de sus tareas en esa época era idear un sistema para evitar el bloqueo de las ruedas en los camiones, de forma que se pudiesen evitar accidentes. Cuando las ruedas se bloquean, las distancias de frenado se alargan y se pierde la dirección: se avanza en línea recta.

Los primeros frutos de su esfuerzo llegaron poco después, al lanzarse al mercado el camión 691N1 de Fiat Veicoli Industriali equipado con un sistema llamado «Antislittamento», que se traduce directamente como «antideslizamiento». En la siguiente grabación de archivo de Fiat podemos ver el sistema en acción:

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En torno al minuto 6 podemos observar con más detalle cómo funciona el sistema, teniendo en cuenta que es que los frenos del camión en cuestión eran de tambor. Es un sistema electrónico y de los primeros que apareció en el mercado. El «Antislittamento» fue primicia en camiones y actuaba sobre cuatro ruedas o más.

Entrando más en harina, cada rueda era equipada con una rueda fónica, que produce una señal eléctrica en un sensor, permitiendo determinar la velocidad a la que gira (o si no gira, claro). Cuando se produce el bloqueo, la centralita electrónica manda una orden al actuador neumático sobre el cilindro de freno, provocando pulsos intermitentes para que la rueda gire y pare, pero muy rápido.

El «Antislittamento» reducía la distancia de frenada, tanto en seco como en mojado

En el vídeo podemos ver también la eficacia del sistema en calzadas deslizantes regadas -que simulan hielo-, así como en firmes de adherencia asimétrica. Igual que un ABS moderno en lo esencial. No obstante, fue paradójico que en 2004, tiempo después, aún se vendían furgonetas Fiat desprovistas de ABS. Mi único vehículo de pruebas sin ABS fue precisamente una Fiat Dobló 1.3 MultiJet, aquel año. No era obligatorio, ahora sí lo es.

TOTEM, un sencillo generador de electricidad y agua caliente basado en un simple motor Fiat de 903 cc

En justicia, Mario Palazzetti no fue el padre del ABS. En torno a 1970-1971 aparecieron en distintos fabricantes sistemas de similar naturaleza: Ford Sure-track, Chrysler Sure Brake, General Motors Trackmaster, Nissan Electro Anti-Lock System (de Denso), Toyota Anti-Skid, etc. Pero fue uno de los padres del ABS.

Otro invento poco conocido de Palazzetti es el TOTEM, de «Total Energy Module», exhibido en el Salón de Turín de 1976 al público por vez primera. Se trata de un sistema de cogeneración basado en el motor de 903 cc y cuatro cilindros del Fiat 127. Empleando gas natural como combustible, movía un generador eléctrico para lograr 15 kW, suficiente para varios hogares, o tres consumiendo a destajo.

Eso para la energía eléctrica. Aprovechando la energía "desperdiciada" del tubo del escape y el circuito de refrigeración del motor, se conseguían recuperar 33.500 calorias/hora para proporcionar calefacción a varios hogares. Y todo con un pequeño motor. El invento permaneció olvidado durante años, Fiat lo comercializó hasta 1985, posteriormente fue recuperado en 2010 por Honda y Volkswagen.

Aunque Palazzetti se jubiló en 1997, no ha dejado de trabajar. Su última ocurrencia, en colaboración con la Universidad Politécnica de Turín, es el llamado «Biostopper». Este dispositivo se encarga de crear una pantalla invisible con flujos de aire para que las partículas que emitimos por la boca al hablar no alcancen a un conversador que tengamos en frente.

Es un dispositivo pequeño, del tamaño de un cenicero, cuyos detalles técnicos no han sido revelados ya que está en proceso de patente. Está en fase de desarrollo y le están dando los retoques finales. Habrá un prototipo funcional a finales de mes, y podría comercializarse antes de que acabe septiembre.

El profesor Marco Simonetti de dicho politécnico ha aclarado a Reuters que el sistema no sería eficaz contra un estornudo, pero que podría ser eficaz en grupos pequeños de personas, reduciendo la posibilidad de contagio del coronavirus en grupos pequeños donde no sea posible mantener los 2 metros de separación recomendados como seguros.

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