Las inundaciones de 'El Niño' preocupan al Dakar

Con el Dakar 2016 calentando motores y gran parte de los participantes viajando hacia Sudamérica, la vista está puesta en el cielo. Otra vez. Argentina está sufriendo graves inundaciones por el fenómeno cíclico de 'El Niño', mismo que llevó a Perú a abandonar la carrera y reservar los fondos destinados al Dakar para los eventuales daños. Las cuantiosas precipitaciones que están recogiendo Argentina -y también Bolivia- pueden alterar el trascurso y recorrido normal de la prueba, toda vez que se acercan más lluvias y sobre todo, notables crecidas en los ríos principales de la región. Las previsiones no son muy positivas.

El Dakar arranca el domingo 3 de enero en Rosario. Sin embargo, la capital de la provincia de Santa Fe es una de las que está en alerta por las crecidas de los ríos. Se estima que en estos días previos a la prueba el cauce del Paraná puede llegar a superar los cinco metros de altura, lo que dejaría casi impracticables los caminos que tienen que utilizar los coches, camiones, motos y quads, ya que gran parte de la primera etapa entre Rosario y Villa Carlos Paz trascurre por rivera y cauce de este río. El barro puede ser un elemento muy decisivo.

Además de las dificultades que se pueden encontrar los pilotos en las primeras etapas, parece que las precipitaciones que se asocian al fenómeno de 'El Niño' pueden ir recorriendo la región de El Litoral de Argentina, sembrando más inundaciones y 'acompañando' en su recorrido a la carrera hasta la llegada de Bolivia. No será hasta la segunda semana de la prueba cuando los pilotos del Dakar se encontrarán un tiempo estable y lo que es más temido, unas temperaturas muy altas que pueden jugar una mala pasada a más de uno. Está claro que las condiciones meteorológicas no van a acompañar.

El fenómeno de 'El Niño' es sin duda el principal escollo que se ha encontrado el Dakar año tras año en América del Sur. Chile desistió de formar parte de la carrera el año pasado para destinar los fondos de organización de la prueba a los daños, como también hizo Perú. El año pasado el frío y la lluvia en las etapas montañosas de Bolivia causaron numerosas bajas entre los participantes y este año Argentina y el embarrado terreno pueden servir de primera criba de un Dakar que además tiene muchas pistas rápidas. Mala combinación.