Investigan a Uber en Reino Unido por admitir una póliza de seguro falsificada
La empresa tecnológica que compite contra el taxi y los coches de alquiler con conductor se estableció en Londres en 2012. Unos 15.000 conductores trabajan para ellos solamente en Londres, y crecen los temores de que algunos hagan trampas para aumentar sus ganancias
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Publicado: 13/06/2015 08:00
A diferencia de España, Uber es legal en el Reino Unido. Los taxistas de toda la vida, los Black Cab, conviven con particulares que usan sus coches para llevar gente de un lado a otro a cambio de una remuneración. Las autoridades de transporte pusieron condiciones: deben tener una licencia y seguro de responsabilidad civil.
Uber ya no opera esta modalidad en España por orden judicial
La licencia cuesta 300 libras al año, a la que hay que sumar un seguro que puede llegar a 4.000 libras anualmente. Aunque la compañía tiene una póliza de seguros que cubre cualquier imprevisto, cada conductor debe demostrar que está correctamente asegurado. Un periodista de The Guardian descubrió un agujero de seguridad en el sistema.
En teoría, los conductores deben aportar papeles que demuestran que el coche tiene la inspección técnica al día (MOT), así como sus licencias de conducción y cobertura del seguro. En el reportaje a continuación se ve cómo un conductor es aprobado para ejercer con una póliza de seguro falsa, de una empresa que ni siquiera existe.
El conductor utilizado para el experimento contaba con una cobertura de seguro en condiciones, pero no remitió esa documentación a Uber, sino una falsificada para comprobar la solidez del sistema. Pasaron dos días desde que se envió el documento hasta que fue aprobado para ejercer con la aplicación, en teoría fue revisado por un empleado de Uber. No es un proceso automático.
Una vez demostrado el agujero de seguridad, el periodista acudió a la sede de Uber a hablar con un responsable, que aseguró que no es posible engañar al sistema con papeles falsos. Al poner en conocimiento de Uber el engaño, reaccionaron expulsando al conductor de la plataforma y denunciándolo ante las autoridades de transporte.
Aunque la empresa admite el error de verificación de los papeles -un error humano- creen que no es una situación habitual. Pero existe el temor de que la trampa ya se haya hecho con anterioridad, y haya conductores sin una póliza de seguro adecuada llevando pasajeros. En el peor caso posible, Uber respondería a una reclamación con su propia póliza como una segunda línea de defensa.
¿Por qué hacer esa prueba?
Aunque Uber argumenta que un conductor puede ganar hasta 40.000 libras al año, por encima del salario mínimo y de la media de lo que cobra un londinense, no parece ser así para todos. El prototipo típico de conductor de Uber en Londres es hijo o nieto de inmigrantes, y tiene que echar más horas que un reloj para llegar al salario mínimo, más de 60 semanales.
Los gastos exigidos por las autoridades son elevados, aunque menores a los que haría frente un Black Cab convencional. De hecho, los taxistas han notado cómo han bajado las "vocaciones" y ha aumentado el interés en Uber. En Estados Unidos pasa algo similar, el elevado precio de las licencias (medallions) hace que más conductores se vean seducidos por Uber.
Las tarifas de Uber en Reino Unido vienen a ser la mitad de lo que cobra un taxista normal, ya que se han bajado para aumentar su competitividad y atraer más usuarios. Ahora bien, con esas tarifas, los conductores no consiguen fácilmente vivir de ello. Por otra parte, pueden trabajar tan poco como quieran, no hay horarios.
Esta empresa ha tenido más de un tropiezo mediático, y ahora se comprueba que les han colado una póliza de seguro falsa. Las autoridades están comprobando si es un caso puntual o hay más, y a buen seguro Uber está revisando sus protocolos internos. No se pueden permitir un problema de imagen pública.
Sin conductores, Uber no tiene negocio, debería cuidarlos
Al margen de esto, muchos conductores están insatisfechos con lo que ganan con la plataforma, cuesta llevar un buen sueldo a casa una vez se aplican los gastos correspondientes que exige la ley. Uber tendrá que acabar elevando las tarifas para que los conductores vivan mejor, o reducir la comisión que se llevan.
Uber se queda con el 20% del importe de la "carrera". Dado el crecimiento de la empresa a escala planetaria y a la valoración bursátil de 40.000 millones de dólares, es algo que se pueden permitir. Lo que no parece tan buena idea es tener una plantilla de trabajadores que vive al día, precariamente, y que puede verse tentada a ahorrarse algo que no debería para llevar más dinero a casa.
Fuente: The Guardian