El Jaguar I-PACE recibe un paquete de mejoras que aumentan su atractivo eléctrico

El Jaguar I-PACE fue el primer crossover 100% eléctrico que se estrenó entre las marcas de lujo. La marca del felino dio un importante paso adelante al adentrarse en un mercado en el que el goteo de novedades de cero emisiones es prácticamente constante, adelantándose a gran parte de sus competidores al apostar por el formato crossover.

A la venta desde octubre de 2018, el Jaguar I-PACE ha recibido un segundo lavado de cara, aunque con mínimos cambios. El más notable es que se ha despedido de la parrilla de nido de abeja pintada en negro brillante que ha caracterizado su frontal y que ha sido sustituida por un panel completamente cerrado, por lo que la función de refrigeración se ha derivado enteramente a la parte inferior del paragolpes.

El Jaguar I-PACE 2024 suma el segundo facelift

Jaguar también ha retocado la defensa delantera. Concretamente, los apliques decorativos verticales que se hallan bajo los faros que, en lugar de ser de plástico negro, ahora se han pintado en color «Gris Atlas» o en color carrocería. Las novedades en el exterior se completan con nuevas pinturas con acabados satinado y ultra-metalizadas, además de unas grandes llantas de aleación de 22 pulgadas con insertos de fibra de carbono.

El paquete exterior Negro ahora es de serie en el equipamiento de los acabados «R-Dynamic SE» y «R-Dynamic HSE», todos con un acabado más brillante en el marco de la parrilla, los bordes de las ventanillas, las carcasas de los espejos retrovisores y las insignias traseras, unos detalles que también forman parte de una versión más deportiva y específica para Reino Unido, el «400 SPORT».

Esta versión destaca por las llantas de aleación de 22 pulgadas pintadas en negro brillante, por los asientos delanteros deportivos con una estructura interna más fina, a pesar de disponer de ajuste eléctrico en 14 posiciones, calefacción y climatización, suspensión neumática adaptativa y un spoiler más prominente sobre el portón trasero. Lo que Jaguar no ha tocado ha sido el tren de propulsión, que mantiene los dos motores eléctricos, la tracción total y el rendimiento.

Dos unidades que ofrecen 400 CV de potencia y con los que acelera de cero a 100 km/h en 4,5 segundos, alimentándose de una batería que cuenta con una capacidad energética de 90 kWh para una autonomía máxima de 470 kilómetros. Lo que sí ofrece el Jaguar I-PACE es un cargador de a bordo que soporta una potencia de carga de 100 kW, por lo que puede recargar energía para cubrir 125 kilómetros en solo 15 minutos. Una gama de la que se conocerán los precios en las próximas semanas.