Jaguar Land Rover estudia una tecnología de eliminación de interferencias
La avanzada tecnología que se embarca en la nueva generación de coches supone un importante problema para las marcas: la generación de campos electromagnéticos. El nuevo Range Rover Sport se ha diseñado para impedir que su potente electrónica genere interferencias, un avance para coches eléctricos más seguros.
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Publicado: 06/08/2022 10:00
Los coches nuevos pueden presumir de una elevada dosis de tecnología embarcada, algo que gusta mucho a los clientes pero que puede suponer un importante problema y auténticos quebraderos de cabeza que, en la mayor parte de talleres y servicios oficiales, serán incapaces de solventar. ¿El problema? La enorme cantidad de sensores, cámaras y sistemas electrónicos generan una serie de campos electromagnéticos que, en el caso de interferir entre unos y otros, pueden terminar sufriendo problemas.
Mucho más graves en el caso de los coches eléctricos, y cuando se sumen avanzadas tecnologías de conducción autónoma. En Jaguar Land Rover están solventando esta cuestión, teniendo en cuenta la transición hacia los coches de cero emisiones que poblarán la gama del felino y la de los todoterrenos y SUV en el futuro. El consorcio ya dispone de una nueva instalación especial para evitar las interferencias electrónicas, y el primer modelo en contar con esta avanzada tecnología es el nuevo Range Rover Sport.
Las interferencias, clave en la estabilidad de los equipamientos electrónicos
El objeto de los investigadores es evitar la generación de interferencias de los diferentes sistemas, tratando de que exista una compatibilidad electromagnética entre las redes eléctrica, electrónica y los diferentes sistemas embarcados, además de que cada uno funcione en su entorno y no se entrometa en otros campos. Con este propósito, el consorcio de marcas británicas cuenta con un potente laboratorio con cámaras anecoicas, equipadas con aislantes especiales que pueden absorber las ondas sonoras o electromagnéticas.
En ellas se puede comprobar el funcionamiento y la generación de las interferencias producidas a bordo de vehículos de todo tipo, incluidos eléctricos, y en el que se estudia el funcionamiento de las baterías, de los propios motores eléctricos propulsores, los diferentes asistentes de conducción y hasta las redes de datos móviles -4G y 5G- además de las de WiFi, las de las antenas GPS o el Bluetooth.
Fuentes de Jaguar Land Rover explican que «No se puede subestimar la importancia de probar la compatibilidad electromagnética de nuestros vehículos. Con la gama de vehículos con propulsión eléctrica en rápido crecimiento y una gama cada vez mayor de servicios digitales y basados en la nube en vehículos, desde actualizaciones de software por aire hasta tecnologías autónomas, las pruebas de compatibilidad electromagnética son de crucial importancia para la calidad, legal cumplimiento y satisfacción del cliente».