Jaguar Land Rover trabajan en el proyecto Zeus, un nuevo SUV de hidrógeno para 2030

Jaguar y Land Rover están inmersas en un ambicioso proyecto para desarrollar la pila de combustible. El futuro de las dos marcas pasa por una obligada reducción de las cifras de emisiones, especialmente de los SUVs, por lo que la electrificación a gran escala es uno de los campos en las que trabajan por cuenta propia. Y por cuenta ajena, porque el hidrógeno es considerado una importante solución para su oferta.

Aunque algunos fabricantes europeos han externalizado los desarrollos de esta tecnología para sus futuros eléctricos, los británicos trabajan en el proyecto Zeus junto a otras empresas especialistas como Delta Motorsport, Marelli Automotive Systems y el Centro de industrialización de baterías del Reino Unido, con el objetivo conjunto de avanzar y tener listo un sistema de propulsión para 2030.

Un margen de casi una década para la investigación necesaria y el desarrollo de los componentes de la pila de combustible, además de las pruebas de validación, y que debe ser más que suficiente teniendo en cuenta que el Reino Unido prohibirá los modelos de combustión térmica tradicional desde 2035.

Nick Rogers, ingeniero de producto de JLR, ha señalado que «el proyecto Zeus es muy, muy importante para el fabricante», apuntando también que «Solo estamos buscando los sistemas de transmisión adecuados, que tengan un impacto mínimo en el medio ambiente». Y en estas lindes trabajan desde 2019, cuando los británicos instalaron un departamento específico y dedicado a la investigación de la pila de combustible.

El sistema de Jaguar y Land Rover será escalable para adaptarse a diferentes modelos, si bien la primera materialización del proyecto Zeus se verá en un nuevo SUV compacto de las dimensiones de un Evoque. Las intenciones de las marcas británicas es aplicar esta tecnología a estos grandes modelos y no a las berlinas, por su elevado peso.