Indy 500James Hinchcliffe renuncia a participar en la Indy 500

El piloto canadiense, eliminado en el Bump Day, ha confirmado oficialmente que su equipo no seguirá buscando comprar el coche de otro piloto. "Simplemente no hicimos nuestro trabajo. No hay excusas. Ésta es nuestra realidad". La falta de opciones viables y la comprensión del patrocinador, claves para la decisión final.

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Publicado: 23/05/2018 22:20

A lo largo de la historia de las 500 millas de Indianápolis, el Bump Day ha deparado algunos de los sucesos más dramáticos de la prueba, incluso antes de que esta empezase. Recordadas aún son la doble eliminación de Penske en 1995, la del campeón Bobby Rahal en 1993, y la clasificación de Sebastián Saavedra en 2010 mientras estaba en una cama de hospital. Este año, James Hinchcliffe, uno de los pilotos más populares y en forma de la parrilla, se sumó a esa lista al quedarse fuera de la carrera de forma totalmente inesperada.

El último Bump Day representativo, siete años atrás. dejó fuera, además de a otros cinco pilotos, a Ryan Hunter-Reay, uno de los pilotos estadounidenses de mayor caché, pero Andretti Autosport se vio obligado a comprar el lugar de Bruno Junqueira en la parrilla al día siguiente para alinear a su piloto, y así complacer a su patrocinador principal, DHL, que amenazaba con marcharse. Por ello, todo apuntaba a que Schmidt también haría uso de esa opción, siendo Hinchcliffe el gran baluarte de Honda a nivel comercial, estando en plena pelea por el campeonato en quinta posición de la general, y contando también con el potente patrocinio de Arrow Electronics.

No obstante, las circunstancias difieren de las del caso de Hunter-Reay, y finalmente se ha tirado la toalla. El propio Hinchcliffe, que en estos días ha dado por hecho en sus apariciones públicas que no participaría en la carrera, ha confirmado a través de un comunicado que no ocupará el lugar de otro piloto ya clasificado, por lo que se perderá las 500 millas de Indianápolis por segunda vez en su carrera, tres años después de verse obligado a ello tras casi perder la vida en un accidente en entrenamientos.

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"Salvo que se den circunstancias imprevistas, no correré la Indy 500 este año. Se ha tomado la decisión de dejar de buscar opciones para meternos en la carrera", aseguró Hinchcliffe en el comunicado, publicado en sus redes sociales. El canadiense ya había defendido el día de su eliminación a Pippa Mann, la otra eliminada, que le privó en vano de un último intento, y asegura en el comunicado que no considera culpables a los pilotos 'eventuales' que se clasificaron por delante de él: "Al fin y al cabo, simplemente no hicimos nuestro trabajo. No hay excusas. Ésta es nuestra realidad y la afrontaremos de cara, la usaremos como motivación y volveremos aún más fuertes".

Hinchcliffe aprovechó también para dar las gracias a la gente que le ha hecho llegar su apoyo por lo ocurrido, prometiendo un regreso triunfal en la Dual in Detroit que se celebrará la semana siguiente: "No hay palabras para describir lo que se siente al perderse esta carrera. Tenemos un gran equipo, unos socios increíbles y los mejores fans, que nos han apoyado mucho en esto. Siento no poder estar en pista por vosotros el domingo, pero en Detroit pelearemos duro por las victorias. Deseo a los 33 pilotos una carrera rápida y segura. Estaré viendo y animando a mis compañeros de Schmidt. Nos vemos en Detroit".

¿Qué es lo que impide a Hinchcliffe correr?

Como decíamos, las circunstancias que envuelven al caso de Hinchcliffe son bastante diferentes a las del de Hunter-Reay en 2011. La primera, la más importante, concierne las opciones disponibles para reemplazar a un piloto en su monoplaza clasificado. La opción obvia parecía estar en su propio equipo, algo de lo que Hunter-Reay no pudo tirar en 2011 (Marco Andretti y Danica Patrick eran más populares, y Mike Conway también se quedó en el Bump Day), con el coche extra pilotado por Jay Howard, un veterano que regresó el año pasado a la carrera tras seis años de ausencia. No obstante, Howard trae su propio patrocinio, y se mostró reacio desde un primer momento a la posibilidad de bajarse, más aún siendo su única carrera del año.

En aquella edición de 2011, Bruno Junqueira fue seleccionado por el equipo Foyt para pilotar su segundo monoplaza, que por aquel entonces no competía a tiempo completo, sin ningún patrocinio personal. Por ello, el equipo Andretti lo tuvo sencillo para presentar una oferta convincente a Foyt, el cual nunca ha tenido en gran consideración a sus pilotos eventuales, para ceder ese coche a Hunter-Reay. Siete años después, las pocas opciones similares se cerraron rápido para Schmidt, debido a que muchas de las opciones están gestionadas por equipos externos con patrocinios. Siendo imperativo que fuese un coche con motor Honda, la opciones se reducían a cuatro: Zachary Claman De Melo, Conor Daly, Oriol Servià y Jack Harvey.

Claman De Melo, que comparte el segundo coche de Coyne durante la temporada con Pietro Fittipaldi, y que ocupa el lugar del lesionado piloto brasileño en la Indy 500 reajustando su calendario y patrocinio para el resto del año, fue el primero en desmarcarse públicamente cuando surgieron las primeras informaciones de posibles negociaciones. Rahal también negó que el coche de Servià estuviese en venta, ya que fue él quien facilitó el acuerdo por el que Scuderia Corsa gestiona el monoplaza en esta carrera y, del mismo modo, la opción de Harvey, que pilota un cuarto monoplaza de Schmidt gestionado por Meyer Shank Racing, tampoco pasó de conversaciones iniciales, por el compromiso de sus dos importantes patrocinadores.

El último clavo ardiendo era Daly, ex compañero de piso de Hinchcliffe, y el encargado de sacar al canadiense de la carrera por los pelos en un tercer monoplaza de Coyne, gestionado por el equipo, pero suministrado por Thom Burns Racing. El estadounidense, no obstante, se encuentra en un punto complejo de su carrera al perder su asiento en Foyt a finales del año pasado, y la Indy 500 es su única oportunidad de llamar la atención de cara a un potencial regreso, por lo que supeditó cualquier acuerdo a una "oferta irrechazable" por parte de Schmidt que involucrase un asiento permanente en el equipo, un compromiso mucho más costoso de lo que la participación de Hinchcliffe pudiese resultar.

En última instancia, se llegó a plantear la posibilidad de montar a Hinchcliffe en un coche con motor Chevrolet, siendo la única opción realista en ese sentido, como hace 7 años, el coche extra de Foyt. No obstante, ese coche este año es una operación gestionada por Belardi Racing y los hermanos Byrd, los valedores económicos de James Davison, por lo que esa opción resultaba totalmente inviable.

Desde el primer momento, el canadiense ha delegado cualquier discusión al respecto en los dueños de su equipo, asegurando que correría "si Sam (Schmidt) y Rick (Peterson) me piden que lo haga", y se ha mantenido a pie de pista y en los actos promocionales. Asimismo, se manifestó a favor del drama y la tradición del Bump Day, asegurando que "es bueno para el deporte, y eso es más importante que lo que es bueno para James Hinchcliffe".

Hinchcliffe ha sido muy consciente en todo momento de cuales eran sus opciones reales, y su enfoque en toda la situación ha resultado decisivo en la diferencia de actitud entre el patrocinador de Hunter-Reay, que estaba en su primer año de asociación en 2011 con un piloto relativamente poco mediático, y el de Hinchcliffe, que mantuvo e incluso reforzó su confianza en él durante su recuperación en 2015, y que se ha mostrado mucho más comprensivo con el equipo.

Arrow Electronics, por tanto, parece haber entendido que la publicidad y repercusión generada con todo lo ocurrido supera, con mucho, la que se habría obtenido clasificando con un coche poco competitivo (tuvo problemas de velocidad durante toda la semana de libres) en el puesto 32, o comprando el puesto a otro piloto. Por ello, varias informaciones apunta a que se habrían contentado con una aparición reforzada en el coche de Robert Wickens y, probablemente, en el de Jack Harvey. Hinchcliffe volverá en Detroit, con el doble de focos sobre él, y un campeonato en el que empezar a remontar.

Fotos: IndyCar Media

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