Este estudio demuestra que las actualizaciones inalámbricas OTA aún tienen importantes limitaciones, y no solo en los eléctricos
La gran mayoría de los coches eléctricos de nueva generación, y algunos de los de combustión de las marcas Premium, cuentan con actualizaciones inalámbricas. Una tecnología que se ha convertido en un interesante equipamiento para los clientes, pero del que un estudio ha demostrado que este gadget todavía no ha alcanzado su verdadero objetivo.
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Publicado: 23/04/2023 18:00
A pesar de que el equipamiento dominante en la última generación de coches nuevos son las pantallas digitales y, como hemos dicho en varias ocasiones, cuanto más grandes mejor, no es todo lo que despierta interés en los clientes. La tecnología más avanzada ha convertido a los coches en verdaderos dispositivos móviles rodantes. El infoentretenimiento, junto a la conectividad, han llegado a niveles máximos, pero ahora son las actualizaciones inalámbricas OTA las que se llevan la palma.
El hecho de no tener que pasar por el taller en algunos modelos de combustión es un plus para los clientes, mucho más en los coches eléctricos, ya que la electrónica y el software son los que se encargan del gobierno de todos los sistemas. Así, las mejoras que ofrecen los fabricantes o los «parches» para solventar problemas de estabilidad en los sistemas o los llamados «bugs» que producen fallos, se resuelven vía descarga de un paquete de datos informáticos que solo requiere un tiempo, normalmente durante la noche, y que el vehículo se encuentre parado y conectado a Internet.
Las actualizaciones inalámbricas reinan en los SUV
Sin embargo, las actualizaciones inalámbricas no han alcanzado todavía el nivel prometido por las marcas de coches. Aún son muchas las unidades que se ven obligadas a pasar por el servicio oficial para realizar una OTA. El estudio realizado por la consultora JATO revela detalles muy interesantes sobre esta tecnología que está llamada a reducir de forma importante la carga de trabajo de los servicios oficiales.
Aunque parezca que la tecnología está ampliamente desplegada no es tanto, ya que existen muchas marcas que todavía no ofrecen este servicio y, por supuesto, no de serie. En el gráfico superior, se aprecia que la tecnología está implantada más en la carrocería de moda que en el resto. Los SUV -del segmento compacto hacia los de lujo- se llevan la palma, en menor medida los deportivos de alta gama y hasta a, no llegando a los segmentos más bajos del mercado.
El estudio también ha analizado este servicio por marcas, y es BMW la verdadera reina. Los de Múnich fueron los primeros en estrenar los servicios OTA en el año 2000 y, hoy, nada menos que 55 versiones de su gama las ofrecen. A finales del año pasado, el ranking de marcas continuó con Mercedes, Renault, Jaguar y Ford. De los coches eléctricos, la tecnología inalámbrica apenas alcanza a un 55 por ciento que, al igual que algunos coches de combustión o híbridos, las actualizaciones no llegan a todos los servicios, capando funciones clave del vehículo.
Las actualizaciones OTA son claves en los eléctricos pero no todos
El estudio, que se ha realizado en Alemania por ser uno de los mercados europeos más destacados en ventas, concluye que el despliegue de las actualizaciones inalámbricas es todavía muy modesto y que, a finales del pasado año 2022, solo un 34 por ciento de los modelos del mercado disponen de esta tecnología, por lo que dos de cada tres modelos todavía tienen que acudir a un servicio técnico para realizar la actualización pertinente que avisa al propietario.
Una situación que no es de extrañar. Las actualizaciones más importantes traen unos volúmenes de información que solamente es posible descargar rápidamente en los servicios oficiales, el único lugar donde se puede dar una respuesta inmediata ante un fallo de descarga o de instalación en el sistema de control, incluso restaurar a la versión anterior, por lo que las marcas apuestan por esta opción, aunque suponga una molestia para los clientes.