IndyCarJimmie Johnson, eufórico tras su primer test: «Quiero hacer esto más que nunca»
El heptacampeón de NASCAR completó este martes 120 vueltas en Indianápolis en su primera experiencia al volante de un IndyCar. Las condiciones calurosas y dos trompos no echan para atrás a Johnson de cara al futuro. «Sentía que ayer era Nochebuena y que hoy era Navidad».
9 min. lectura
Publicado: 29/07/2020 08:30
En pleno julio ha llegado la Navidad para Jimmie Johnson. Después de que el COVID-19 se interpusiese en su camino hasta en dos ocasiones, el veterano heptacampeón de NASCAR ha experimentado al fin el pilotaje de un IndyCar en la vida real. Ya había probado en el simulador de Dallara y en la competición virtual de iRacing en primavera, pero este martes cumplió al fin un sueño de su infancia, al ponerse a los mandos de un Dallara IR-18 en la versión de circuito permanente del Indianapolis Motor Speedway, un trazado que podría volver a visitar como competidor junto a otra veintena de modelos idénticos.
Enfocando su temporada de retirada en la NASCAR Cup Series a los 44 años, Johnson ha manifestado en numerosas ocasiones su intención de competir en IndyCar en 2021 con un programa centrado en los circuitos, preferiblemente en las doce pruebas que tiene el calendario en un año normal. Ese deseo, ambición del niño que buscaba emular a su ídolo Rick Mears (tricampeón de IndyCar y 4 veces ganador de la Indy 500 entre 1978 y 1991), ha quedado más que ratificado tras el test que ha llevado a cabo junto a Chip Ganassi Racing, equipo que le proveyó un monoplaza con la decoración habitual de Felix Rosenqvist, y que aprovechó para probar con él algunas de las nuevas soluciones de refrigeración para el Aeroscreen.
Johnson contó para el test con la asistencia de la leyenda de Ganassi, Scott Dixon, el pentacampeón de IndyCar. A lo largo de un caluroso día en Indianápolis, ataviado con un mono al estilo del mítico Steve McQueen, completó 120 vueltas, separadas en cinco tandas idénticas (24 vueltas cada una), tantas como juegos de neumáticos podían usar por reglamento. Aunque ninguno de los implicados ha dado detalles de sus tiempos, estos fueron comparados con «los pilotos habituales en carrera, de mitad de carrera hacia el final». A su vez, algunos de los aficionados y periodistas presentes situaron sus mejores cronos en 1:13/1:14, habiendo sido un 1:09.878 el mejor tiempo registrado durante la clasificación del Gran Premio de Indianápolis el pasado día 2.
Hubo varios factores que contribuyeron a que el tiempo no fuese aún mejor, más allá de la obvia inexperiencia de Johnson en monoplazas. La pista presentó temperaturas de casi 60º C, con las condiciones de agarre empeorando a medida que avanzaba el día, y las lluvias del mes se llevaron consigo la goma acumulada, por lo que Johnson tuvo que rodar en una pista completamente verde. A su vez, el estadounidense causó planos en un par de juegos de neumáticos al sufrir dos trompos, uno en la primera curva al bloquear los frenos y otro en la cuarta por sobreviraje, aunque en ninguno se salió de pista y pudo continuar, alternando entre diferentes neumáticos usados al final de la jornada para completar su rodaje.
Con todo, nadie podía quitarle el entusiasmo al final del día a Johnson. En un video subido a posteriori a las redes sociales, afirmó que «la noche anterior tuve que tomarme unas pastillas para dormir, porque sentía que ayer era Nochebuena y que hoy era Navidad». El piloto de Hendrick Motorsports se había tomado este test como una evaluación de futuro respecto a su competitividad en IndyCar, y salió muy satisfecho. «Esto ha avivado el fuego aún más, quiero hacer esto más que nunca. La NASCAR ha sido muy buena conmigo, y estoy muy orgulloso del éxito que he tenido, pero intentar algo nuevo y diferente ha sido genial», comentó a Associated Press.
«A la tercera ha ido la vencida, pero temía que algo lo gafase. Ha sido como el primer día de colegio», afirmó Johnson, al que la irrupción de la pandemia cercenó su prueba con McLaren SP prevista para el 8 de abril en el Barber Motorsports Park, y al que un test positivo de COVID-19 le dejó en la estacada para un primer intento con Ganassi en Indianápolis, previsto para el 6 de julio. «Cuando me subí al coche, necesité un par de tandas para que mis ojos se ajustaran, todo se me echaba encima muy rápido. Antes del almuerzo empezamos a encontrar un ritmo; al empezar el día mejoraba en grandes márgenes, pero el circuito empeoraba a medida que mi habilidad se incrementaba».
De cara a 2021, Johnson parece haber puesto ya la maquinaria económica en marcha para encontrar los apoyos de cara a un programa completo en circuitos. «Espero que el día de hoy haya servido como lanzadera. Cuanto más tiempo pueda estar en los garajes, y más entusiasmo pueda generar, habrá más opciones». A su vez, confía en poder recuperar su test con McLaren SP en algún punto de este 2020, y aunque ha relajado su negativa total, ha asegurado que ningun óvalo entra en sus planes antes de 2022, ni siquiera una posible participación en las 500 millas de Indianápolis del año próximo que cada vez se rumoreaba más.
Los tótems de Ganassi también salieron satisfechos de la prueba. Scott Dixon, en declaraciones a RACER, ahondó en la capacidad de aprendizaje de alguien que, al igual que él (40 años), ya es perro viejo: «Me había enviado mensajes por la noche, preguntándome de todo: si había trucos para salir de los boxes, como afrontar una curva y esas cosas. Las condiciones eran muy difíciles, pero se ha hecho una buena idea de como es el coche. Ha sido divertido intercambiar impresiones sobre las cosas que le eran diferentes y las que eran similares en pilotaje, y teníamos mucho metraje para ayudarle, porque lo que hace normalmente es muy diferente. Es muy capaz de replicar lo que se le enseña en los datos o en los vídeos, y eso no siempre es fácil de hacer, en especial a nuestra edad».
Por otra parte, el presidente ejecutivo de Ganassi, Mike Hull, también salió convencido. «Probamos diferentes setups como si estuviésemos en libres o clasificación. Lo que más me impresionó es que se puede ver por qué es un heptacampeón; es de los que no se rinden, va al máximo. No estaba intentando impresionarnos, sino aprovechar al máximo el día, y lo contrastó con un pentacampeón. Creo que esto hará su decisión más difícil una vez haya dejado la NASCAR, porque ha visto que puede hacerlo. Ha pilotado coches con mucha potencia, no le intimida un IndyCar, a diferencia de alguien que viene de una fórmula inferior y ha de convencerse de que la potencia no le va a hacer daño. Tiene la actitud y la voluntad».
Fotos: IndyCar Media