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Un juez condena a BMW por engañar con la autonomía de sus coches eléctricos, ¿el comienzo de algo más grande?

Un tribunal canadiense ha condenado a BMW por tergiversar la autonomía de su modelo i3 de 2014, otorgando una indemnización al demandante. Este caso podría ser el inicio de un mayor escrutinio sobre las promesas de los fabricantes de coches eléctricos.

Un juez condena a BMW por engañar con la autonomía de sus coches eléctricos, ¿el comienzo de algo más grande?
Un usuario descontento ha ganado su litigio contra BMW.

6 min. lectura

Publicado: 23/09/2024 19:00

El Tribunal Superior de Justicia de Ontario, Canadá, ha fallado en contra de BMW Canadá y el concesionario BMW de Toronto por la tergiversación de la autonomía eléctrica de uno de sus vehículos, el BMW i3 de 2014.

Este caso ha sido impulsado por Ronen Kleiman, quien ha recibido una indemnización de 5.000 dólares como compensación por daños y perjuicios.

Sin embargo, aunque la sentencia es significativa, el desenlace del caso plantea una serie de preguntas que van más allá del caso puntual. ¿Estamos ante el inicio de un escrutinio más riguroso hacia los fabricantes de coches eléctricos?

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El caso Kleiman: una batalla de años

Todo comenzó en 2017, cuando Ronen Kleiman presentó una demanda contra BMW alegando que la compañía había tergiversado la autonomía de su BMW i3 de 2014.

Un BMW i3, modelo protagonista del litigio en Canadá

Kleiman exigía 25.000 dólares por daños y perjuicios, asegurando que el vehículo no alcanzaba la autonomía anunciada. El litigio se prolongó durante años, y BMW ofreció un acuerdo previo de 10.000 dólares, que Kleiman rechazó debido a la cláusula de no divulgación incluida en la oferta. Para Kleiman, era importante que el público supiera lo que, según él, la empresa había hecho.

El juez adjunto James Minns determinó que, efectivamente, BMW había tergiversado la información sobre la autonomía del vehículo. Sin embargo, también falló que Kleiman debía reembolsar a BMW más de 11.000 dólares en gastos legales, ya que había rechazado la oferta de 10.000 dólares, lo que habría resuelto el conflicto sin ir a juicio.

Una compensación que deja un sabor agridulce

A pesar de haber logrado demostrar que BMW fue responsable de engañar con la autonomía de su i3, Kleiman no quedó satisfecho con el resultado. Aunque recibió 5.000 dólares en concepto de indemnización, el gasto total que Kleiman asumió para llevar adelante el juicio fue considerablemente mayor, con un coste personal estimado en 25.000 dólares.

En declaraciones a Automotive News Canada, Kleiman expresó su frustración al indicar que la indemnización no cubría el verdadero impacto del caso.

Además, criticó la falta de soluciones más adecuadas por parte de BMW, como rescindir el contrato de arrendamiento del coche o incluso ofrecerle el modelo actualizado de 2017 con una batería de mayor capacidad.

¿Una defensa válida o una excusa de la industria?

BMW, por su parte, argumentó que la autonomía de los vehículos eléctricos es un valor que puede variar significativamente dependiendo de múltiples factores: las condiciones de conducción, el clima exterior, el uso del sistema de climatización y otras funciones a bordo.

Esta defensa es común en la industria automovilística, ya que las baterías de los coches eléctricos, especialmente en modelos más antiguos como el i3 de 2014, se ven muy afectadas por estos elementos externos.

Sin embargo, tras las quejas de usuarios como Kleiman, la marca ajustó en su sitio web la autonomía anunciada para el i3, reflejando un rango más realista para los compradores potenciales.

Este cambio no pasó desapercibido y refuerza la percepción de que, si bien hay factores externos que influyen en el rendimiento de las baterías, la información proporcionada al consumidor también puede no haber sido del todo precisa desde el principio.

La autonomía es uno de los aspectos más valorados por los usuarios de los coches eléctricos.

¿Una cuestión aislada o el preludio de algo más grande?

El fallo judicial contra BMW plantea la cuestión de si estamos ante un caso aislado o el inicio de un escrutinio más amplio hacia los fabricantes de vehículos eléctricos.

Con la creciente popularidad de estos coches y la adopción global de tecnologías sostenibles, es probable que otros usuarios insatisfechos con las promesas de autonomía de sus vehículos decidan seguir el mismo camino que Kleiman.

La autonomía de los vehículos eléctricos sigue siendo uno de los puntos de discusión más importantes para los consumidores, y cualquier discrepancia entre los datos oficiales y la experiencia real del usuario podría suponer un terreno fértil para futuros litigios.

En este sentido, el caso Kleiman podría marcar un antes y un después en la relación entre las grandes marcas automovilísticas y sus clientes, quienes demandan mayor transparencia y precisión en la información proporcionada.

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