Muere Kenichi Yamamoto, el padre del motor rotativo Wankel en Mazda
Junto con Felix Wankel, es considerado el padre del motor rotativo. Mientras que el alemán fue el diseñador y constructor del motor que lleva su nombre, el japonés profundizó en el desarrollo del motor rotativo para su aplicación en propulsión de vehículos de gran fabricación
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Publicado: 28/12/2017 11:00
Kenichi Yamamoto ha sido una pieza fundamental en el departamento de motores de Mazda. Jubilado desde hace años, el que fuera el padre del motor rotativo Wankel en la marca japonesa, ha fallecido a los 95 años.
Yamamoto fue el responsable de que Mazda pudiera disponer de motores rotativos en algunos de sus modelos del siglo pasado, el único que maravillado por las cualidades del motor diseñado por el alemán Felix Wankel ahondara en las posibilidades de este tipo de motor para propulsar a los modelos de la marca nipona.
Yamamoto comenzó trabajando en una factoría de Toyo Kogyo tras la caída de la bomba atómica norteamericana fabricando transmisiones, pero sus avanzados conocimientos le fueron abriendo el camino y llegó a alcanzar un puesto de responsabilidad en poco más de dos años en la empresa que hoy es Mazda.
Su primera obra fue el Mazda R360 puesto a la venta en el mercado japonés en 1960, y sólo un año después estableció una alianza de cooperación con los alemanes de NSU, donde Felix Wankel era jefe de diseño y donde el motor rotativo nació y captó la admiración del japonés, que apenas un año después se desplazó a Alemania para comprar una licencia para producir el motor rotativo en Japón.
Pero no contento con lo que el Wankel original podía ofrecer, creó un equipo de 47 personas a su mando para profundizar en el desarrollo del motor y en 1964 se montó un prototipo de un deportivo conocido como Mazda Cosmo Sport 110S Type 10a, con la evolución desarrollada por los nipones.
En 1967, tres años después del desarrollo y las pertinentes pruebas, entró en la cadena de producción en serie y siendo Mazda el único fabricante del mundo durante la década de los años 70 en contar con modelos propulsados por un motor rotativo Wankel montándose en berlinas, deportivos, pick-up y hasta en el minibús Rotary Parkway.
El éxito de Mazda era una realidad a nivel mundial y también llegó a Kenichi Yamamoto, que a finales de la década se vio recompensado con el puesto de jefe de desarrollo de Mazda; pero su trayectoria no se paró ahí. En 1985 fue presidente y en 1987 fue presidente de la junta directiva de Mazda.
Pero en la vida hay finales felices y amargos, y este último sabor fue el de Yamamoto. Cuando la primera generación del MX-5 fue presentada en 1979 como un concepto, el padre del rotativo japonés preguntó a un periodista estadounidense sobre cuál modelo le gustaría ver en producción y su respuesta sorprendió a los presentes: "Un deportivo liviano que sea más barato que el RX-7".
El modelo de producción del roadster compacto se lanzó al mercado en 1989 y, a pesar del rotundo éxito que logró, los miembros del consejo directivo que veían cierto escepticismo en el desarrollo de ese nuevo deportivo vetaron la participación tanto a Yamamoto como al diseñador Toshihiko Hiraie, asistiendo a la marcha del padre japonés de los motores rotativos un año después pero viendo ganar en 1991 al Mazda 787B en las 24 horas en Le Man con un motor rotativo Wankel.
Hoy, el padre de los motores rotativos de Mazda sabe que la herencia de su trabajo pronto volverá al asfalto con una nueva generación del Wankel pero dotado con la tecnología de hoy, ya que desde que cesara la producción del Mazda RX-8 en 2012, la japonesa no ha producido ningún motor rotativo Wankel, siendo esta la primera vez desde 1967 cuando se lanzó el Cosmo 110.