Yo confiaba en el kit repara pinchazos del coche, hasta que tuve que utilizarlo y comprobé todos los inconvenientes que tiene

Las ruedas de repuesto son ese elemento del coche del que nunca nos acordamos. O si lo hacemos, es para mal… hasta que nos vemos obligados a utilizarla. Entonces nos salva de un buen apuro y agradecemos mucho tenerla a bordo.

Pero, en los últimos años, la rueda de repuesto ha ido perdiendo presencia en los coches nuevos, ya que ocupa un espacio que se ha convertido en valioso para los fabricantes de vehículos.

En un principio, los coches llevaban una rueda de repuesto de medida original con llanta de chapa. Luego llegó la famosa ‘galleta’, que nos pareció un recurso cutre de los fabricantes. Esta es una rueda mucho más fina que nos obliga a limitar la velocidad máxima a 80 km/h. Es un engorro, pero al menos te permite continuar viaje hasta el taller más cercano.

Desde hace unos años, la rueda de galleta también ha pasado a ser un lujo que no todos los vehículos tienen. En su lugar, los fabricantes optan por el kit repara pinchazos. Aunque hay de varios tipos, generalmente este kit consiste en un compresor de aire y una botella de espuma que tapona la fuga de aire del neumático.

Qué es el kit repara pinchazos

Como ya hemos avanzado, el kit repara pinchazos es un bote de espuma que se inyecta en el interior del neumático. Esta, al expandirse, cierra el orificio creado por el elemento punzante, evitando que se escape el aire y permitiendo volver a hinchar la rueda.

Este kit ocupa muy poco espacio (no suele ser más grande que un bolso de mano) y, además, es mucho más barato que la rueda de galleta o una rueda de medida original. Es, por tanto, un «win-win» para los fabricantes.

Y, sobre el papel, también lo es para los conductores, ya que resulta mucho más cómodo utilizar el kit repara pinchazos que cambiar la rueda pinchada por una de repuesto. Pero, en la práctica, esto está lejos de ser una realidad.

Mi experiencia personal con el kit repara pinchazos

En mi caso personal, yo compré un vehículo sin rueda de repuesto hace cinco años. Realmente, era un modelo (ya no se fabrica) que llevaba rueda de galleta de serie, pero al ser una variante bifuel (gasolina y GLP), dicho espacio quedaba ocupado por el depósito de gas.

En un momento dado, circulando por la A-42 en dirección a mi casa, el sensor de presión de los neumáticos comenzó a pitar. Segundos después, quedó claro que el problema no era presión baja por dejadez mía, sino un pinchazo en toda regla. Había llegado el momento de estrenar el kit repara pinchazos.

Fue sencillo, sólo había que conectar la manguera del compresor de aire a la válvula de la rueda, colocar la botella de espuma y encender el compresor. Cuando el proceso terminó, la rueda no había quedado con su presión correcta, pero al menos me permitía seguir circulando hasta casa.

Pronto emprendí la marcha, aunque no pasó mucho tiempo antes de que el sensor de presión volviera a llamar mi atención. Paré de nuevo para comprobar si todo estaba en orden. Y no lo estaba, ya que la rueda estaba perdiendo presión de nuevo.

Así las cosas, avancé hasta una amplia rotonda en la que aparcar con seguridad y recurrí al último recurso: llamar a la grúa del seguro. Casi una hora más tarde, el amable y eficaz operario de la grúa me dio un consejo: «Nunca utilices un kit de estos, no funcionan y además te estropean el neumático. Vas a tener que cambiarlo».

Por qué el kit repara pinchazos no es tan buena idea

Finalmente, llegué a casa tras solucionar el operario de la grúa el problema con otro kit repara pinchazos. Aunque, en este caso, no con uno de espuma como el que incorporan los coches, sino uno de mechas de caucho.

Las mechas de caucho son unas tiras que, con ayuda de un aborcardador y un torniquete, se meten en el agujero del pinchazo para que este quede taponado. Y lo cierto es que, este sistema sí, es muy efectivo y te puede permitir alargar la vida útil del neumático durante mucho tiempo.

Así se repara un pinchazo con un kit de mechas de caucho.

No ocurre lo mismo con el kit repara pinchazos de espuma, y esta es una de las principales razones por la que no tan buena idea utilizarlo.

La espuma se expande por el interior del neumático, adhiriéndose a la carcasa interior del mismo. Pero, a medida que pasan los kilómetros, la espuma se va despegando poco a poco, generando vibraciones en el neumático y haciendo obligada su sustitución por uno nuevo.

El segundo problema es que el kit repara pinchazos, y esto es válido tanto para uno de espuma como para uno de mechas de caucho, sólo actúa en el caso de que el neumático tenga un pinchazo pequeño, como el causado por un clavo, un tornillo o similar.

Si el agujero es más grande o se ha producido una raja a consecuencia de un bordillazo o un corte, el kit repara pinchazos es inútil. En ese caso, sólo hay una solución: cambiar la rueda, y eso sólo es posible si tienes una de repuesto.

No cabe duda de que el kit repara pinchazos tiene sus ventajas. Pero a mí, personalmente, me parece que crea una falsa sensación de seguridad, pues sólo será eficaz en casos concretos y, además, te obligará a comprar un neumático nuevo.

Dos si no encuentras el mismo que llevabas y tienes que cambiar también el de la otra rueda, pues ya sabes que es obligatorio circular con el mismo neumático en todas las ruedas de un mismo eje.

¿Mi consejo personal? Si tienes espacio en el maletero, compra una rueda de repuesto. Si no lo tienes o no quieres realizar ese desembolso, llama a la grúa del seguro para que te arregle el pinchazo. Perderás más tiempo, pero podrás conservar el neumático.